Opinión Nacional

Un Zamora chavista

“Pueblo que ignora su historia se extravía,

y pueblo que no honra su historia

descubre su flaqueza moral,

no menos que su desnudez espiritual”.

Germán Carrera Damas:

Aviso a los historiadores críticos.

Caracas: Ediciones GE,1995,p.425

Dirigida por Román Chalbaud y con guión del escritor Luis Britto García nos llega la película “Zamora: tierra y hombres libres”. Todo venezolano, todo lector y estudioso de la historia de Venezuela tiene mucho que decir sobre este film. Hacemos aquí sobre ella, es una de sus lecturas posibles, un ejercicio de crítica histórica ya que lo bemoles de la cinta son muchos, numerosos y graves.

Es esta una película peligrosa, mucho. Una nueva exploración, usando de nuestra historia, de lo que hemos denominado las falacias históricas del chavismo. Es de nuevo el intento de alterar la historia utilizando un momento de la historia de Venezuela, instante, proceso y personaje muy bien conocidos y documentados por nuestros más serios investigadores, los serenos, lo que estudian la historia a partir de los documentos, de los cuales hay hoy dos muy destacados, quienes publicaron sus obras el mismo año: Adolfo Rodríguez, hoy por el hoy el mejor biógrafo de Ezequiel Zamora(1817-1860), en La llamada del fuego.(Prólogo: Simón Alberto Consalvi. Caracas: Academia Nacional de la Historia, 2005. 377 p.) y Asdrúbal González en sus Noticias de la Guerra Larga.(Caracas: Feduez, 2005. 508 p.), ambos son dos libros sustantivos, sin los cuales el proceso de la Federación no puede ser analizado hoy en día.

EL FILM

Pero vayamos por partes. Aquí comienzan las paradojas. La película es impecable como obra de arte, dirigida por uno de los maestros de nuestro cine, en ella fotografía, edición y actuaciones brillan. Su historia está muy bien contada, apasiona a aquel quien quiere ver vivos los sucesos de nuestra historia. Y las actuaciones inmejorables, algunas perfectas. Interesante el protagonista, Alexander Solórzano y el actor que hace de Páez, aunque es un anacronismo su presencia allí, la actuación es honda y convincente, no sabemos como se llama, nunca lo habíamos visto actuar. Están las grandes actuaciones de los históricos de la escena venezolana: José Torres, Alberto Galindo, Asdrúbal Meléndez, Anibal Grun o Pedro Marthan. Inmejorables como Roberto Colmenares, Dimas González y el siempre magnífico Luigi Sciamanna y un actor que dejará huella, siempre actúa con hondo sentido, haga lo que haga(drama o comedia): Antonio Delli. O la belleza inigualable de Anastasia Mazzonne, que aparece como un hechizo. Y la siempre rutilante Daniela Alvarado, pese a lo breve de su personaje, no puede ser más hermosa esta encarnación. Es tan buena Daniela que mucho nos extrañó que no lograra lucirse en “El taita Zamora” una película de Luis Alberto Lamata, aun sin estrenarse, pero que hemos podido ver en estas semanas.

BATIBURRILLO IDEOLOGICÓ

Y en esto estriba el peligro de “Zamora: tierra y hombres libres” que la calidad de invención creadora es tal que hará creer a muchos que esta es la historia de Ezequiel Zamora. Pero no lo es. Esta película es un batiburrillo ideológico, es un Zamora chavista y es, sobre todo, el Zamora inventado por la historiografía marxista venezolana, en particular por el panfletario Federico Brito Figueroa(1922-2000), cuyas obras servían a los intereses del PCV y no los fueros de la historia. No entendemos como las falsificaciones de Brito Figueroa no fueron comprendidas por Brito García. A menos que el deseo fuera adular al César imperante, lo cual es más grave aún.

UN PRIMER ERROR

Veamos: de entrada hay un garrafal error histórico. En 1846, durante los sucesos de aquel año, en que aparece Zamora en escena por vez primera, el presidente no era el general José Antonio Páez(1790-1873) como lo vemos en la película sino el general Carlos Soublette(1789-1870) quien nunca aparece. Muchas de las acciones que se le atribuyen a Páez en la cinta fueron cumplidas por Soublette. No se nos escapa, claro, que el poder detrás del trono era Páez, el hegemón venezolano de la época. Por su única actuación en aquel momento fue el intento de entrevista con el líder liberal Antonio Leocadio Guzmán(1801-1884), hecho frustrado. Se pensó hacerlo en la casa del general Santiago Mariño(1788-1854) en La Victoria(Septiembre 1,1846). Mariño era viejo amigo de Guzmán. Ambos conspiraron para derrocar al presidente José María Vargas(1786-1854) en 1835, intento detenido precisamente por Páez.  Pero en 1846 el hombre que tomó las decisiones políticas contra Zamora, Guzmán y el levantamiento liberal fue Soublette. No fue como nos lo muestra la película. Es a Soublette a quien se refiere explícitamente Zamora en uno de sus pocos documentos llegados hasta nosotros, su carta desde Corralito(Septiembre 19,1846), donde dice que el gobierno de Soublette es “faccioso y ladrón”(Varios Autores: Liberales y conservadores. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República, 1961,t.II,p.319).

ZAMORA TAL CUAL FUE

La figura de Ezequiel Zamora no es presentada en la película tal cual fue: pese a su militancia liberal Zamora fue dueño de esclavos y tras la abolición de este régimen en 1854 reclamó, está probado documentalmente, el precio de los esclavos que poseía. Es por lo tanto una falacia presentarlo como contrario a la Ley de Abolición de la Esclavitud y como adalidad de reformas que favorecieran a los antiguos esclavos. Zamora fue esclavista. Por ello es falaz la escena de la película en donde Zamora aparece hablando en contra de la indemnización dada a los dueños de los antiguos esclavos.

