Ineficiencia y registro militar
Por casualidad pasé por una de las prefecturas caraqueñas y me topé con un gentío molesto que rebosaba las aceras hablando duro y mal. Inútilmente, un funcionario trataba que los presentes leyeran un cartel hecho con letra apresurada, pegado con tirro en la pared y se fueran. El papel decía que para obtener el certificado de haberse inscrito en el registro militar, no era ahí, había que dirigirse a la alcabala 3 de Fuerte Tiuna. Pero la gente seguía llegando y no hacía caso.
Las prefecturas habían empezado a recibir desde finales de septiembre , multitudes malgeniadas desde las seis de la mañana, cuando sus oficinas apenas podían procesar 20 números.
Y es que de pronto, la amenaza que llegó a todas las empresas vía ministerio del Trabajo había hecho efecto. Aplicarían multas de 20 unidades tributarias, mil doscientos bolívares por trabajador renuente y para el propio empleado, otra multa de 780 bolívares. Por supuesto, manadas de gente rodearon las prefecturas y también la famosa alcabala 3 de Fuerte Tiuna, para cumplir con el compromiso que tenía como fecha límite el 20 de este mes..
En la oficina donde trabajo , llena de jóvenes a quiénes le pidieron la dichosa constancia alguna vez para inscribirse en la universidad, solamente uno la encontró entre el maremágnum de papeles que suelen tener los periodistas , entre otros profesionales. Y los cuentos del proceso para registrarse eran a cual mas loco, porque se sabe lo ineficiente que es el gobierno cuando pide recaudos, certificados, registros. Exige un papelero encarpetado que hay que llevar al ministerio de Comercio, al ministerio de Educación ,a Cadivi, al Seniat, sólo para oir que a uno le falta algo o no encuentran nuestra planilla, o que la carpeta en que hay que llevarlo es marrón con un dobladillo rosa, y la que llevamos no lo tiene y por lo tanto hay que devolverse.
Sobrepasados por su ineficiencia, la torcedura de brazo con respecto al registro militar empezó pegada al fin de semana, cuando dos declaraciones del mismo día dieron a conocer la avalancha incontenible e inmanejable que se le vino encima al ejército y a la policía. El jefe del Comando Estratégico Operacional, general Henry Rangel Silva, llamó a la población a mantener la calma, como si estuviéramos ante una catástrofe nacional o un estallido social, mientras el presidente de la comisión de Defensa de la Asamblea Nacional, Juan Mendoza, apuntaba a desinflar la peligrosidad de la fecha tope, 20 de octubre y el temor a las multas, ya que según el, los registros de carácter permanente no deben tener un término y además no debería haber penas por eso. Vamos a reformar la ley, que no panda el cúnico, era su mensaje final.
Bueno, han hecho el ridículo una vez mas, como con las reformas del Sitme, las declaraciones de que ya hemos derrotado la inflación y las protestas de Cadivi de que sí da dólares oportunamente. La ineficiencia se los come y en este asunto de la conscripción militar, ni siquiera se trata de que no pueden obligarnos a inscribirnos en un registro que es sólo para el que quiera, porque en este país no hay obligación de ir armados a defender la patria y menos en tiempo de paz. Se trata de que simplemente la ineficiencia se los come vivos.