Partidos políticos mediáticos
Existe en nuestra sociedad una Opinión Pública mediatizada, caracterizada por la cultura del espectáculo, donde lo que expresan los medios de comunicación (por ejemplo, Venezolana de Televisión, así como Venevisión, Televen, Radio Caracas y Globovisión y algunos medios escritos) se autoerigen como la opinión pública (téngase presente el artículo determinado del singular “la”) la cual refleja la verdadera opinión del Pueblo. Giovanni Sartori nos diría que en un Estado Democrático y Liberal la solución a este problema está en garantizar la pluralidad de medios para que reflejen diversas posturas y posiciones, por cuanto en la diversidad se garantiza la libertad. Sin embargo, lamentablemente nos percatamos que el espacio público de la ciudadanía ha sido asaltada por los medios de comunicación, en el cual, no se cumple la condición de autonomía y pluralidad que Sartori nos hablara. Consecuencia resultante de la ausencia de unos partidos políticos legítimos que asumiesen su rol de opositores al Gobierno, convirtiendo así a los Medios de Comunicación en Venezuela en los nuevos Partidos Políticos Mediáticos, o si se quiere, dejarían de ser “Medios” para transformarse en Partidos, así tendríamos que en nuestra República, al menos en esta coyuntura, podría tener plena vigencia el término “Partidos de Comunicación” o, “Partidos Políticos Mediáticos” (En el caso de Venezolana de Televisión se comportaría como el partido de gobierno; condición que abandona su función de autonomía e instrumento de la ciudadanía)
Ahora bien, si bien esto es una condición aberrante en el horizonte normativo de la Opinión Pública, en estricto sentido la culpa no debe ser de los mismos Medios de Comunicación, sino de la Cultura que sustenta y apoya estas prácticas. Es decir, estamos ante una cultura del gusto por el espectácul o, posicionado en algún extremo de la polaridad política actual (oficialismo vs. Oposición), la cual pone en entredicho el “gen” democrático de nuestro país. Son pocas las personas que mantienen un “justo juicio político” acerca de la realidad del país, o quizás, son muchas pero silenciadas, por cuanto aquellos medios que debían hacerlas expresar ya no son medios sino partidos y por tanto, mantienen en un lamentable pero esperanzador silencio esas mayorías “ciudadanas” ávidas por expresar su moderación, su juicio político.
Esperanzador ya que es el ciudadano el principal responsable de evitar y limitar las arbitrariedades del poder, ya sea del Estado como de las empresas y medios de comunicación. Esperanzador por cuanto existe algo más que amigos (el yo) y enemigos (el ellos) como es el núcleo común de todos (el nosotros), es decir, el ciudadano, que iguala en la libertad, y libera en la igualdad, y que trasciende el ser “adeco”, “chavista”, “escuálido”, para llegar a ser ciudadanos venezolanos con la capacidad de un Juicio Político Prudente y deseado.
(*): Licenciado en Ciencias Políticas y Administrativas