Y es tan falaz aquello, creyendo que Zamora fue socialista, lo que es otro equívoco, como ahora lo veremos, organizando a los obreros bajo el monaguismo, tiempo que no creemos que se pueda pensar que existían obreros entre nosotros. Lo que habían eran artesanos y campesinos. Para que haya obreros estos deben tener conciencia  de tal. La primera manifestación propiamente obrera, aunque los que protestaban seguían llamándose artesanos que se llevó a cabo en Venezuela fue en tiempo de la presidencia(Enero 20,1895) de Joaquín Crespo(1841-1898) treinta y cinco años después de la muerte de Zamora.

Zamora fue hecho preso y condenado a muerte en 1847, logró escapar. Fue indultado por el presidente José Tadeo Monagas(1784-1868) quien llegó a la presidencia ese año. Desde ese momento, pese a todo, Zamora fue fiel al autócrata, respetó el orden monaguista, con el que comenzó entre nosotros el vaivén entre la “demagogia y el despotismo” que dijo Augusto Mijares(La evolución política de Venezuela. Caracas: Academia Nacional de la Historia,2004,p.125). Zamora fue monaguista pese a haber sido aquel presidente, el que asaltó el congreso(Enero 24,1848) y rompió la institucionalidad de lo cual gozaba Venezuela desde 1830. Pero Zamora estuvo con él, realizó una extensa carrera político-militar como gobernador de varias provincias, e hizo dinero. Cuando Monagas fue derrocado Zamora era hombre pudiente.

Una observación más sobre Monagas: actuó como lo hemos dicho. Pero como todo paso por la presidencia siempre deja hechos positivos, así el balance general sea negativo, como es el caso de Monagas, bien vale señalar lo que dice el historiador Tomás Polanco Alcántara(1927-2002), el único que le ha encontrado algún mérito: “Probablemente los dos aspectos más interesantes de su obra, fueron el gran esfuerzo hecho por él para lograr la preparación de los primeros Códigos venezolanos, que pondrían orden a la dispersa legislación nacional y luego la solución, muy favorable a Venezuela, que logró Monagas para que quedare establecido que las islas de Las Aves son venezolanas…estableció como obligatorio el sistema métrico…preparó y ejecutó vías de comunicación, hubo un cierto impulso a la agricultura…financió el traslado a Europa del pintor Martín Tovar y Tovar”(Un libro de cristal. Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1989,p.165-166). Cierra su juicio así: “A José Tadeo lo cegó la ambición por seguir mandando…Quiso sin embargo buscar la reforma constitucional para reelegirse una tercera vez”(p.166).

FERMÍN TORO EN 1848

Es una mentira señalar, como se hace en la película, que don Fermín Toro(1806-1865) llamó a las fuerzas norteamericanas a intervenir en nuestro país en 1848. Quien lo hizo fue Juan Manuel Manrique. Lo que pidió el mensurado Toro, en aquella hora aciaga, siempre como hombre de partido, fue la “mediación pacífica”, algo distinto a lo que se presenta en la película con la idea de maltratar el nombre luminoso del patricio(ver J.A. de Armas Chitty: Fermín Toro y su época. Caracas: Inciba, 1966,p.119-121). De Toro también los chavistas desconocen que fue el primer socialista que hubo entre nosotros, socialista utópico desde luego. Y quien con sus observaciones hechas en Londres, cuando era diplomático, luego vertidas en su novela Los mártires(1842), sobre las condiciones de las clases menesterosas en Inglaterra se adelantó cinco años a Federico Engels(1820-1895) en su estudio del mismo asunto, La condición de la clase obrera en Inglaterra. Los mártires es obra que debe ser reeditada para el conocimiento de los venezolanos de hoy.

 

LOS ARAGUATOS

Error, entre los muchos que hay a lo largo del film, es presentar a Zamora como el oficial que derrotó a Páez en “Los Araguatos”(Marzo 10,1848). Quien lo hizo fue el general Pedro Cornelio Muñoz(c1795-1849), por cierto compadre de Páez. Zamora en ese momento solo fue nombrado para custodiar a Páez y conducirlo al presidio.

JUAN CASPERS

Nos parece muy correcta la presencia en la película al lado de Zamora de su otro cuñado(casó con Carlota Zamora Correa), el general alsaciano Juan Caspers, a quien se le ha llamado alemán, aunque en aquellos años esa disputada región pertenecía a Francia, lo fue hasta 1870, por lo tanto era galo. Caspers había venido a Venezuela se dice que en 1830, año en que nació el hijo en nuestra tierra, quizá en algún lugar del actual estado Falcón. Es Juan Caspers quien le habla a Zamora con acento francés en la cinta. A través de él, parece sugerirse, pudieron llegarle a Zamora ciertas ideas de los sucesos de Francia. Este Caspers tuvo un hijo, también oficial federalista, Luis Rafael Caspers(c1830-1913), abuelo de los dos distinguidos hermanos Palacios Caspers, Antonia(1904-2001) e Inocente(1908-1996), ambos descendientes de Zamora. De hecho la novela Ana Isabel, una niña decente(1949) nos muestra el estado de pobreza, digna siempre, honrada, en que cayeron los descendientes de los oficiales federales, de allí el título de la gran novela de Antonia Palacios.

