Salas Romer calumniador
Salas Romer declaró ayer en “Últimas Noticias” que quienes son hoy candidatos de oposición a la Presidencia, en connivencia con el gobierno, se prestaron a trampas en el referendo revocatorio y que, además, partidos opositores de izquierda jugaron a favor de Chávez para impedir que Salas llegara a la Presidencia porque entonces el espacio de la “izquierda opositora” lo ocuparía el chavismo en desmedro de ellos. Denuncia que factores de oposición estaban ganando mucho dinero, se entiende que “comprados” por el gobierno y por eso admitieron ir a los reparos.
No señala a nadie en particular, pero sostiene sus argumentos con frases como “…bastantes cuentos feos se oyen por ahí”, “…se dice que se repartió mucho dinero” y para refrendar su irresponsabilidad admite que “…esa es la información que me ha llegado, aunque no puedo corroborarla”.
Este tipo de difamaciones es de uso corriente de los promotores de la antipolítica, quienes explican el atraso venezolano por la existencia de partidos políticos, de dirigentes políticos y de convocatoria a elecciones. Para ellos lo que necesitamos es una mano dura que ponga orden. Si es militar mejor. Por esa vía apoyaron e inflaron a Chávez. Lo demás es historia reciente y conocemos los resultados.
Salas Romer fue uno de los adalides de ese cuento. Decía que todos los políticos eran unos corruptos. Que los partidos eran cenáculos de negociados, por supuesto con la excepción de Proyecto Venezuela, que, recordemos, conformó la primera directiva parlamentaria en acuerdo con el chavismo al inicio de lo que llaman la Quinta República y gobernó con nepotismo durante dieciséis largos años el estado Carabobo, con todo el poder en manos de una familia. Nunca se supo de una persona acusada ni presa de lo que él llamaba escandalosamente las mafias valencianas.
He criticado la estrategia política de factores de la oposición. Estuve en contra de la Plaza Altamira, del paro petrolero, de las guarimbas y he luchado en contra del costoso error de la abstención. Mis críticas han sido y son de orden político, conceptual y estratégico, pero conozco la honestidad, mística y buena fe con el que muchos de esos sectores han asumido sus luchas. Salas Romer los critica no por equivocados, sino por corruptos.
Para no dejarme fuera de su lluvia venenosa, afirma que mi candidatura a la Alcaldía Metropolitana fue negociada con José Vicente Rangel. ¡Sabrá Dios cuántas veces habrá repetido esta infamia en reuniones sociales y políticas y a cuántos engaña a diario con sus mentiras!
La verdad es que Henry Ramos, Lewis Pérez y Luis Berroterán, líder sindical de AD, me propusieron que asumiera esa candidatura debido al deterioro de Caracas y porque el partido se había ruralizado. En los grandes centros urbanos prevalecía la derecha, como el caso de Carabobo con los Salas y el este de Caracas con Primero Justicia. En Maracay la referencia mayoritaria era Didalco Bolívar. En el Zulia el liderazgo lo tiene Manuel Rosales, quien promueve una modalidad de antiadequismo. No fue un invento mío esa candidatura, ni producto de negociación alguna a las que a lo mejor Salas Romer ha estado acostumbrado. Fue una estrategia de posicionamiento político de AD a la que otros después dieron la espalda.
Por cierto, Barreto gana porque Primero Justicia y Proyecto Venezuela llamaron a la abstención con el argumento según el cual votar por Fermín era lo mismo que votar por Barreto. Ellos sí jugaron para el gobierno. Además de calumniador, mezquino.
