Opinión Nacional

La universidad debe ser medularmente revolucionaria

El Dr. Jesús Enrique Lossada en Octubre de 1947, es decir, hace 55 años y con motivo de la celebración del primer aniversario de la reinstalación de La Universidad del Zulia dijo: “Nuestra Universidad debe ser medularmente revolucionaria”, es decir, debe estar impregnada de los ideales y acciones que conducen a la “emancipación del espíritu, a la sinceridad con la propia conciencia, al amor a la verdad que en la palestra política es libertad igualitaria, auténtica democracia, afán de justicia y de progreso”.

Desde este ámbito revolucionario Lossada no vaciló en afirmar que la Universidad del Zulia debía forjar el tipo contemporáneo de las “Casas de Estudios Superiores”. En este sentido no debía ser su preocupación única la de formar profesionales y otorgar títulos, sino también fomentar el amor por la investigación científica, que es el arma para la conquista de la verdad y la fuerza impulsora del progreso”. Por otra parte Lossada agregó: “Nuestra Universidad debe extrañar de la cátedra el verbalismo estéril para sustituirlo por la búsqueda fecunda, por la demostración experimental, por el trabajo del estudiante, que el profesor tutela sobre las teorías y los fenómenos”.

Lossada también argumentó siguiendo a Don Francisco Giner de los Ríos, “que la investigación está llamada a suplantar la enseñanza universitaria clásica”. Al referirse a los estudios de medicina señala que estos son impensables si los estudiantes no tienen a su disposición potentes microscopios para estudiar los elementos primarios de la materia organizada. Y del mismo modo los estudiantes de Ingeniería deben adiestrarse en el manejo de los instrumentos o en la aplicación de los cálculos. Y en las aulas de la Escuela de Derecho deben ser infaltables los trabajos prácticos. Este modelo que Lossada propone para hacer revolucionaria a la Universidad lo fundamenta en condiciones excelentes que deben prevalecer en las Aulas, Laboratorios, Bibliotecas, Planta Física y en el personal académico y de apoyo.

Pero Lossada agrega otra exigencia necesaria para que la Universidad sea medularmente revolucionaria. Esa exigencia señala que debe salirse de sus muros y desbordar sobre el pueblo su acción cultural. Pero insiste Lossada en que para llevar a cabo sus propósitos la Universidad requiere en el profesorado un eficiente material humano. Lossada finalmente enfatizó que el “deber primordial de estos hogares de la ciencia que son las Universidades, es vivir en el presente, luchar contra el error, romper los grilletes del espíritu, libertar las inteligencias”.

Lossada también reconoció que la Universidad del Zulia recién instalada era una planta débil y pequeña pero condicionó su reconversión en un árbol de follaje denso, agobiado por los frutos de la ciencia, a cuya sombra se acogerían las futuras generaciones. ¿A quién encomendó Lossada esa reconversión? A la comunidad universitaria, a quién le solicitó el compromiso de cuidar a nuestra Alma Mater.

El tiempo de Lossada en el cual pronunció las ideas referidas fue también tiempo de revolución y constituyente, fue el tiempo que marcó el fin de la era gomecista. Hoy el tiempo de Revolución y Constituyente se expresa de manera fundamental en la nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que establece a los procesos de la educación y el trabajo la tarea esencial de la autorrealización humana y la auténtica configuración de la sociedad democrática. A la educación en esta nueva Constitución se le define de carácter integral, de calidad, permanente y creativa. A su vez el Estado reconoce la autonomía universitaria como principio y jerarquía que permite a la comunidad universitaria dedicarse a la búsqueda del conocimiento a través de la investigación científica, humanística y tecnológica, para beneficio espiritual y material de la Nación. Pero también en esta nueva Constitución se consagra la autonomía universitaria como condición necesaria para actualizar los programas de investigación, docencia y extensión. Al respecto no cabe la menor duda de que la Universidad del Zulia necesita actualizar su organización, administración y funcionamiento, es decir transformarse para transformar, a través de procesos participativos que con clara conciencia de los nudos críticos existentes se orienten a diseñar y ejecutar experiencias pilotos cuyo ámbito alcance a su propia comunidad la cual debe potenciar sus capacidades intelectuales y afectivas para programar y ejecutar cambios sustantivos de fondo y forma que permitan avanzar hacia metas y logros de excelencia, que contribuyan a la materialización de la Revolución democrática y pacífica diseñada en la nueva Constitución.

Imelda Rincón Finol fue Rectora de la Universidad del Zulia y actualmente es miembro del Directorio del Consejo Nacional de la Cultura (Conac)
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