Opinión Nacional

Ilan Chester; Zapatero a tus zapatos

Ciertos personajes resultan muy buenos y hasta excelentes en alguna específica actividad, fuera de la cual son extremadamente torpes, cuando no abiertamente peligrosos. Ilan Chester es buen cantante y mejor compositor, pero debería limitarse exclusivamente a cantar, pues al opinar, en especial cuando trata de justificar su ambigua posición frente a la actual situación de Venezuela, queda muy en evidencia su conocimiento superficial del país real (no lo que él ve desde Miami) y su afán de quedar bien con Dios y con el Diablo, es decir, con el sistema Democrático y con este clon de los regímenes estalinistas del siglo 20 rebautizado eufemísticamente como del siglo 21 (aunque se le ven las costuras con el tutelaje del «padre» Fidel y la intromisión en nuestros asuntos internos de los mercenarios cubanos, hasta enfermeros haciendo de médicos).

En el programa “Buenas Noches”, frente a Carla y Kiko, soltó dos prendas que llegan a ser complementarias e insultantes: Una, “que Chávez tiene un gran corazón, porque repite a menudo que quiere la mayor suma de felicidad para el pueblo”. Al atribuir a Chávez la autoría de la frase, evidencia que desconoce que ella forma parte de un pensamiento clásico de Bolívar sobre el buen gobierno*, y además ignora que para Chávez el pueblo está conformado únicamente por sus incondicionales, (que gracias al permanente fraude en el CNE nunca sabremos cuantos son en realidad). Para el resto reserva el tratamiento abiertamente discriminatorio, los agrupa en listas que pueden llamarse Tascón o Maisanta pero son grotescamente fascistas, y les endilga calificativos de traidores a la patria, lacayos del imperio (ése donde Ilan reside), y agentes de la CIA. Otra, lo único de Chávez que SI le preocupa al buenote de Ilan, es la posición respecto a los judíos (y allí refirió la anécdota de una foto de 35 personas donde, salvo su papá y un amigo, los 33 restantes fueron cremados, en la Alemania nacional-socialista -NAZI- liderada por un caudillo, que en alemán se dice Fuehrer).

O sea, mientras Chávez no profundice su odio en contra del grupo al cual Chester pertenece, al candoroso Ilan le tienen sin cuidado los daños que cause al país y a TODOS sus habitantes, chavistas y ninís incluidos, este “proceso” anacrónico, militarista e incapaz, de ideología Tizana, con amigos en Irán, Zimbawe, Bielorusia y Cuba, cultores del totalitarismo y la agresión, cualidades con las que Yo el Supremo se identifica plenamente.

*Para el propósito antidemocrático y antibolivariano de la reelección indefinida, que Chávez quiere imponer, Bolívar dejó esta frase: » Nada es más perjudicial que dejar permanecer a un solo hombre en el poder; Él se acostumbra a mandar y el pueblo a obedecer, de donde surgen la Usurpación y la Tiranía».

Y para la evidente incapacidad de un gobierno de casi nueve años, que ya es el gobierno anterior y pretende ser el siguiente eternamente, que promete hacer a futuro lo que no ha hecho en presente, aunque esté escrito en la mejor Constitución del mundo, que iba a durar cien años, él controle todos los poderes y tenga siete veces más ingresos que los gobiernos de la cuarta (entonces el barril de petróleo estaba a nueve dólares, ahora pasa de los setenta !!!), Simón de la Trinidad dejó esta frase lapidaria, para los falsos revolucionarios que nos malgobiernan: «El talento sin probidad es un azote», y eso que no conoció el caso de los quintorepublicanos, que ni probidad ni talento poseen.

Ilan Chester, estas frases, dificílmente se las podrás adjudicar a Chávez. Sus máximas elucubraciones son del tenor de «Ser rico es malo» y «Esta noche te doy lo tuyo» !!! Todo un Estadista, pues.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba