¡Nos Invaden!
¿Estarían sectores del gobierno de los Estados Unidos interesados en invadir a Venezuela? Esta pregunta nos las hacemos, tomando como base las declaraciones del presidente Hugo Chávez al señalar la existencia de “una invasión pensada y planificada, conducida por una red internacional”, en donde están involucrados los Estados Unidos y Colombia. No obstante, se logró algo positivo –si se puede dar un voto de confianza-, se instaló después de casi cinco años el Consejo de Defensa, el cual está integrado por los mismos individuos con los cuales todos los días se reúne; en fin plantear la creación de un Consejo de Defensa es un buen titular en algunos medios informativos, además de crear la sensación de estar muy preocupados por una invasión norteamericana.
Lo lamentable de esta situación no es este hecho, sino la importancia y la trascendencia que se le asigna, cuando todos los signos indican que no hay posibilidades de una invasión norteamericana en este momento; pero por otra parte ¿qué pasaría si mañana llegara una acción militar de este tipo? ¿Venezuela estaría en las condiciones reales de enfrentar a una potencia mundial? De más estar decir, sin pretender apoyar la actitud bélica de nuestro presidente, que cualquier venezolano honesto estaría en contra de una acción de este tipo, como lo ha estado en contra de los golpes de Estado que han ocurrido en Venezuela en los últimos años; por cierto en uno de ellos participó el Presidente Hugo Chávez y no contó con el apoyo del pueblo (siempre es bueno recordar este dato).
La utilización de este discurso antiyanqui, es parte de su estrategia comunicacional, y en una sociedad donde todavía es necesario rescatar su dignidad, hay un campo fértil para este discurso. En una verdadera situación de conflicto como la planteada por el presidente Hugo Chávez, lo menos que realizaría un gobierno serio es romper relaciones diplomáticas y reducir las relaciones comerciales. ¿Un gobierno que nos quiere invadir es digno de confianza para establecer relaciones? Es incoherente; pero mantiene prendida la llama revolucionaria, la cual ya desde hace algún tiempo ha comenzado a apagarse, por la incompetencia de varios sectores de la administración pública de ofrecer soluciones estructuralmente viables que minimicen la pobreza y la crisis que en varios sectores existe en Venezuela.
Mientras el primer mandatario sigue hostigando y creando conflictos se han minimizado otros hechos que son preocupantes; pero la dinámica de nuestra sociedad y las estructuras existentes caen en la trampa de la inmediatez y nos olvidamos de lo importante. En este contexto los ciudadanos debemos asumir una postura valiente de no olvidar los muertos, violaciones a los derechos humanos, el aumento de la delincuencia que han afectado a todos los venezolanos, entre otras preocupaciones.
El discurso presidencial, y también en varias oportunidades el de algunos líderes contrarios al oficialismo, ha mantenido un mensaje de división; un mensaje para chavistas y escuálidos. Mientras mantengamos esta concepción, este discurso la mal llamada Revolución Bolivariana tendrá un campo fértil aunado a veces al mensaje de una oposición que pareciera no entender la necesidad de iniciar cambios estructurales en nuestro país; en este panorama ¿cuáles serán los frutos de tanto odio sembrado?
