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La violencia consustancial al chavismo

Hace pocos días el gran artista Pedro León Zapata hizo un dibujo de una figura vestida de militar y por rostro tiene la boca de un fusil. El personaje dice: «combatir la violencia es como suicidarnos». La trayectoria política del chavismo ha estado cargada de violencia.

La prédica constante del comandante líder es la de agredir, insultar, denostar del adversario. Ha llenado al país de odio, ha dividido al país en fracciones casi irreconciliables. El estilo despreciativo para tratar al adversario político, la mentira como arma política para acusarlos de enemigos de la patria, de burgueses explotadores, de enemigos de la Independencia, donde él sería un nuevo Bolívar libertador. Chávez es un líder nefasto, lleno de odio, si faltaran ejemplos ­que sobran­ ahí están los presos políticos que no han logrado obtener de él una amnistía, que el presidente Caldera se la otorgó a él y a los suyos, pese al origen de protagonistas de dos golpes militaressangrientos. Como lo ha revelado Aponte Aponte, quien fue su magistrado militar, los comisarios y la jueza Afiunison prisioneros por órdenes directas suyas.

La violencia le va implícita a los movimientos fascistas y estalinistas. Esa mezcla no es rara, ha estado presente en la revolución cubana y el PSUV en el gobierno es fascista con una careta de fidelismo. En cualquier caso la violencia le es consustancial. De ahí los círculos chavistas, las milicias paramilitares, los grupos armados que controlan ilegalmente territorios en varias ciudades. El chavismo y Chávez mismo le han rendido homenajes a violentos como Lina Ron y a los impunes jefes de bandas en la parroquia «23 de Enero».

No solo es la violencia política que busca gobernar con el terror, es también el crecimiento de la delincuenciacomún, que pareciera tener protección estatal, tan débil es la política para combatirla.

El movimiento chavista no tiene obreros, estos se rebelan a cada rato; no tiene estudiantes, nunca han podidoganar una limpia elección universitaria; su presencia en la clase media es débil, acuden a ella cuando hay elecciones.

No se puede negar que el chavismo tiene enorme respaldo en sectores populares, pero entre ellos hay la que Carlos Marx llamaba lumpen, que es una degeneración del proletariado, utilizado como carne de cañón por líderes mesiánicos y sin escrúpulos. No es que son incapaces los gobernantes actuales de combatir la delincuencia, es que la usan como instrumento intimidatorio de la sociedad normal que tiende a rechazarlos.

Violencia política y violencia delincuencial forman parte de esa política de odio y de guerra social que el presidente vitalicio alimenta. Está planteada la paz contra la violencia tal como Capriles Radonski había propuesto.

 

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