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Penzini Analítica: Zimbabue recuerda lecciones básicas de economía a Venezuela

Una gran polémica levantó The Economist, la prestigiosa revista inglesa que comparó a la Venezuela actual con la desastrosa política económica de Zimbabue de hace quince años. Varios analistas y periodistas escribieron sobre el tema preguntándose: ¿Podría Venezuela seguir el camino de Zimbabue?

Hagamos un breve análisis basado en el artículo. Entre las similitudes en los modelos de ambos países se encontraron:

1) Líderes revolucionarios carismáticos:

Robert Mugabe ha gobernado Zimbabue desde 1980. Hugo Chávez gobernó a Venezuela desde 1999 hasta su muerte en el año 2013. Nicolás Maduro continúa con la misma política económica, pero según The Economist no tiene la destreza de Chávez, ni del líder africano.

2) Se aplicaron políticas de expropiación y confiscación de empresas:

Mugabe destruyó la industria más grande de Zimbabue cuando expropió grandes granjas comerciales sin ningún tipo de compensación.

Chávez hizo lo mismo expropiando numerosas empresas por capricho, y resalta el artículo que a veces hasta lo hizo en vivo y directo por televisión. The Economist recuerda el día que despidió a 20.000 trabajadores de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) reemplazándolos con 100.000 empleados leales al chavismo y “muy a menudo por incompetentes”.

3) Control social y político:

En el año 2000 Mugabe perdió un referéndum, pero ganó la elección siguiente para mantener a la oposición fuera del poder. Los chavistas perdieron las elecciones parlamentarias en diciembre, pero han utilizado su control de la Presidencia y del Tribunal Supremo de Justicia para neutralizar a la oposición.

4) Uso de cuerpos paramilitares:

Mugabe reclutó una milicia de gente humilde como “veteranos de guerra” para intimidar a sus oponentes. Chávez reclutó bandas de los barrios pobres, conocidos como «colectivos»,para aterrorizar a los oponentes .

Al igual que las «camisas negras» de Mussolini y los » camisas pardas » de Hitler, la función de estos cuerpos paramilitares, envueltos en una actitud violenta intimidante, es asustar a la sociedad para obligarla a obedecer los caprichos del caudillo

5)  Control de precios y bachaqueo

Alegando su preocupación por la gente pobre , Mugabe al igual que los chavistas, fijaron los precios de los productos de primera necesidad para que fueran “accesibles”. Estos desaparecieron rápidamente de los estantes. Los proveedores, en lugar de vender los bienes al precio oficial, prefieren venderlos en el mercado negro y aparecen los «bachaqueros»

6) La culpa siempre es de otro:

Mugabe culpó a unos supuestos especuladores, traidores, imperialistas y a los homosexuales todos los problemas económicos de su país

Maduro insiste en que los capitalistas locales y sus aliados estadounidenses están librando una “guerra económica” en Venezuela.

La revista aclara que «Esto es absurdo: en las dos economías, los ataques han venido… del mismo gobierno».

Pero el articulo también ofrece una respuesta de ¿Cómo salió Zimbabue de la crisis?

Después de haber sufrido un fenómeno de hiperinflación, Zimbabue tuvo que abandonar su moneda que ya no tenía ningún valor y usar dólares estadounidenses y otras monedas extranjeras en su economía

Después de eso, ese país logró recuperarse parcialmente, gracias a la dolarización y después de haber eliminado varias de las desastrosas políticas económicas del gobernante.

Según The Economist para Venezuela, la lección es clara, debido a que la oposición venezolana está dispuesta a cambiar el rumbo del país, y consideran que el «despiste» de Maduro “les está ofreciendo una oportunidad”. Y finalmente remata señalando que «Maduro dice que está abordando la escasez criando pollos por sí mismo».

Opiniones sobre el artículo

El diplomático e internacionalista Milos Alcalay opina que:»La conclusión de la revista británica es contundente: Si se persiste con el modelo Mugabista, las cosas solo empeoraran. Rechacemos el intento de convertir a nuestra Patria en una especie de Zimba-zuela», dice Alcalay.

La Iguana TV calificó el reportaje The Economist como «venenoso, malsano y parcializado», y alertan que el Fondo Monetario Internacional (FMI) «tiene su mano ‘peluda’ en el reportaje, al financiarlo desde meses atrás». Alegan que la publicación ignora «todos los logros del Gobierno revolucionario» y aseguran que «las duras críticas del artículo contra la economía de Venezuela, deja ver entre líneas que el único propósito de los medios internacionales de derecha y el FMI es convencer al pueblo de que el bolívar no sirve y la única salvación es la dolarización».

Por su parte, el periodista Rafael Poleo opinó que «tampoco se puede decir que Venezuela es igual a Zimbabue. Aquel país es políticamente primitivo y sin instituciones, mientras que en Venezuela hay una clase media culta que apoya una oposición unida, organizada y bien dirigida».

Conclusión

La similitud fundamental entre los dos modelos es que han demostrado una gran ineptitud económica. El resultado de la crisis que viven ambos países se debe a procedimientos considerados como totalitarios, utilizando modelos económicos obsoletos que parten del principio de creer que las fuerzas del mercado pueden ser controladas y manipuladas al antojo del gobernante.

Está comprobado, como en el caso de Zimbabue y ahora el de Venezuela, que el modelo fracasado de controles en la economía, confiscaciones, nacionalizaciones, racionamiento, criminalización de la actividad y de la propiedad privada, produce una alta inflación, inseguridad y -sobre todo- desabastecimiento.

Ya Venezuela entró en un espiral hiper inflacionario, como lo demuestra el artículo, y que sufriremos de todos los males que implica ese fenómeno en la economía.

Para salir de ella es necesario realizar una convergencia cambiaria, reducir o eliminar los controles de capital, eliminar el financiamiento por parte del Banco Central de Venezuela (BCV) y cubrir el déficit fiscal, racionalizar el gasto, imponer disciplina fiscal y monetaria, restablecer la autonomía del BCV y así poder establecer metas inflacionarias factibles e incentivar la producción mediante la inversión en capital tanto físico como humano.

Si el Ejecutivo Nacional decide tomar estas medidas, nos evitará una catástrofe económica aún mayor de la que sufrimos.

Históricamente los procesos de hiperinflación, como el que vive Venezuela, traen una dolarización implícita como la que estamos viviendo y, prueba de ello, es que el único patrón para saber lo que algo realmente vale es su valor en dólares traducido luego a bolívares. Las economías hiperinflacionarias terminaron con el restablecimiento pleno de la convertibilidad de la moneda y la recuperación de la independencia del Banco Central de Venezuela.

Aunque existan similitudes entre ambos modelos, Venezuela no es Zimbabue, a diferencia de ellos, hemos disfrutando de una inmensa renta petrolera, aunque pésimamente administrada.

Zimbabue le recuerda a Venezuela que tiene que cambiar de modelo económico: el mundo lo pide y el pueblo lo exigió… ¡Cambien el modelo ya!

 

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