Ahora bien: venido Juan Caspers a Venezuela en 1830 es imposible que haya traído a nuestro país las ideas socialistas que le atribuyen sus descendientes(y ahora los incultos chavistas), de hecho la palabra socialismo fue impresa en Francia por vez primera en 1832 y los movimientos socialistas no comenzaron a actuar hasta 1841, aunque en 1839 hubo quien llamó en Europa a los partidarios de estas ideas “socialistas”. Si Juan Caspers conocía algo del socialismo, y sobre todo de la Revolución parisina de 1848, debió llegarle a través de la lectura de periódicos franceses. Pero nada de eso lo conocemos documentalmente. Juan Caspers solo está registrado en el Diccionario de historia de Venezuela(2ª.ed.aum.Caracas: Fundación Polar,1997.4 vols) como padre de Luis Rafael Caspers. Tampoco aparece en la Historia contemporánea de Venezuela(Caracas: Empresa El Cojo,1909-25. 15 vols) de Gonzalez Guinán.

FALCÓN Y GUZMAN BLANCO

Otro dislate es la presentación que hace la película de los generales Juan Crisóstomo Falcón(1820-1870) y Antonio Guzmán Blanco(1829-1899). Falcón no era así. Lo presentan como un personaje risible, casi de opereta. No es que creamos, pensamos todo lo contrario, que es personaje digno de elogio, mientras más lo estudiamos más nos parece un personaje digno de toda reprobación. Pero no era un fantoche como lo vemos, ¡menos andaba exhibiéndose en los campamentos federales con la banda presidencial¡.

Guzmán Blanco tampoco lo fue como lo vemos allí. Es verdad que ambos eran políticos sagaces, más Guzmán que el pusilánime Falcón, y fueron los herederos políticos de Zamora, fueron los que llegaron al poder en 1863. Pero pretender que Guzmán no peleó en la batalla de Santa Inés es absurdo y falso. Sabemos por testimonio de uno de los participantes, el general Luis Level de Goda(1838-1899), probado adversario suyo, que no sólo participó y peleó sino que en la refriega le hirieron el caballo, “el macho” según le dijo a Level en plena acción.

Y para nada actuó, en el momento de la muerte de Zamora, como se presenta en la película. Todo lo contrario. Ahora lo veremos.

RAMOS NO MURIÓ EN SANTA INÉS

Y por cierto en general jefe de las tropas del gobierno, vencido en Santa Inés, Pedro E. Ramos, no murió en la acción como se ve en la película, solo fue levemente herido.  Pasó de Barinas hasta Mucuchíes.

HOMBRES LIBRES EN 1859

Además la consigna “hombres libres”, como lo ha observado la mirada zahorí de Asdrúbal González ya no era motivo de lucha en 1859 ya que hacía cuatro años que se había decretado la libertad de los esclavos(Noticias de la Guerra Larga,p.103), solo quedaba “tierra”. Y la arenga de Zamora, suponemos que es la de Coro al volver de Curazao(Marzo 7,1859), que vemos en el film, prometiendo esa libertad es una falacia. Si se lee ese discurso no se encuentra tal aseveración. Está en un manifiesto de Barinas(Mayo 22,1859) que cita Asdrúbal González(Noticias de la Guerra Larga,p.90-92). Además de muchos de los postulados del Manifiesto que hemos citado son los mismos que se expresan en el Decreto de Garantías”(Agosto 18,1863) el primer gran documento de la Revolución Federal en el poder, aunque hay que advertirlo que todos estos postulados, fundamento del régimen democrático, estaban ya claramente expresados en la Constitución de 1811, en los capítulos de los derechos de las personas. Y la carta del año once es básica en el desarrollo jurídico y político de Venezuela, siempre los postulados de su articulado están vivos en nuestro vivir.

Y también la esclavitud, “el comercio inicuo de negros”, había sido prohibida ya en 1811 en el artículo 202 de nuestra primera Constitución, en donde se lee las palabras que hemos citado. Era un postulado de la Ilustración, bien conocido por nuestros próceres, con Francisco de Miranda(1750-1816) a la cabeza. Practicado luego por el Libertador primero al conceder la libertad a sus propios esclavos, para dar ejemplo, y más tarde al abolirla en 1816, en Carúpano y en Ocumare, reiterándola en 1818 en Villa de Cura e “implorándola”, esa fue la palabra que utilizó, cuando se dirigió a los diputados del Congreso de Angostura el 15 de febrero de 1819. Si pervivió hasta 1854 fue por maniobra de los esclavistas.

 

EL VIEJO GUZMAN

Antonio Leocadio Guzmán no estaba libre para el momento de las elecciones de 1846, ya había sido detenido. Por ello ni pudo votar, como se ve en la película, ni pudieron votar por él sus seguidores.

¿CÓMO MURIÓ ZAMORA?

La muerte de Zamora no fue como se cuenta, para favorecer la idea tomada de Brito Figueroa, que tanto Falcón, además cuñado de Zamora, y  Guzmán Blanco fueron los que estuvieron detrás del asesinato. Sabemos hoy con firme base que la bala que mató al caudillo provino de un soldado de las tropas del gobierno. En verdad Zamora cayó muerto en los brazos de Guzmán, quien lo acompañaba. Y el lugar de la tumba, asunto que trataremos, fue bien conocido. Tanto que años más tarde, en 1868, pudo ser desenterrado el cuerpo con la idea de trasladarlo a Caracas. Pero se perdieron aquellos huesos en el camino de Caracas, al parecer en la región de Los Teques, tanto que las cenizas que se veneran en el Panteón Nacional no son de Zamora sino de cualquier otro soldado enterrado en San Carlos.

