Opinión Nacional

En relación a RCTV

La decisión de no renovar la concesión de la frecuencia televisiva a RCTV no puede causarnos extrañeza. Aunque el presidente Hugo Chávez, y los otros representantes del gobierno, mantengan el discurso de que no se trata de una venganza política, todos los indicios señalan que evidentemente lo es. Legalmente existe, y eso nadie puede discutirlo, los elementos para no renovar las frecuencias a las televisoras. No obstante, el discurso del presidente, le guste o no, suena a venganza.

Por otra parte, ¿existe algún juicio abierto en contra de RCTV o de algunos de sus representantes que justifique la decisión? Si fuera así, ¿no tendrían que rendir ante la justicia estas personas? ¿Por qué quitarle la frecuencia a una empresa que puede designar a otros directivos? Desde mi perspectiva, el gobierno necesita reforzar los canales de comunicación para promover la ideología revolucionaria y la frecuencia de RCTV es potencialmente importante. Es lógico que, la revolución, quiera ocupar la mayoría de las frecuencias para que nadie cuestione las debilidades del proceso. Se plantea una paradoja: Hay libertad de expresión, pero el gobierno quiere tener el control de los mensajes. ¿No es eso alineación?

El problema que se plantea con RCTV no podemos asumirlo con una actitud fanática. Hay que reconocer que los medios de comunicación social asumieron una representación política de la oposición en ausencia de los partidos políticos. Además, su programación, en los últimos tiempos, no es la más adecuada a las necesidades de nuestro país. Pero, para estos planteamientos hay mecanismos legales que permiten regular estas transmisiones. El triunfo del presidente Hugo Chávez no es un “cheque en blanco” para hacer todo aquello que considere puede ayudar a la revolución. No todos los venezolanos son revolucionarios, y aquellos que lo son pueden cambiar de idea en cualquier momento. En Venezuela, hasta donde sabemos, hay una democracia en la cual todas las ideologías tienen su espacio, incluso, la socialista del siglo XXI.

La mayoría de los políticos venezolanos parecen que no están educados para aceptar la tolerancia, las diferencias de opiniones o las críticas. En la organización militar es entendible porque simplemente se obedece, no se cuestiona. Pero, no todos los venezolanos queremos ser militares, no nos gustan las armas y queremos que nos den órdenes. No nos han enseñado a vivir en democracia y simplemente vemos en aquel que no piensa igual a un enemigo, no a un adversario, a un ciudadano que piensa diferente a mí, pero con el que se puede contar para construir una sociedad más justa. ¿Podemos mantener la democracia con un socialismo al estilo de Hugo Chávez?

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