¡Fuera de foco..!!
Los debates que hoy convocan a la sociedad venezolana, están siendo afectados por un denominador común : ¡FUERA DE FOCO.¡!
Uno de los mas ilustrativos, es el actual debate en relación a la pertinencia y claridad de objetivos de la nueva “Ley Orgánica de Educación”. El alto umbral emocional y el sesgo político de quienes la defienden o la rechazan, sólo han producido intercambios retóricos que alejan de las posibilidades de un escenario ganar /ganar, a un sector de importancia capital en la orientación de nuestro destino como nación.
En mi condición de educadora y ejerciendo un derecho ciudadano, he querido compartir con Ustedes, algunas consideraciones, que pudieran contribuir a mantener enfocado el asunto :
En primer lugar, la educación en una sociedad participativa y protagónica (Chávez dixit), no se decreta unilateralmente. Resolver la dicotomía Estado Docente / Sociedad Educadora, solo se logra cuando se promueve un Estado garante y una familia más responsable.
Un Estado que garantice a nuestros niños y niñas salud preventiva, escuelas con docentes actualizados, infraestructuras dignas, dotación atractiva, currículos novedosos, seguridad personal y programas de recreación para el uso positivo del tiempo libre.
Una familia integrada, con oportunidades de progreso que garanticen su movilidad social, forjadora de valores y comprometida en apoyar, de manera sostenida, la crianza de sus hijos
Un sistema educativo que sirva de puente entre estas dos instancias y una red de apoyo comunitario, que le permita a la población infanto – juvenil, apropiarse de espacios para reafirmar su identidad y aprender vivencialmente a convertirse en ciudadanos.
Arribar a un enfoque estratégico de este proyecto de ley demanda, de ambas partes, escucharse con respeto y convertir el debate en “Desafíos y Oportunidades”. Amerita dejar a un lado las posturas excluyentes, para construir alianzas productivas, en un clima de tolerancia, racionalidad y argumentación constructiva.
El Bolivarianismo, tomado como concepto político y creencia legitimadora, de cuanta iniciativa surja del gobierno, al ser llevado a la educación pierde conectividad y pertinencia.
Bolívar fue un político visionario, más no un Pedagogo. De allí que, pretender extrapolar de sus hazañas militares, una propuesta pedagógica para la educación del siglo XXI, es desvirtuar su historia y caer en un peligroso fanatismo.
Nuestros niños y niñas merecen un modelaje congruente. Establecer, a través de la Ley de Responsabilidad Social, una serie de controles para que los contenidos de los medios no lesionen su desarrollo socio-emocional, es incompatible con las camorras e insultos entre los miembros de la Asamblea Nacional, televisados en horario infantil e igualmente con el pronunciamiento de las expresiones irrespetuosas del mismísimo Presidente Chávez, cuando en un Foro paraguayo se refirió al Libertador, llamándolo “carajito” o cuando más recientemente utilizó epítetos insultantes, groseros o burlescos, en contra de las autoridades de la Iglesia Católica y de Jefes de Estado de países, tradicionalmente amigos de Venezuela. Estas desviaciones de la conducta pública que frecuentemente exhiben algunos líderes políticos del país, convierten a estas leyes en letra muerta y siembran en niños y jóvenes confusión y antivalores, que impactarán negativamente el desarrollo de su personalidad y su futura conducta ciudadana.
Lamentablemente, las últimas declaraciones públicas del Ministro Adán Chávez, parecen indicar que no será posible recuperar el FOCO. La postura excluyente y descalificadora, hacia quienes con sus conocimientos y trayectoria en el campo educativo, pudieran contribuir a mejorar su calidad, aunada a la perversa intención oficialista de ignorar el rol determinante de la familia, como decisor primario en la formación de sus hijos, nos confronta con un estilo de gobierno confiscador de espacios sociales naturales, de cuya sinergia dependen, tanto el presente como el futuro de la infancia y la juventud venezolanas del Siglo XXI.