LA MUERTE DE ZAMORA FUE ASI:

Zamora después de la batalla de Santa Inés(Diciembre 10,1859) se dirigió a San Carlos, será el  último tramo de su vivir. Se pregunta Adolfo Rodríguez: “¿qué está agitando la mente del desasosegado general al fin de su travesía”(La llamada del fuego,p.333).

El 9 de enero de 1860 está en San Carlos. De ese día, dice su biógrafo, es la posible última carta, a Pedro Vicente Aguado(c1806-1860), quien había divulgado un especie de nuevo “decreto de guerra a muerte” en donde decía: ”Los oligarcas conocidos como tales no encontrarán en nosotros desde hoy en adelante, otra cosa que el cuchillo”(citado por José Gil Fortoul: Historia constitucional de Venezuela. Caracas: Ediciones Sales, 1964,t.III,p.149-150). A esto contestó Zamora, en una misiva que “rezuma olor a testamento”(La llamada del fuego,p.337) según su biógrafo, “mi anhelo es ver concluida la dominación goda en Venezuela”(La llamada del fuego,p.337): sólo eso, nada más, sustituir un gobierno por otro, ese era todo su deseo.

Es ahora el día siguiente, 10 de enero de 1860. Todo indica que lo que vamos a narrar no sucedió en la tarde sino cerca del mediodía. Fue entonces cuando atravesó la calle real, caminó hasta la esquina de la Casa de la Blanquera, entró a solar de la familia Acuña, allí almorzó, “tomó un pedazo de patilla y, dirigiéndose por un hueco en la pared, marcha a la parte del solar de la casa ocupada por el negocio de los hermanos Desiderio y Federico González, donde las tropas federales, en gran desorden, se detallaban víveres…fue a la puerta que da a la mediagua del sur donde se atrincheraban José Manuel Payares Seijas, Pablo Piña, Montenegro, Buenventura Nuñez, Guzmán Blanco, un oficial y otros. Y Piña dijo: ‘No asome general. Mire las balas como despedazan ese platanal de enfrente…Guzmán recordó estos jirones de voces intercambiadas entre Zamora y la guerrilla apostada allí:

-Sí

-Allí…

-Dos…

-Muy bien

-Ahora mismo

Sin descuidar el flanco por donde penetraban los disparos. Uno de los hombres de Zamora tropezó con Guzmán y éste hizo un movimiento lateral hacia la derecha pero no estorbarlo. Y fue cuando el cabo inició una palabra que quedó trunca:

-Ca(rajo)…

Dobló las rodillas(Zamora) y Guzmán lo habría sostenido para que cayese suavemente de espaldas…Como a las 11 de la mañana, el soldado Telésforo Santamaría, disparó un tiro desde el solar de la casa de Manuel Hernández Sierra hacia el solar de la casa que ocupaban Desiderio y Federico González y que luego sería de Ramón Borjas.

-cayó un jefe de pantalón azul”(La llamada del fuego,p.343-345).

Así “un balazo en la frente le privó la vida en el acto”(La llamada del fuego,p.344, nota 7). A los pocos minutos fue trasladado a la casa de la señora Quiteria Acuña, puesto sobre la mesa del comedor, allí expiró. Así murió Ezequiel Zamora Correa. Fue sepultado en el solar de los Oviedo esa medianoche, “entre dos árboles de totumo y otro de guanábana”(La llamada del fuego,p.346). Los restos estuvieron allí hasta 1868, fueron exhumados pero se perdieron camino a Caracas(La llamada del fuego,p.356), en aquel año lleno de guerra en  Venezuela, días de la Revolución Azul. Así las cenizas de Zamora que hoy están en el Panteón Nacional no son las verdaderas, esto se sabe desde mucho tiempo atrás. Así allí se le rinde homenaje a un fantasma.

PELÍCULA IDEOLÓGICA

Como esta película “Zamora: tierra y hombres libres” no nos presenta al Zamora de la historia, que es el que interesa a quien desee conocer el proceso venezolano, debemos exponer algunos puntos decisivos en su vivir porque lo que vemos en la película es un Zamora ideológico, un Zamora anti-histórico, ya que no lo vemos tal cual fue. De allí que haya que responder una interrogante básica: ¿fue Zamora socialista?¿Pudo ser el caudillo agrarista, cercano a Emiliano Zapata(c1873-1919), que quiso pintar Brito Figueoa o una especie de Lenin tropical que aquel mismo desfigurador de la historia presentó en su lamentable libro, por cierto hoy una de las biblias del chavismo?

IDEAS

No podemos referirnos a Zamora sin tratar de vislumbrar aquello que ha sido objeto de la diatriba que siempre ha rodeado a este caudillo: sus posibles ideas. Y para ello hay que repasar la historia de las ideas políticas en Venezuela para tratar de llegar a la concepciones que tuvo Zamora: si es que tuvo alguna, cosa que parece ser lo único cierto.

Dice Adolfo Rodríguez en La llamada del fuego que en 1846 fue  “donde vorazmente han prendido ‘las anárquicas ideas que circulan”(p.107). ¿Anárquicas por anarquismo o anárquicas por disolventes? podemos preguntarnos. Porque las ideas anarquistas fueron expuestas por Mijail Bakunin(1814-1876) después del levantamiento parisino de 1848, coincidiendo con el movimiento de La Comuna parisina(marzo 18-mayo 28,1871), sucedido once años después de la muerte de Zamora.

Explica Rodríguez también que “La idea de ‘pueblo soberano’, en oposición a la soberanía del rey, esgrimida por los republicanos durante la Independencia y con antecedentes en la Revolución Francesa, resultó de mucha utilidad a los liberales venezolanos”(p.109, nota 20).

