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Por qué seguimos en la calle

El jueves 11 de mayo fue  un día de luto. Acudí al acto que realizaron amigos y compañeros del colegio San Ignacio de Loyola en homenaje a Miguel Castillo, asesinado la víspera por el impacto de un proyectil. La noche anterior había escuchado las sentidas declaraciones de Henrique Capriles, reflejando el profundo pesar y la tragedia que han significado todas las muertes producidas a consecuencia de la brutal represión que el régimen madurista ha desatado sobre las manifestaciones que se suceden en el país.

Mucha ha sido la tristeza y luto en estos días, como también muchas han sido las incontables demostraciones de coraje, valentía y resolución. Las marchas se han enfrentado a grupos paramilitares y piquetes de la guardia nacional. A pesar de la violencia y el peligro cierto sobre nuestras vidas, hemos continuado la protesta.

¿De dónde proviene esta convicción, que se mantiene a pesar de la muerte y el miedo y que no ha podido ser acallada por la dictadura? Es evidente para los venezolanos que la continuidad del régimen madurista solo nos ofrece una realidad de hambre, sometimiento y miseria. Más allá de las exigencias de recuperación de derechos básicos, existe un clamor popular de salida de un modelo dañino que reconocemos como una amenaza a cualquier posibilidad de convivencia y bienestar en nuestras vidas y futuro. El rechazo al régimen y la exigencia de un futuro de bienestar, opuesto a la violencia, empobrecimiento y el hambre, son las fuerzas que ahora nos impulsan.

A más de un mes de protesta en todo el país se impone una reflexión para  asegurar la continuidad de la presencia en las calles de los venezolanos y el logro de los objetivos de cambio que estamos exigiendo. La protesta debe diversificarse planteando nuevas formas de manifestación pública, que puedan contrarrestar  la violencia represiva y asesina del régimen.

Es importante escuchar las voces de activistas sociales, integrantes de las comunidades, gremios profesionales, artísticos  y educativos, para conocer sus perspectivas al respecto. Debemos generar nuevas formas de participación y expresión que puedan ser materializadas y reproducidas en todo el país, que impidan la proliferación de la violencia que tanto está pidiendo el régimen, y que afecten de forma significativa e inédita al poder.

Con igual importancia debemos reforzar la incorporación de todos los actores sociales a la manifestación. La experiencia de polarización y sectarismo que hemos vivido en los últimos años debe servirnos de constante recordatorio de los profundos males y problemas que nos ha traído a los venezolanos el desconocimiento del otro y la explotación de nuestras diferencias. Los graves problemas que afectan al país, son sufridos por todos los venezolanos en mayor o menor medida y la solución de los mismos debe ser el punto de encuentro para enfrentar al régimen. Esto es particularmente necesario tanto en la formalización de llamados de acompañamiento hacia quienes disienten dentro de los espacios del poder, como en el reconocimiento de voces de desacuerdo dentro del mismo.

Debemos tener en cuenta que son dos los grandes retos que tenemos como sociedad: primero la recuperación de las vías democráticas frente a un régimen impopular que ha decidido atrincherarse en el poder, declarándole la guerra al resto de los venezolanos. Y después, la reconstrucción de un país que ha sido devastado en lo social y lo económico, cuyos habitantes debemos reencontrarnos con respeto, reconocimiento y solidaridad, en medio de la desconfianza, injusticia e impunidad descomunales producto del madurismo.

En el homenaje a Miguel Castillo todos sentimos la profunda tristeza y el gran dolor por su muerte a manos de una régimen criminal. Una muerte que se suma a la infame lista de asesinados, heridos y apresados ilegalmente en esta ola de terror y represión. Pero también sentimos el apoyo al encontrarnos entre muchos para celebra la memoria y vida de Miguel. Se reforzó nuestra convicción de seguir en la calle para generar los cambios y luchar por el futuro al que Miguel aspiraba y que queremos todos los venezolanos.

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