Opinión Nacional

La tragicomedia venezolana

Si alguien hace el ridículo: Es su problema. Ello puede producirnos rabia, tristeza, lástima, repulsión…
Sentimientos similares se pueden generar cuando se ridiculiza al otro. En este caso, podemos salir solidariamente en su defensa. Incluso, corriendo riesgos.

La Venezuela de hoy, es escenario permanente de lo ridículo. Este fenómeno se ha hecho psicosomático, tanto en el Presidente como en los personeros de “la Oposición”. Esta última, hizo el ridículo durante el golpe y el paro petrolero. Los partes de guerra diarios de los Presidentes de FEDECAMARAS, la CTV y la “GENTE DEL PETRÓLEO, tenemos que trágicamente recordarla, como la más clara manifestación de lo ridículo.

Que estos “pícaros” de la criolla política venezolana hagan habitualmente el ridículo, no es algo que concierna exclusivamente a su ridícula existencia. Lo que indigna es que su ridiculez nos afecte a todos.

Chávez ridiculiza a sus ridículos Ministros. ¡Allá ellos! Parecieran felices haciendo su papel de bufones. En una ocasión, Aristóbulo lanzó públicamente esta ridícula frase de antología: “Presidente mata Ministro”. ¡Soberana Irracionalidad! ¡Monumento a la más rastrera ridiculez, expresión de la relación amo-esclavo!

¡Ridícula lección de un “Ministro” de “Educación”!

Nuestros dos Ministros de Educación son los dos más grandes bufones del
Presidente
Son ridículos los aplausos de focas hambrientas que el Presidente suele escenificar con sus Ministros en su Circo VR.

Aunque las individuales ridiculeces de los funcionarios públicos, podrían considerarse como personales, las ridiculeces que jamás pueden perdonarse, son las de aquellos funcionarios públicos, que ponen en ridículo al pueblo. Sobre todo, al pueblo humilde. Estas ridiculeces no son sólo tales, sino que ofenden y humillan.

El día sábado (27-12-2003), presenciamos uno de los actos tragi-cómicos del Circo VR. En el Hipódromo La Rinconada, una vez más, el Presidente, determinado por su ridícula megalomanía, hizo otro feo papel de ridículo y ególatra. Esta vez, su ridiculez fue políticamente perversa: Encadenó en la más espantosa ridiculez a nuestro llano pueblo, para mostrarlo con vil cacareo, como su trofeo de cazador depredador.

En este espectáculo circense VR, proliferante de millones de franelas y gorras, promotoras de sus ridículas misiones (ignoramos los beneficiarios de estos gastos), en una bufonada mayor, el Presidente “graduó” a un millón de venezolanos. El espectáculo es doblemente ridículo: No solamente convirtió en payasos de su envilecido Circo VR a humildes ciudadanos, en una circense graduación kindergarterina, sino que por otro lado, se puso de manifiesto la tragedia de que estos recursos podrían haberse destinado a millones de venezolanos que padecen de desempleo y hambre y que, como en el caso de la Subregión Guajira, particularmente los niños, mueren como consecuencia del hambre.

VTV entrevistó en vivo y en directo a algunos de los “graduandos”. En vivo y en directo, se observó la desfachatada ridiculez a que se sometió a algunos de estos entrevistados.

¿De qué se graduaron? ¿No fue más bien Chávez quien logró el Guiness de la Ridiculez?
Ridículos fueron también los mini-créditos-premios, que otorgó el Presidente y que no alcanzan para cubrir ni siquiera una “Cesta Familiar”. Engañifas tragi-cómicas, que ponen en evidencia las envilecidas entrañas IV-Republicanas de la VR.

¿Créditos para emprender qué?

Las mismas ridículas mentiras y desprecio al pueblo de los adecos decadentes, compradores y traficantes de conciencias, que Chávez prometió erradicar.

¡Este es un gobierno ridículo. Con ADN adeco!

Alí Rodríguez, en Entrevista-Repetición realizada en el Canal del Estado por Villegas, creo que el 26-12-2003, al exponer con sólidos argumentos los desastrosos efectos del ridículo y nefasto paro petrolero, observaba cómo nuestro ineficiente Poder Judicial, no obstante los daños producidos a los equipos de PDVSA y a la economía del país, no había sancionado a nadie.

¡He aquí otro señalamiento de cuan ridícula-revolucionaria es esta “bonita VR de pacotilla”.

Una “revolución”, que paradójicamente, no ha logrado ni siquiera producir la reforma del Estado Venezolano, con una Constituyente y una concentración de poder, como la que en sus inicios tuvo Chávez.

Cualquier estudioso de la Teoría y Filosofía Política, tiene que reírse de esta ridícula “revolución bonita”. De esta cómico-tragedia.

¡Volvamos a la Rinconada!

Nos resultó una carrera de ridiculez de este Showman Bananero. Pero esta tragicomedia, por afectar al pueblo de Venezuela, en vez de risa produce ganas de llorar.

En definitiva, durante esta VR, Chávez y la “Oposición” han convertido la historia de nuestro país en una Comedia Trágica. Es hora de que nos levantemos indignados de nuestros asientos de meros espectadores y digamos: ¡Basta!

* Profesor Titular Emérito de L.U.Z. Ex Director del Instituto de Filosofía del Derecho de la misma Universidad.
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