¿Tuvo Zamora un programa ideológico y de acción?. ”Hasta el 12 de septiembre de 1846 en que se une con Rangel, no ha manifestado Zamora una sola palabra respecto a reparto de tierras y liberación de los esclavos. Más bien ha sido partidario del gobierno, celoso de las leyes y de la preservación de la propiedad”(p.128). Este Rangel se llamó Francisco José Rangel(c1795-1847), apodado el Indio Rangel.

Lo que hemos referido es lo que encontró el autor de La llamada del fuego en la amplia documentación que consultó para elaborar su diestro libro.

¿FUE SOCIALISTA?

Otra pregunta que hay que hacer ante Zamora es si podemos hablar de él como un socialista, ello es lo que han pregonado los historiadores marxistas venezolanos a partir de unos pasajes de la Vida del valiente ciudadano Ezequiel Zamora(Caracas: Imprenta Federación, 1898. VI, 455, CX p. ) del doctor Laureano Villanueva(1840-1912), su primer biógrafo serio. Pero vayamos por partes.

Entre nosotros, en Venezuela, las ideas socialistas ya se divulgaban en 1848 a través de la traducción de un artículo de L.Reybaud sobre las ideas de los “socialistas utópicos” Charles Fourier(1772-1837), Robert Owen (1771-1858) y el Conde de Saint Simon, Claude Henri de Rouvroy(1760-1825), quienes “Aspiran a la reconstrucción completa del orden social”. Esto estaba inserto en periódico liberal El patriota(octubre 7,1848). A esta gaceta estuvo suscrito en algún momento Ezequiel Zamora como lo anota Adolfo Rodríguez. En 1853 se imprimió en Caracas, en dos tomos, la traducción castellana, hecha por “Un venezolano”, del libro de Alphonse de Lamartine (1790-1869) Historia de la revolución de 1848.(Caracas: Imprenta de Domingo Salazar, 1853.2 vols). Rodríguez también nos da la noticia de haber circulado en Caracas en 1850 el libro Barcelona moderna y Barcelona antigua. El socialismo y la Economía Política. Síntomas del tiempo. Anarquía intelectual era sin duda una publicación catalana y se vendía en Caracas en la imprenta de Domingo Salazar, de Pedrera a Gorda(La llamada del fuego,p.175 y 308). En 1852, señala Germán Carrera Damas, circuló en Caracas el volumen Análisis del socialismo, impreso en Bogotá(Crítica histórica. Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1960,p.113-114). Además, el mismo Carrera Damas lo analiza también, fue el caraqueño Ramón Ramírez, nacido en 1824, autor del libro El cristianismo y la libertad(Caracas: Imprenta de Valentín Espinal,1855. XIV, XXII,245 p.;2ª.ed.Caracas: Monte Ávila Editores,1992. 279 p.) quien en su obra, a mediados del siglo XIX, debatía sobre las diversas formas de socialismo(Capítulo V) lo cual nos indica que el estudio de esta teoría no fue extraña para los venezolanos de aquel tiempo(Temas de historia social y de las ideas. Caracas: Universidad Central de Venezuela,1969,p.151-165).

 

LEER A MARX

Muchas de las observaciones que siguen tienen que ver con Zamora pero muy especialmente con el movimiento ideologizador de su figura hecho por el gobierno del presidente Chávez. Muchos han creído que Ezequiel Zamora pudo ser socialista, incluso marxista, que algo de todo lo sucedido en Francia de 1848, pudo llegar a él en los doce años finales de su vida, que se cerró con el balazo de San Carlos.

En el corazón del socialismo están Carlos Marx(1818-1883) y Federico Engels. Por lo cual para examinar estos asuntos hay que leerlos pero a partir del conocimiento del llamado “socialismo utópico” que fue uno de los grandes movimientos humanistas del siglo XIX, del cual sabemos que sus ideas fueron divulgadas en Caracas como lo hemos anotado más arriba en base a las trazas encontradas por el profesor Rodríguez. Socialista utópico fue don Fermín Toro.

Marx y Engels lanzaron en Londres el “Manifiesto del Partido Comunista”(1848) como una de las primeras expresiones contrarias al “socialismo utópico”(1834-1848), la expresión es de Engels, para calificar la expresiones socialistas premarxistas. En aquel momento ellos, Marx y Engels, denominaron sus ideas,  “Socialismo Científico”, como también se conoce al marxismo. Sinónimo es la expresión materialismo dialéctico.

Y estas ideas tenemos los venezolanos de hoy que estudiarlas pero con sentido crítico, basándonos en buenas fuentes como puede ser el estudio del denso historiador norteamericano Edmund Wilson(1895-1972) en Hacia la estación de Finlandia(Madrid: Alianza Editorial, 1972. 572 p.), todavía en plena vigencia pese a haber sido publicado en 1940; el volumen de Isaiah Berlín(1909-1997) Karl Marx(Madrid: Alianza Editorial, 1963. 283 p.) o las obras de nuestro primer marxólogo Ludovico Silva(1937-1988), los libros de los tres son iluminadores. Y al hablar hoy de socialismo es imposible no referirnos al breve y denso ensayo de Silva Teoría del socialismo(Prólogo: Teodoro Petkoff. Caracas: Editorial Ateneo de Caracas,1980. 81 p.) en donde expuso el verdadero sesgo de esta doctrina con  claridad y lucidez, nos hizo ver como en ese momento, en 1980, las sociedades que se llamaban socialistas no lo eran.

¿EZEQUIEL ZAMORA: SOLO UN CAUDILLO MAS?

