La campaña leguleyizadora
No sé que pase cuando llegue la campaña en forma, después de julio, pero ahora uno se da cuenta de que estamos en plena campaña electoral, porque la construcción de edificios no para ni de día ni de noche y el polvo de cemento y el ruido le carcomen a uno hasta las cejas. Cual constructor italiano en los años cincuenta, Chávez se dio cuenta de que en todo este tiempo no había hecho todas las casas que había prometido, no por culpa suya, sino de varios equipos revolucionarios que no le habían informado que se podía trabajar en construcción de edificios, de día, de noche y de madrugada. Digo, eso es lo que parece, porque los últimos trece años han pasado, moviendo un pie hoy y otro en tres meses en lo que se refiere a casas para damnificados. Allí están hasta las víctimas del desastre de Vargas de 1999, manifestando de cuando en cuando, porque los han tenido en refugios todo este tiempo y nunca les dieron una casita.
Hoy, en vista de que el gran candidato no puede andar para arriba y para abajo, mitineando, atormentan a todos los ciudadanos que tienen la mala suerte de vivir al lado de un proyecto de “casa digna”, batiendo cemento, con entrada y salida de camiones y caídas de objetos de una tonelada a las cuatro de la mañana, desde lo alto de las gruas , que ni les cuento.
Después hay una guerra por decirle al elector quién respalda mejor a las misiones, que desde mi humilde punto de vista opositor, lo que ha hecho es decirle a los votantes que las misiones son lo mejor que hay, cuando es uno de los ejemplos de clientelismo barato, maleducador y populista de lo peorcito. Es admitirle al Presidente y a los chavistas que regalar dinero al pueblo es mejor que crear empleos de verdad, para que opte y se gane un trabajo calificado. Pero, allá Capriles. La idea es que los participantes de las misiones no salgan de su zona de comodidad, que es no hacer nada o muy poco y obtener su bozal de arepas. Votar por la perpetuidad del estado becador, se llama eso.
Y entonces, para seguir con la discusión de leyes cinco meses antes de las elecciones, a ver si aunque gane otro, nada cambie, tenemos la ley Antimonopolio, la ley del Trabajo, la ley de Alquileres, la quinta versión del Código Orgánico Procesal Penal, el COPP….
Ahh y la ley de servicios funerarios, que será “ de interés público”.
La Lottt ha empezado a mostrar su cara de monstruo come empleos, con una medida aparentemente maravillosa, que pretende darle a la gente un día adicional de vacaciones por sábado trabajado.
¿Que pasó? Que en el billar de la vida, como nadie va a pagar mas vacaciones por gusto, los dueños de estacionamientos se pusieron de acuerdo y ahora no va a haber donde estacionar los sábados. Porque es mejor cerrar que pagar mas vacaciones. Sencillito.
Los trabajadores tienen su sábado libre , pero no tienen real. Los empresarios tienen completa su plata para pagar vacaciones, pero dejan de ganar las entradas de los tickets de los sábados y los dueños de carros, pues se quedarán en su casa o caminarán. Digo yo.
Es que este gobierno se pasa de creativo.
En cuanto a la clasificación de las funerarias, en A B , C y D, tendrán que poner una clasificación M de funerarias para malandros, porque si ahora, cualquier tiroteado, no tiene adonde ser colocado después de muerto, porque nadie le vende una urna a sus deudos, después, cuando todas las funerarias estén obligadas a tener un servicio básico para quien lo solicite y si no les impondrán multas entre 200 y 300 Unidades Tributarias, es decir entre 18 y 30 millones de bolívares, mas o menos, por muerto ( artículo 35 del actual proyecto) , menos.
¿Que pasará? Ahhh, nadie sabe. Es posible que si fuerzan a las funerarias a atender a todos, de repente haya una desaparición progresiva de locales , se conviertan todas de funerarias en peluquerías o en loterías y nos toque tener que meter a la gente en fosas comunes. Ya hay colas de dos y tres semanas para conseguir salones donde velar a los cadáveres. Pero se trata de este afán socialista del gobierno de Chávez que va a acabar con nosotros, de tanto querer hacernos bien.
Y la tapa del frasco es ese superfuncionario que va a determinar cuales son las empresas que hay que picar en dos y en tres para que no haya monopolios en este país. Sus plenos poderes me huelen malísimo. Tres o cuatro años después que haya destrozado, picado y vuelto a picar a todo el mundo, según le indique nuestro presidente , si es que sigue en el poder el periodo que viene, el superfuncionario será investigado y la ley cambiada , pero ya el mal estará hecho. Nos quedaremos con aún menos empleos de calidad. Que en fin, de eso se trata este afán leguleyizador. De volvernos leña poquito a poco y convertirnos en misioneros agradecidos de un solo papa: Chávez.
Si no nos damos cuenta antes y votamos en contra, como un solo energúmeno, nos guste o no nos guste Capriles.