«El Día de la Madre»… o «El Día del Remordimiento»
Por Carolina Espada
Olga Cecilia Cabruja de Espada, «mi madre hay una sola», gracias a Dios, pues con dos como ella yo no hubiera podido… nunca permitió que se le celebrara ese día. ¡Es que ni a su propia madre, mi abuela Dominga Morreo!
Mi mamá decía que éste era el «Día del Remordimiento», en donde todos los hijos se acuerdan de que tienen una madre y salen corriendo a comprarle ¡¡¡una plancha, una sartén, una pulidora»… para que sigan trabajando.
Agregaba que ese había sido un invento que habían traído los «gringos» (ella aseguraba que todo estadounidense en Venezuela era espía de la CIA; ¡en serio!); que esa compradera desatada la había propiciado la empresa «Sears Roebuck de Venezuela» (pongan ese nombre en Google para que vean las fotos), porque cuando ella era chiquita, por allá por 1930, el Día de la Madre se celebraba el 25 de diciembre, cuando la Virgen María se convirtió en mamá por obra y gracia.
Cada 25 de diciembre, ella iba con su mamá a misa. Todas las mujeres y niñas, se ponían un clavel en el pecho: rojo, si su madre estaba viva; blanco, si su madre había fallecido.
Pero lo que más le gustó a mi mamá fue saber lo que me contó su tocaya, María Cecilia Valecillos (quien, además del «Cecilia», también nació un 25 de marzo como ella). En Japón, el Día de la Madre, a las madres los niñitos no las felicitan. Los niñitos le dan las «gracias» a su mamá.
Escribo esto en la víspera del Día de la Madre de 2017.
Por primera vez, en los 54 años de los cuales puedo dar fe, no se va a celebrar este día en Venezuela. Tampoco será éste un día de remordimiento. Mañana, domingo 14 de mayo, le daremos las gracias a todas nuestras madres, especialmente a todas las que visten de negro. Yo no encuentro palabras de pésame. Pienso que cualquier cosa que diga va a sonar hueco, absurdo. A lo más que me atrevo es a decir: «Gracias, Mamá, usted crió muy bien a su hijo»; «Usted es la mejor Mamá que su hija pudo tener».
