Treinta años en El Universal

El próximo jueves 19 de julio se cumplirán treinta años de nuestra primera aparición en las páginas de Opinión en El Universal. Gracias a la introducción que de nosotros hizo el querido amigo Luís Henríquez Cedraro al siempre bien recordado Guillermo José Schael, quién tenía la responsabilidad de conducir dichas páginas mientras redactaba su adorada Brújula y compartía su tiempo entre la afición a los vehículos antiguos con la pasión por los caballos de carrera.

A partir de entonces colaboramos con una frecuencia que rondaba en la mensualidad hasta que envueltos directamente en la desagradable agresión a la que se sometió al Banco de Venezuela distanciamos nuestros borrones con el fin de no actuar como comentaristas interesados en un lamentable suceso en el cual estábamos inmersos.

Finalizado ese triste evento reiniciamos la frecuencia de nuestros escritos. Había muchos deseos de opinar y también sobraban los temas. Economía, deportes, educación, televisión, política, administración pública, actividades empresariales, gastronomía, son temas que han recurrido con regularidad en nuestros escritos. Reportajes sobre publicaciones y pequeñas notas sobre venezolanos valiosos se han incorporado en los años más recientes.

Hace unos cuatro años el buen amigo Miguel Maita nos invitó a aceptar la responsabilidad de publicar colaboraciones semanales. Tuvimos nuestras reservas, aceptamos el reto. Aquellas se fundamentaban en la creencia de que nos sería difícil encontrar un tema adecuado cada semana y sobretodo, que tuviéramos la capacidad para desarrollarlo.

La realidad ha sido distinta. Pensamos que no solo hemos tenido los temas y los hemos desarrollado con toda la libertad y la capacidad que Dios nos ha dado, sino que en algunas oportunidades nos han quedado ganas de abordar otros que se nos han “quedado en el tintero”.

Por otra parte, el ejercicio de esta actividad de “opinador” nos ha obligado a “investigar” pues naturalmente, mientras más escribimos sobre algún tema, nos damos cuenta de que lo que conocemos de él es solo una muy pequeña parte.

Para estas labores de investigación y aprendizaje recurrimos a publicaciones periódicas, a libros y a la maravillosa Internet, donde si se quiere, se puede encontrar casi toda la información que se desee.

Nos resulta oportuno anotar que si repasamos las notas publicadas, especialmente aquellas que tratan situaciones relativas al desempeño del país, nos encontramos que a pesar del tiempo transcurrido muchas de ellas mantienen su vigencia y varias podrían haber sido redactadas recientemente.

Sentir que hemos estado presentes en un tercio de la vida del periódico nos produce sentimientos encontrados. Por una parte nos llena de orgullo el haber contribuido con nuestras notas en el periódico de mayor prestigio nacional. Por la otra, nos hace sentir que se acerca el tiempo cuando se debe ceder el testigo a otras personas que formen filas en las nuevas generaciones. Personas que tienen una preparación adecuada a los tiempos que vivimos y pueden analizar las situaciones con mucha más propiedad.

Desde hace un año, cuando se reestructuró la presentación y se diseñaron los espacios del periódico que se dedican a cada sección, nos invitaron a pasar al cuerpo de colaboradores que publican solamente en la versión digital. Sabemos que los lectores de ella no son los mismos que leen diariamente la versión impresa.

Nos sentimos un poco como conejillo de Indias más intuimos que los lectores de la edición digital pertenecen en una porción importante a los miembros de esa triste diáspora talentosa de venezolanos que hoy estudian y trabajan lejos de la patria, por lo tanto, creemos que es un honor trasmitirles a ellos crónicas de eventos de su querida nación. Esto nos motiva a continuar. Perdonen la intimidad.