Venezuela invertebrada
Hace muchos años, en 1922, el filósofo José Ortega y Gasset publicó su famoso ensayo España invertebrada, en el que analizaba la crisis social y política de la España de aquellos tiempos.
Ortega sostenía, entre otros argumentos, que la causa de los desmanes estaba en que no había una clase dirigente capaz de tomar decisiones firmes y eficaces.
En nuestro país resulta evidente que está ocurriendo lo mismo, agravado por las absurdas atribuciones que la Constitución vigente le otorga a la persona que detenta el cargo de Presidente de la República, que convierte a ese personaje en una especie de monarca sin limitaciones, que puede actuar a su libre albedrío de manera irresponsable.
Lo ocurrido, recientemente, con las medidas y contramedidas de Maduro, es un claro ejemplo del daño que puede causar un hombre que actúa por impulso, y fabrica escenarios fantasiosos y paranoides para justificar su propia incompetencia en gerenciar adecuadamente la cosa pública, y asegurarle el debido bienestar a la población.
Las precipitadas y no planificadas medidas para cambiar el cono monetario del país han producido una verdadera catástrofe nacional, con saqueos y muertos y la destrucción de la confianza ciudadana.
Lo que resulta increíble es cómo decidió, después del estado de convulsión nacional, como si nada, prorrogar la vigencia del billete de 100 bolívares, que había mandado a desaparecer abruptamente, y cuyo valor de cambio era , si acaso, equivalente a 3 centavos de dólar.
En ningún país serio se saca de la circulación la moneda hasta tanto no se haya incorporado y distribuido la nueva y hayan sido otorgados los lapsos suficientes para que la sustitución se haga en sana paz.
Los daños materiales y las lamentables pérdidas de vida tienen un responsable, y no valen discursos para atenuarlas.
Esperamos que la invertebracion de Venezuela no se resuelva de manera trágica, como ocurrió en España, con más de un millón de muertos en la absurda guerra civil que asoló a esa nación.
Es necesario que la oposición y el gobierno procedan a negociar una solución pacífica y constitucional para constituir un gobierno de unidad y salvación nacional, que pueda tomar las medidas necesarias para recuperar la paz social y enrunbar a Venezuela hacia su recuperación económica, política y social.