Pero claro lo que no fue cierto es que Ezequiel Zamora, como nos lo ha querido hacer creer el comandante Chávez a través de “El árbol de las tres raíces”, fuera socialista. En este punto es vital el análisis de Manuel Caballero sobre el posible socialismo de Zamora en su exploración de lo que denominó “Los mitos del 4 de febrero”(Ni Dios Ni Federación. Caracas: Planeta, 1995,p.213-218). Tampoco fue el introductor del socialismo entre nosotros como lo inventó la mente calenturienta de Federico Brito Figueroa, entre otras desfiguraciones de la historia del siglo XIX y de la personalidad de Zamora que se pueden leer en su obra sobre el tumultuoso caudillo liberal(Tiempo de Ezequiel Zamora. Caracas: Ediciones Centauro, 1975, p.248), libro prevaricador sobre nuestro pasado como pocos se han publicado en esta tierra. Prevaricador en el sentido que hoy da a este término Umberto Eco(A paso de cangrejo. Caracas: Debate, 2006,p.54-73). Sobre el volumen Tiempo de Ezequiel Zamora escribió Guillermo Morón, amigo probado de Brito Figueroa, pese a haber padecido siempre su “mal carácter, agresivo”, dice que fue “gran historiador y difícil amigo”, que su libro sobre Zamora sólo fue “un arma política, no un libro de historia”(Patiquines, pavorreales y notables. Caracas: Planeta, 2002, p.221,223 y 225). Y como también lo demuestra Adolfo Rodríguez al caudillo federal si algunas ideas del socialismo o del comunismo le pudieron llegar para nada influyeron en él(p.307-310). Y la presencia de aquellos dos aventureros franceses, Morton de Keratry(c1830-1872) y Napoleón Avril, que se dice venían de haber participado en la revuelta que en 1848 conmovió a Europa(enero-febrero) y en especial a París(junio 24-26), se debe decir que fue escaso el tiempo en que estuvieron cerca del caudillo y limitada su posible influencia, la cual no ha podido ser demostrada documentalmente por ningún autor hasta ahora pese a atribuírsele a Morton haber concebido el lema “Dios y Federación” como recuerdan el citado Caballero(Ni Dios ni Federación,p.214) y Adolfo Rodríguez (La llamada del fuego,p.286,287-288). Rodríguez explica también que la divisa “Dios y Federación” ya se había pronunciado en el oriente de Venezuela en 1835 durante la “Revolución de las reformas”(p.288), según esto, añadimos, pudo ser inventada por Etanislao Rendón(1806-1874), quien fue reformista y quien era un ideólogo liberal en aquellas costas. Por reformista Rendón debió irse al exilio después de aquella revuelta contra el presidente José María Vargas por varios años. Y Morton y Avril no pudieron convencer a Zamora de ninguna idea, incluso radical, porque como lo anotó José Gil Fortoul(1861-1943): “Definir el ideal, ponerlo en contacto con la realidad, hubiera sido esfuerzo superior a su carácter impulsivo e impaciente”(Historia constitucional de Venezuela, t.III,p.157). O porque como apunto el maestro Arturo Uslar Pietri(1906-2001), a quien cita Adolfo Rodríguez,”si uno lee los documentos de la época, es poco lo que se saca en claro…del lado federal, tanto los de Zamora como en los de Falcón, no se encuentran sino generalidades y conceptos vagos sobre los objetivos de la Revolución. Proclamación del régimen de libertades individuales irrestrictas, desmantelamiento del poder y autonomía absoluta de las provincias”(La llamada del fuego,p.310). Así fue, ni siquiera el comunismo lo influyó porque Zamora, pese a su leyenda avivada primero por la izquierda marxista venezolana, ahora por el chavismo, no pasó de ser, para quien lee la historia a través de sus papeles, un caudillo más del siglo XIX. Y, claro está, todo lo que propalan Chávez y su gente alrededor de él es incierto, ni siquiera verdaderos son sus restos que tanto venera en el Panteón Nacional la actual llamada revolución, que para nada lo es. Los verdaderos se perdieron en 1868, año de honda guerra en el país, días de la “Revolución Azul”, en el camino entre San Carlos, donde habían desenterrado los verdaderos en presencia de uno de sus sepultureros horas después de su asesinato, y Los Teques. Por esos lares desaparecieron. Los que trajo Guzmán Blanco al Panteón Nacional fueron los de algún soldado federal que ya presidente Guzmán Blanco, en uno de sus pasos por San Carlos, hizo sacar de una fosa allí, dio orden de traerlos a Caracas como de Zamora y depositarlos en el Panteón Nacional. Y esto nos lleva a una última consideración: ¡hay del pueblo, de la república, de la nación, que venera mentiras¡. La conclusión es obvia: para 1859 ciertas ideas socialistas corrían en el país a través de la prensa y en algunos libros. Y varias personas y algunos políticos debieron leerlas. Pero no llegaron a Zamora ni este las practicó. Por lo tanto no fue el introductor ni del socialismo ni del comunismo  en Venezuela. Y por lo tanto un gobierno que se considera tal, como el que preside Hugo Chávez, no puede tener a Ezequiel Zamora como bandera de su socialismo y de su comunismo tantas veces propalado. Por cierto, desde el punto de vista constitucional, pese a lo que se propala, Venezuela es una nación republicana y democrática no socialista. Todos las alteraciones hechas a la Constitución de 1999, que es la vigente, desde el Reforedum de diciembre de 2007, son anticonstitucioanales e írritas. La constitución vigente fue ratificada a fines de 2007 y esa decisión de voto popular en el único válido. Vivimos, para nuestra desgracia, la disolución constitucional de Venezuela.

