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Ante la inecuación de Piketty

En un artículo publicado el 3 de febrero 2016 en el diario El País de España, Ibsen Martínez, importante escritor venezolano, hacía referencia a un acto celebrado en Cartagena donde Thomas Piketty, economista francés y autor del libro El Capital en el Siglo XXI analiza la desigualdad en la distribución de la riqueza en Europa y los Estados Unidos desde el siglo XIX.

Mencionó también Ibsen Martínez la participación de Ha-Joong Chang economista de Corea del Sur, quien cuestiona los principios básicos del libre comercio donde según y de acuerdo a los postulados de las ventajas comparativas de David Ricardo, los países obtenían ventajas y se beneficiaban del intercambio comercial.

En el referido artículo, Ibsen Martínez reflexiona sobre una de las premisas de Piketty sobre cómo resolver la disparidad de la tasa de crecimiento económico y la tasa de retorno del capital, es decir, según el escritor venezolano Piketty plantea un impuesto global a la riqueza para compensar el desequilibrio entre estas dos tasas, pero Ibsen Martínez llama la atención que hasta ahora, Piketty no ha dicho cómo se instrumentaría ese impuesto global.

En nuestra opinión, más allá de la instrumentación de la aplicación de este impuesto global que señala el famoso economista francés en su libro El Capital en el Siglo XXI, y el cual publicó por primera vez hace apenas tres años, lo que habría que discutir es el planteamiento sustantivo de la aplicación del capitalismo “duro”, es decir, el del libre mercado sin restricciones de ningún tipo, que ha ampliado la inequidad de la distribución de la riqueza en el mundo. Detengámonos a reflexionar brevemente sobre esto último.

Comencemos por decir que hasta el 2013 en los EE.UU. el 1% de la población tenía el 40% de la riqueza total de este país, los ingresos de este 1% se han triplicado en los últimos 30 años, mientras que el 80% que se encuentra por debajo de esta minoría sólo posee el 7% de la riqueza de este país. En cuanto a las inversiones el 1% tiene la mitad de las acciones, bonos y fondos mutuos del país, mientras el 50% de la población de la parte más baja de los estadounidenses sólo cuenta con el 0,5 de estas inversiones, vale decir, que esta parte de la población de los EE.UU. no invierten y apenas sobreviven. Estos datos nos muestran la brutal desigualdad de la distribución de la riqueza en los EE.UU.

El Senador Bernie Sanders que compite con Hilary Clinton por la candidatura de la Presidencia de los EE.UU. por el partido demócrata, ha manifestado lo siguiente: Que el 1% más rico de los EE.UU. es el propietario del 38% de la riqueza financiera de este país, mientras el 62% inferior de la población apenas alcanza el 2,3%, que los dueños de Wal-Mart, la familia Walton, tiene 148 mil millones de dólares, lo que representa más del 40% de los pobres de la sociedad norteamericana.

Apunta además el Senador Sanders “que los 400 norteamericanos más ricos tienen más riqueza que 150 millones de norteamericanos, mientras las corporaciones obtienen los beneficios más altos de la historia, mientras que en cambio los salarios, están cerca de su nivel histórico más bajo, amén de que tienen menos de 10 mil dólares en sus cuentas de ahorro y no tienen idea de cómo se van a pensionar con dignidad”.

Mientras esto es lo que ocurre en los Estados Unidos, en el 2015 el 1% de la población mundial alcanzó la mitad del valor total de los activos, vale decir, que el 1% de la población mundial tiene dinero líquido o invertido como el 99% restante de la población mundial. Esto nos revela la creciente desigualdad entre los privilegiados y el resto del mundo, uno de cada cien habitantes del mundo tiene tanto como los 99 restantes. El 0,7% de la población mundial acapara el 45,2% de la riqueza total y el 10% más acaudalado tiene el 88% de los activos totales según datos del banco suizo Credit Suisse.

El Senador demócrata por el Estado de Vermont y precandidato presidencial para las elecciones de noviembre de este año Bernie Sanders ha manifestado que: “El Congreso de los EE.UU. ya no controla Wall Street, Wall Street controla al Congreso”

Está visto que el mundo funciona de una forma piramidal donde unos pocos dominan el 99% de la población, mientras en estos tiempos de globalización 14 familias dominan el mundo, familias estas que a pesar de ser las más multimillonarias del mundo, no aparecen en la revista Forbes. Estas familias son entre otras; los Rosthschild, los Rockefeller, los Dunpont, los Bundy, los Van Duyne, los Reynolds, otras.

Los Van Duyne controlan la West Indian Company y están detrás de los sistemas médicos más importantes del mundo a través de Planet Parenthhod federation of América.

Los Rosthchild fueron uno de los creadores de la Reserva Federal y están vinculados al gran mundo financiero, mientras los Dunpont tienen fábricas de armamento bélico en Corea, México, los EE.UU. Japón y varios países europeos siendo su principal cooperación el E.L. DEPUNT de Nemus and Company que en 1994 tuvo ingresos por el orden de 38,7 mil millones de dólares.

Con lo narrado hasta acá podríamos formular una pregunta; ¿con esta estructura de poder mundial hay alguna posibilidad de atenuar o revertir la relación que Thomas Piketty plantea en su inecuación (r>g)? Es evidente que hace falta una mayor claridad intelectual para explicar de qué manera podría resolverse la preocupante crisis económica que en estos momentos preocupa al mundo globalizado.

Es terrible escuchar análisis e ideas que rayan en lo absurdo como esa de desarrollar una política de emprendedores como respuesta a la grave crisis del empleo, pues quienes así razonan se les escapa que vivimos en un mundo donde no más de 15 corporaciones controlan el comercio mundial, los mercados financieros y la tecnología de punta, y donde no existe ninguna posibilidad de intercambio de información de la nueva tecnológica digitalizada, pues las grandes corporaciones se reservan para si sus patentes con derecho exclusivo.

¿Cómo entonces una sociedad de emprendedores que es una solución de carácter individual, puede llegar a sustituir una sociedad de trabajadores asalariados? Esta es otra de las idioteces de las ideas liberales del capitalismo “duro”.

Entiendo que hay que guardar respeto por las diferencias de opiniones, pero uno no puede encogerse de hombros ante tanta necedad y mentiras políticamente distorsionadas de quienes usan la lisonja y la adulación abominable para ganarse la complacencia de quienes manejan los hilos del poder.

La propiedad privada es algo inherente al ser humano, pero cuando la estructura de la propiedad cambia el concepto los derechos sociales, la propiedad obstaculiza, debilita y limita estos últimos, es entonces cuando el Estado se ve obligado a resguardar los derechos y los intereses del colectivo en función del bien común. Pues como dice Bernie Sanders; “Los Estados Unidos se ha convertido en una sociedad de la oligarquía donde tanto el poder económico como el político está controlado por un puñado de familias billonarias, no importa cuál partido permanezca en el poder, pues el “partido” de los billonarios es la fuerza dominante del país”. Ojalá algunos partidarios del capitalismo “duro” reflexionaran sobre esto.

Miguel Molero

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