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El ruedo español

Acaba de cumplirse otro aniversario del sangriento atentado del terrorismo español en la Estación Ferroviaria de Atocha en Madrid que, por mal manejo informativo del Gobierno del Partido Popular, se viró hacia el regreso a La Moncloa del Partido Socialista Obrero Español, PSOE, pero no con el enorme talento de Felipe González sino con el estilo siempre canallesco de José Luis Rodríguez Zapatero, años después asesor y empleado del chavismo.

Antes de la temporada de desorden y abusos en la España del primer tercio del siglo XX, que terminó en el alzamiento militar que llevó al triunfo militar y la dictadura de cuarenta años de Francisco Franco Bahamonde, los partidos en el poder fueron los anarquistas, los socialistas y los principales y más despiadados asesinos, los comunistas, quienes lideraron matanzas de sacerdotes y de dirigentes católicos, y masacres como la que coordinó y dirigió Santiago Carrillo, comunista y fumador contumaz en Paracuellos del Jarama, donde centenares de españoles fueron fusilados sin juicio por el simple hecho de ser monárquicos, o católicos o porque simplemente les daba la gana a los izquierdistas.

Del lado de la derecha estaba casi todo el ejército, el partido conservador Falange Española y demócratas y antiguerreristas en general. Desde los años finales del siglo XIX ya existía y crecía el Partido Socialista Obrero Español, PSOE, de izquierda sin llegar al marxismo que ya se extendía en Europa, si bien formaron parte de ese Gobierno a saltos que echó al rey e instaló con graves errores pero con consistncia la democracia moderna en España.

Hay que reconocer que la dictadura de Francisco Franco hizo escapar de España a numerosos españoles que vinieron a América y encarceló a otros, pero también transformó al que era un país agropecuario y rudimentario en una potencia industrial. También entrenó a la Monarquía encargándose de la educación del nieto del rey echado, Juan Carlos I, casado con una pariente cercana del Rey de Grecia.

Franco murió en 1975 y el país que encontraron los que regresaron era diferente en lo social y en lo económico. Sólo necesitaba un sistema democrático para poder adquirir su carnet de actualidad y dignidad con la Unión Europea. De eso se encargaron sucesivos Presidentes de Gobierno y el propio rey Juan Carlos.

También el PSOE había cambiado, exiliado en Francia, Ya no estaban los viejos y regañones fundadores, sino al mando de españoles nuevos y con pensamientos modernos, principalmente los andaluces Felipe González y Alfonso Guerra. A González lo devolvió del exilio “de contrabando”, como él mismo dijo, el Presidente venezolano Carlos Andrés Pérez cuando hizo una visita oficial a España en su primer gobierno.

Pocos años después González y su PSOE ganaron las elecciones desplazando al centrismo de la Unión de Centro Democrático (UCD) de Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo-Sotelo y la derecha de la Alianza Popular fundada por ese gran gallego que fue Manuel Fraga, el hombre que trabajó para órdenes de su paisano Franco sin dejar de pensar en que el futuro era la democracia, y que financió el impulso generado por Franco organizando al turismo como una industria eficaz, fluida y muy rentable.

España se lanzó al frente, Felipe González y su PSOE manejaron con habilidad los necesarios ingresos a la OTAN y a la Unión Europea mientras el partido centroderechista creado por Fraga se transformaba en Partido Popular. La derecha española nunca logró llevar a Fraga al mando de España, pero si alcanzó el poder que ejerció varios períodos con José María Aznar y Mariano Rajoy,  quien fue truculentamente desplazado por un sorpresivo voto de censura que organizó el chico del PSOE, Pedro Sánchez quien, truquero, sin ideología y dispuesto a pactar con quien sea, en La Moncloa sigue.

Fue Aznar quien se equivocó con lo del sangriento atentado de Atocha y sin quererlo abrió los accesos electorales al regreso del socialismo al poder, confundidos los electores españoles que creyeron que Rodríguez Zapatero seguiría la ruta abierta desde su exilio en Francia y su gobierno europeísta por Felipe González. Bien pronto descubrieron que Felipe sólo hay uno y que Rodríguez Zapatero no es mas que un tramposo buscador de oportunidades para él.

Tanto, que mas pronto que tarde el Partido Popular regresó al poder con un poco carismático Mariano Rajoy pero que se las arregló para mantenerse dos períodos al frente. Los españoles, lo dicen ellos mismos, tienen el corazón a la izquierda pero el bolsillo a la derecha.

El PSOE carecía de fuelle, y sus nuevas generaciones eran más del estilo de Pedro Sánchez, andaluz bien alimentado y sin mayores escrúpulos, que logró  organizar un sorpresivo voto de censura a Rajoy y ascendió el mismo al poder, político de oportunidades y dispuesto a pactar con quien fuese, sus alianzas no son cuestión de ideología sido de tanto para ti si me respaldas a mi.

Por eso debió ejercer la Presidencia de España abrazado con la extrema izquierda oportunista organizada por Pablo Iglesias y asesores del chavismo venezolano, y para repetir Sánchez se desembarazó de Iglesias y pactó con quienes todos los gobiernos españoles manejaban como problemas delicados, los separatistas catalanes, la derecha vasca también separatista pero más calmada del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y el partido representante del terrorismo de ETA, Bildu.

Es el actual ruedo español que torea mal y hace sufrir excesivamente al toro sin gloria para el torero, con un Sánchez sin nada que ofrecer sino sus propias trampas, que ahora, gobernar a una España que se olvida de Hispanoamérica y no logra el respeto de Europa requiere además consultar con separatistas y terroristas.

En España poco a poco va resurgiendo la derecha, con un vigoroso Vox que crece un poco más cada día, y un Partido Popular un tanto confusamente manejado por un gallego de no demasiada visión, Alberto Núñez Feijóo, que difícilmente llegará a Presidente (aunque con las torpezas y triquiñuelas de Sánchez cualquier cosa puede pasar) empeñado en no ocupar la derecha que Fraga soñó y rechazando la identificación con Vox y Santiago Abascal, a quienes falta mucho pero van claramente paso a paso.

Pero no todo está perdido para el Partido Popular, toda España mira con gusto e  interés a la joven, bella, moderna e inteligente Isabel Díez-Ayuso, al frente por el PP de la Conunidad de Madrid, la más importante del país. Díez-Ayuso lo tiene todo, incluyendo un tiempo que no la apresura, para alcanzar la Presidencia de Gobierno de España.

Y Pedro Sánchez podría terminar en el olvido o la cárcel.

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