Y en verdad la ideas marxistas penetraron en Venezuela en el siglo XX, con la generación de 1928 y a través de su verdadero introductor y vocero el tocuyano Pío Tamayo(1898-1935). Así cuando el doctor Pedro Manuel Arcaya(1874- 1958), ministro de Gómez, acusó a los jóvenes de ser comunistas estaba en lo cierto. En verdad el marxismo aclimató en los jóvenes venezolanos, como Gustavo Machado Morales(1898-1983) o Salvador de la Plaza(1896-1970) durante sus exilios. En el destierro también los conoció Pío Tamayo, quien fue su primer divulgador entre nosotros. El Partido Comunista de Venezuela fue fundado en Caracas, en la clandestinidad, en 1931. Públicamente la primera persona en proclamarse comunista en Venezuela fue Gustavo Machado en un acto político en el Teatro Municipal después de la muerte de Gómez cuando Machado regresó del destierro.

Lo que si no tuvo eco en Venezuela fueron las ideas de quien fue posiblemente el primer marxista venezolano, de religión judía y raíces curazoleñas,  graduado en Columbia University en Nueva York, el doctor Daniel de León Jesurum(1852-1914) toda cuya acción se llevó a cabo en los Estados Unidos. Se le considera padre del sindicalismo norteamericano. De León en su actividad llegó a conocer a Lenin(1870-1924) y entre sus obras quizá sea la más singular La reconstrucción socialista de la sociedad(1905). Todavía se sigue repitiendo que había nacido en Curazao, de donde eran sus padres, pero sabemos que siempre indicó haber nacido en Venezuela. No se sabe donde: ¿en Coro, en Puerto Cabello, en Caracas, que eran las ciudades en las que vivían entre nosotros las familias Sefardistas curazoleñas?. 

Todo esto que son elementos históricos hay que tenerlos en cuenta para el análisis de los asuntos que tratamos, para ver a Zamora y para observar la divulgación entre nosotros del ideario marxista, de tan crucial influencia en el siglo XX, al menos hasta los sucesos checos de 1968, donde se inició la caída del socialismo sin duda, en las huelgas de 1980 en Polonia, en la divulgación de la perestroika en 1985, en la vuelta de la democracia de los países, llamados entonces del este europeo, en verdad eran del centro de Europa como Polonia, Checoeslovaquia y Hungría, y en la caída del Muro de Berlín a finales de 1989.

LOS PASAJES DE VILLANUEVA

Ya hemos señalado que se ha pensado en que Zamora pudo ser un agrarista, o quizá socialista, en base a unos pasajes de la biografía de Laureano Villanueva. Manuel Caballero los ha estudiado y ha llegado, como es lógico a la conclusión contraria. Estos dos los fragmentos citados por Caballero:

En el primero se lee: “Un día se presentó una mujer llorando, porque un soldado le había robado unas prendas. Las prendas no valían mayor cosa. Zamora llamó al soldado; y delante de él le hizo pagar lo que ella decía que valían, que no pasaba de dos o tres pesos. Despidió a la mujer, y después de que ésta se hubo ido, le dice al soldado, delante de sus edecanes, del Secretario, Licenciado Iriarte, y otras personas:

-¿Cómo se ha atrevido usted a robar a esta infeliz? ¿Qué va usted a remediarse con esas miserables prendas? ¿No sabe usted que la gente del pueblo es sagrada? Le haré dar a usted unos palos para castigarlo.

-Lo que debe cogerse son los ganados, bestias y tiendas de los godos, porque con esas propiedades es con lo que ellos se imponen, y oprimen al pueblo.

-A los godos se les debe dejar en camisa, pero la gente del pueblo, igual a usted, se respeta y se protege. Y siguió discurriendo sobre estas ideas enteramente revolucionarias. Todo con el propósito de infundir a la tropa amor al pueblo y odio a los ricos, aunque fueran liberales; pues decía que las mismas haciendas de los Pulidos, aunque éstos eran liberales, debían destruirse”(Vida del valiente general Ezequiel Zamora. 4ª.ed. Caracas: Monte Ávila Editores,1992,t.I,p.132-133).

El segundo trozo es este: “los liberales se esparcían por las selvas, dominaban las serranías y los llanos, y sublevaban las masas populares. Los libertos llevaban clavada en la mente la idea de que los oligarcas los iban a volver a la esclavitud, y los de Coro creían que debían exclusivamente su libertad al General Falcón. Indios de acá y de allá andaban alucinados con los resguardos de tierras de los indígenas, que les ofrecían leguleyos de las aldeas. Los pobres, en suma, tenían horror de los centralistas, porque entre otras cosas propalaban que los querían vender a los ingleses, para con sus carnes hacer jabón, y con sus huesos cachas de cuchillos, bastones y sombrillas”(Vida del valiente general Ezequiel Zamora, ed.1992,t.II,p.42).

El LLAMADO SOCIALISMO DE ZAMORA

En la p.103 de La llamada del fuego expresa Rodríguez:“Cree Laureano Villanueva que ‘la ambición constante’ de Ezequiel Zamora, era ‘servir al pueblo, a la manera de Tiberio Graco, con ciertas ideas utópicas de socialismo y de igualdad de bienes”(Vida del valiente ciudadano Ezequiel Zamora. 3ra.ed. Caracas: OCI, 1975,p.241). Fue Tiberio Graco(162-133 aC) tribuno de la plebe, autor de una ley agraria redistributiva. Fue acusado de conspiración y murió en un motín.

