Olivia Lozano: «Mis hijos son mi mayor triunfo»
Parlamentaria, abogada de profesión, ferviente creyente de la lucha por la libertad y la justicia lleva casi toda su vida dedicada a la labor social en la que descubrió su vocación política; pero el rol que más le complace asegura sin titubear: “es del ser una madre orgullosa”.
Llora de emoción al hablar de Pablo Enrique (29), Juan Pablo (21) y Luis Alejandro (19) quienes, dice, ya emprendieron su camino y están cumpliendo con sus proyectos de vida. “Mis hijos son mi mayor triunfo”, confiesa.
“El mayor vive y trabaja fuera de Venezuela en la Corte Penal Internacional con mucha ilusión de convertirse en un defensor de derechos humanos; el que le sigue en edad es chef y administrador tributario y el menor está cursando estudios de arquitectura. Sin el apoyo de ellos no hubiese podido llegar hasta el Parlamento», revela.
Con los sentimientos a flor de piel, Lozano asegura que las mamás siempre van a recordar cada momento vivido junto a sus hijos. «Para cada una, ellos siempre serán los mejores, pase lo que pase. Hagan lo que hagan, tendremos una disculpa o el rigor para corregir; pero siempre con el amor materno que es infinito y siempre dispuesto con la mano extendida para apoyarlos en cualquier circunstancia», resalta.
«Desde pequeños compartí con ellos sus hobbies: el béisbol durante 9 años disfrutando cada instante, el coleo, montar a caballo y rustiquear. Después de mi divorcio asumí un rol de papá y mamá y, luego al ir creciendo, ellos se convirtieron con sus dones particulares en mis mejores cimientos: Pablo Enrique con su palabra de aliento, Juan Pablo velando por mi seguridad y Luis Alejandro con su nobleza y generosidad», relata.
De su abuela y su madre aprendió los valores fundamentales «para poder avanzar aún en las peores dificultades. Esa es la herencia más grande que podré dejarle a mis muchachos», afirma.
Fascinación por lo social
La vicepresidenta de la Comisión de Medios de la Asamblea Nacional, Olivia Lozano es jurista egresada de la Universidad de Carabobo y política porque lo heredó desde el vientre. «Cada uno decide desde donde aporta en su sociedad, en principio lo hice al graduarme de abogada, porque soy una ferviente creyente de la lucha por la libertad y la justicia. Descubrí mi vocación política a los 13 años; pero ya estaba en mi ADN cuando hice labor social por la alfabetización con personas que prestaban servicios domésticos en la parroquia de la iglesia que estaba cerca de mi casa», detalla.
A partir de esta experiencia decidió orientar su camino a luchar por el progreso de Venezuela y contribuir con el avance y el desarrrollo de cada uno de sus ciudadanos. «Para mí eso fue una de los mayores, más grandes e importantes vivencias que tuve. Conocer de cerca sus testimonios de aprender a hablar y escribir e insertarse en un nuevo mundo es algo que no podré olvidar. Se sentían ciegos hasta que descubrieron la lectura. Fue algo maravilloso», describe.
De su labor en el Parlamento, dice que es un trabajo tan exigente como el de ser madre «estamos cumpliendo en consecuencia con la responsabilidad que se nos entregó y con cubrir las expectivas, en mi caso como delegada del pueblo de Bolívar», acota.
