Opinión Internacional

La permanencia del eje café con leche en la política nacional

Cuando imaginamos que la política café con leche era tema de libros de historia del país. He allí que ella resurge con toda su fuerza y altivez. En una lectura meramente objetiva y matemática, ello tiene sentido. Al final de cuentas, São Paulo y Minas Gerais constituyen los dos mayores colegios electorales del país (girando alrededor de 22% y el 11% del total de electores brasileros, respectivamente). Con todo, Rio de Janeiro y Bahia no quedan muy distantes de Minas Gerais. También, en la lectura fría de los números, las capitales de São Paulo y Minas Gerais acogen gran parte de los electores del país: São Paulo figura contando con el mayor colegio electoral entre todos los municipios brasileros (más de 8 millones de electores), seguido por Rio de Janeiro (4,5 millones) Belo Horizonte (1,7 millones), Salvador (1,6 millones), Brasilia (1,6 millones) y Fortaleza (1,4 millones). Entre las 50 ciudades brasileras en el ranking de los mayores colegios electorales, se destacan 11 municipios paulistas, apenas 4 mineros y 8 cariocas/fluminenses. Siguiendo en ese mismo ranking de los mayores colegios electorales municipales, el noreste aparece con 13 localidades y el sur del país con 6. En fin, Rio de Janeiro tendría peso mayor al de Minas Gerais en términos electorales. Incluso porque los municipios están más concentrados en un único territorio, facilitando la logística de las campañas y las acciones políticas. Minas Gerais también disputa con Rio de Janeiro el vice-liderazgo en el ranking de los PIBs estadales. El poder de los medios cariocas es superior al de los mineros. En otras preguntas de encuestas, aparecen similares como sobre la proyección cultural. Si el poder paulista se explica por la pujanza económica. Por el mayor colegio electoral del país y por la concentración de poderos medios de comunicación y formación de opinión, ¿qué explicaría la fuerza política de Minas Gerais? ¿Por qué motivo supera Rio de Janeiro o al noreste en el péndulo del destino político del país? ¿Tendría el noreste dispersión territorial y demandas urgentes que desgastarían a los vendedores viajantes del voto? ¿Rivalizaría Rio de Janeiro históricamente con el liderazgo de São Paulo por haber sido capital nacional? ¿Vivirían los liderazgos cariocas soterrados por los problemas que afligen a la capital carioca? Las respuestas afirmativas a esas preguntas no llegan a convencer. No convencen por el mismo motivo por el argumento de que habría un lastre histórico que marcaría a la dupla café con leche en la memoria del país parece haber sucumbido en los años del régimen militar (altamente centralizador de la política nacional) y de los períodos electorales recientes (cuyos presidentes fueron del noreste o paulistas). La unidad de gestión federal es avasalladora. Y las. Y los males administrativos envuelven a todos, por las catástrofes naturales, por la falta de inversiones públicas en obras que no generan votos y hasta incluso por la centralización del presupuesto en las manos de la Unión. Pero en el montaje de los ministerios, poco a poco, resurgió el viejo bloque de poder entre los dos Estados, haciendo que regresara el mito. ¿Qué habría de tan atractivo entre paulistas y mineros? Lanzo una hipótesis: los paulistas y los minero forman el ideal maquiavélico, la suma de la fuerza y la astucia. Y, complemento: Minas Gerais parece tener la vocación de, a partir del sureste, aproximarse mucho al noreste, en identidad regional (vecinos de regiones semi-áridas que componen el territorio de la SUDENEN. del T., de culturas gastronómicas y festivas (más próximas a la lógica comunitaria y religiosa) y de sutil enfrentamiento del poder centro-sur (por más paradójico que pueda aparecer). A su vez, el imaginario centro-sur del país trata de cristalizar la figura del minero como alguien aparentemente frágil, que sabe hacer valer su habilidad en conquistar en la oscuridad. Ya São Paulo es la porción agresiva de la política nacional. Puesto que un día lucía predestinado a ser identificado con la política gaucha. Pero que. por la fuerza electoral y económica acabó desviándose hacia tal “locomotora”. Lo que sugiero es que el estilo paulista de hacer política atrae a los estados del sur por la agresión frontal. Y por adoptar un sesgo pragmático, una especie de soberbia que dialoga con el conservadorismo (del establishment) y con la visión paternal de hacer política, con la dificultad de la sonrisa fácil, con el aprecio por la razón y la solución técnica y fría del ascetismo de la ética capitalista. Los mineros constituyen el polo inverso. Ya escribí algunas veces que la cultura política minera es femenina, marcada por el papel de la mujer como administradora y formadora de familia, en ausencia de la figura paterna que viajaba con los ciclos económicos de las tropas y las cosechas de la agroindustria. Es difícil encontrar en el resto del país figuras con una proyección como la de Doña Beja. Xica da Silva o hasta mismo como la de la figura mítica de Hilda Furação. Las mujeres mineras, principalmente las del interior del Estado, permanecen como figuras fuertes, decisivas en el núcleo familiar. Y allí parece residir la llave explicativa: se trata de una cultura política de tipo familiar, comunitaria, más al aprecio de las regiones menos urbanizadas y globalizadas del país. En fin, se trata de una hipótesis. La alianza café con leche sería, en verdad, la unión de la porción comunitaria del país con su porción globalizada. De allí por qué la candidata del emigrante del noreste que adoptó el estilo y la residencia paulista y se volvió Presidente fuera una minera que vivió y se hizo figura política en el Rio Grande do Sul y que, recientemente, trató de reforzar en las montañas intimistas de las tierras de Drummond. Y de allí por qué el paulista típico que debe liderar la oposición al lulismo en octubre deseara que su vice (al menos para consumo público) sea un minero. Y, finalmente. De allí que un ex presidente minero y el vicepresidente del mismo Estado fueran toda el tiempo imaginados como hilos de ligación de Brasil consigo mismo par las elecciones que se avecinan. Incluso sin que uno de ellos tenga más fuerza y el otro ni siquiera se esforzara por ser candidato. Al menos, públicamente. Como el buen estilo minero recomienda. Sociólogo, Doctor en Ciencias Sociales. Director General del Instituto Cultiva(www.cultiva.org.br), de la coordinación del Foro Brasil de Presupuesto Blog: rudaricci.blogspot.com

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