Las otras referencias que logró estudiar y ordenar fueron: “Se difunde en el país, más o menos, qué cosa es el socialismo. El periódico liberal El patriota, al que una vez estuvo suscrito Zamora, publica en su número 12 del 17 de octubre de 1848 una traducción de artículo de L.Beybaud sobre los ‘socialistas’, en el que se explican ideas de Fourrier, Owen y Saint Simon”(p.175)

“En la imprenta de Domingo Salazar, Pedrera a Gorda, se oferta en 1850, el libro ‘Barcelona moderna y Barcelona antigua. El socialismo y la economía política. Síntomas del Tiempo. Anarquía intelectual’”(p.175)

¿Era rojo Zamora? se pregunta Rodríguez(p.307): no lo podía ser porque entonces ese era el color de los conservadores. Lo que dice Brito Figueroa sobre el color rojo, el propio de los comunistas, y Zamora es pura invención suya, una traspolación de los tiempos.

En 1853: “Una traducción del libro de Lamartine sobre la revolución de 1848 en Francia es editada en esos días en Caracas y dícese allí de los proletarios de Luis Blanqui con estandartes rojos”(p.308). El general Rafael Urdaneta(1823-1862), llamado Urdaneta en el joven para no confundirlo con su padre, el prócer del mismo nombre y apellido, “había sido, en París, alumno de Adolfo Blanqui, hermano de aquel socialista francés”(p.308).

“Brito Figueroa sostiene, sin evidencias documentales, que obreros y artesanos participantes en las barricadas de 1848 son ‘los primeros rojos que llegan a Venezuela”(p.308). No podían ser “rojos” pues de ese mismo año es el Manifiesto Comunista de Marx. Pese a ello, y de eso si hay evidencia citada por Rodríguez, tomada de El Constitucional(diciembre 3,1859) que había entonces en Caracas quien llamaba “liberales rojos” a varias personas, entre ellos a Zamora, cuyo nombre escribe “Exequiel”(p.309). Cuando aparece ese número de El constitucional faltaban siete días para la batalla de Santa Inés(diciembre 10-11,1859), en Barinas, donde triunfó Zamora sobre la fuerzas del gobierno. Pero el dirigente sólo logró vivir veinte y nueve días más.

Continua Rodríguez: “A los federales se les endilgó, también, ideas socialistas”(p.309); hay quien pensó, como Ramón Ramírez, que “el liberalismo es el nombre que usa el socialismo cuando viaja de incógnito”(p.309).

Explica Rodríguez: “El verbo federar adquiere aceptación al respecto, al asociársele con decomiso, confiscación, comunicación”(p.309).

“Y el escritor marxista Carlos Irazabal(1907-1991) no duda que el caudillo federal: quería el mejoramiento económico del pueblo aun cuando no sabía como llevarlo a cabo. El comprendió claramente que la fortaleza del enemigo radicaba en su fuerza económica”(Venezuela: esclava y feudal. Caracas: José Agustín Catalá Editor, 1974,p.250). Irazabal puede ser considerado el padre de la historiografía marxista venezolana.

La síntesis de todo esto está en las tres citas que siguen, están en La llamada del fuego. El doctor José Gil Fortoul en su Historia constitucional de Venezuela señala: “La luz que penetraba en su cerebro era el reflejo remiso de un ideal democrático entrevisto en alguna que otra lectura de libros literarios y periódicos de lucha. Definir el ideal, ponerlo en contacto con la realidad, hubiera sido esfuerzo superior a su carácter impulsivo e impaciente”(p.310. Subrayado nuestro)

Arturo Uslar Pietri de quien Rodríguez cita este significativo fragmento: “Si uno lee los documentos de la época, es poco lo que se saca en claro…del lado federal, tanto en los de Zamora como en los de Falcón, no se encuentran sino generalidades y conceptos vagos sobre los objetivos de la  Revolución. Proclamación de un régimen de libertades individuales irrestrictas, desmantelamiento del poder y autonomía absoluta de las provincias”(p.310).

Allí está la explicación: casi no tuvo ideas determinadas. Y “Nada de comunismo”(p.310) como expresa Rodríguez. Y nada de socialismo tampoco. En su cabeza sólo había un “revulicio mental”(p.329). Fue la “inteligencia primitiva” que dijo Manuel Caballero(Ni Dios ni Federación,p.214).

LOS TAITAS

Llegamos al final de este recorrido. Esta que cuenta la película de Román Chalbaud es la historia de unos de nuestros llamados “Taitas”. Ezequiel Zamora pensó, según uno de los diálogos de la película, que “La política es guerra. La guerra es política”. Se ha llegado a pensar en estos días, otra vez por incensar al presidente Chávez, que “Venezuela siempre ha buscado un Taita”. Nada más erróneo. En Venezuela ha habido tres “Taitas”: José Tomás Boves(1782-1814), José Antonio Páez y Ezequiel Zamora. Boves y Zamora ensangrentaron al país y de sus acciones nada sólido ni positivo salió, más allá de sangre, destrucción e incultura política. Fíjense que sus carreras fueron muy breves: dos años la de Boves; casi tres años la de Zamora(1846,1859-1860).

El otro, Páez, con su buen ojo, que siempre le distinguió, sin dejar de ser un caudillo, comprendió que el camino era otro. Dejó de ser Taita, gobernó rodeado de los mejores venezolanos, civiles muchos de ellos, y dejó obra firme. Es falso que Venezuela “siempre ha buscado un Taita”. Lo que hemos buscado es un líder y un dirigente que sepa conducir al país por el camino constructivo de la paz y el desarrollo. Un dirigente dispuesto a vivir por el país, a servirlo, a encontrar como vamos a hacer para administrar el bochinche, como vamos a ser gobernados por el hombre justo. Por allí anda, algún día habrá de gobernarnos, aun no sabemos como se llama.

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