Venezuela no se acabó con la ANC ni con las elecciones, es hora de reflexionar
Pedro Pérez B
Muchos pensaron que la ANC era el fin, hasta se mudaron al extranjero, pues iba a llegar el comunismo o Raúl Castro iba a ser presidente. Lo cierto es que pasará como otra anécdota de las tonterías con las que algunos se martirizan o quieren martirizar a otros, esto sólo como referencia para empezar con el análisis.
La respuesta internacional al evento electoral del 15 de octubre ha sido tenue, por no decir insignificante. El domingo en la noche pensamos que venía la bomba atómica de las sanciones, pero parece que ese no va a ser el caso.
El Gobierno ha salido hasta ahora muy bien parado. ¿Ahora qué van hacer? ¿Pagar la deuda? Todos los bonos de la curva media y larga están a valores de default similar al 2016 pero la corta no. ¿Son unos desquiciados quienes compran el Pdvsa17? ¿Si están ganando la partida, la van a trancar ahora? Tenemos 5 años diciendo que el Gobierno va hacer default de su deuda. Martirizar y ser martirizado, supongo, nos gusta en esta tierra nuestra.
¿Van ahora a liberar un poco la economía como se viene hablando dentro del mismo Gobierno? ¿Lo pueden hacer? No creo que debemos subestimar más al Gobierno.
La estrategia fast track del “vete ya” que se inició en abril del 2002 (continuación de la antipolítica) sin dudas a probado ser fallida y sólo ha consolidado al Chavismo en el poder, quien supuestamente no podía ganar la elección de la junta de condominio de Miraflores. Esta situación sólo ha probado que los Tiburones de la Guaira juega con el New York Yankee.
Se gastó la energía vital de los jóvenes entusiastas y deseos de cambio en las protestas de 2014; en el revocatorio de 2016 y finalmente en las protestas de 2017. Los líderes se equivocaron y se dejaron llevar por los radicales del “vete ya”. Ahora hay que empezar de nuevo en lo político.
Creo debemos retomar la agenda de contactos con entes gobernamentales para el tema económico. Este gobierno va a influir en la economía y política por algunos años más, guste o no, son la parte dominante de la ecuación; eso sin dudas.
Son los dueños de la justicia en el TSJ, en las leyes de la ANC, en las 17 gobernaciones recién ganadas, en el BCV, en el CNE, también en el sector petróleo y en las finanzas del país, en todos los servicios públicos y en el 50% de la banca. Esa es la realidad.
Ahora bien, los problemas que condujeron al Chavismo a tomar el poder en 1999 hoy están agravados, eso sin dudas, sobre todo la ya centenaria dependencia del petróleo como único ingreso y estamos sujetos a la volatilidad de sus precios. Los 30 millones de venezolanos viven de una empresa que se llama PDVSA.
Ahora con todo el poder ¿qué va a hacer el Chavismo con él? ¿más de lo mismo?
Lo único que queda es tratar de convencerlos o ayudarlos, si están convencidos, a aflojar los tornillos, clavos y alambres con que tienen amarrada a la economía, eso propiciando encuentros entre el sector privado empresarial y Gobierno para activar una sana producción nacional.
Unos pensarán ¿para qué vamos hacer esto? Yo digo porque nos interesa. Otros dirán, no pierdas tu tiempo, la respuesta es ¿de quién es el tiempo? ¿no vale la pena por lo menos intentar? o ¿sólo queremos lidiar con las consecuencias?
Quien no quiera lidiar con esta realidad debe migrar o quedarse bien mirando al techo. Quien sí quiera hacerlo, tiene la oportunidad de tratar de lograr algo o quizá mucho. Hay que intentar encontrar aquellos elementos de construcción nacional que seguramente son comunes en las mentes de quienes tienen la oportunidad de influir en diferentes sectores sin distingo de ideologías.
Yo le digo a los empresarios amigos, imaginen que llego alguien del futuro que dice, “vengo del año 2027, la economía le va muy bien en Venezuela, está mejor que la de Perú” ¿qué harían ustedes con esa información?”. Unos pueden responder, el tipo del futuro con quien yo hablé me dijo “Venezuela es igual a la serie de Walking Dead, está peor que ahora”. Yo le respondo “cada quien escoge con quien quiere hablar”, los dos mismos del futuro también fueron a Perú a mediados de los 80, con el mismo cuento.
“Tenemos que abordar los retos en vez de desear que no estuvieran ahí presentes y sin dudas el entusiasmo y el optimismo son importantes pero es la perseverancia la que va hacer la diferencia”
