Opinión Nacional

Tres fuentes seis fuentes (I)

Una de las obras de mayor significación de V.I. Lenin lo es su folleto las tres fuentes del marxismo, donde las precisa como la filosofía alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés. Esta obra esencialmente concebida para hacer más consciente a los trabajadores, a la clase obrera, y al ver otros trabajos críticos de Lenin, no puede asumirse como un catecismo. El reconocimiento a la filosofía alemana, a la economía política inglesa y al socialismo francés, es ciertamente asumir lo inmediato, pero es, – y de allí su significación – el estudio de lo cualitativo de todo un proceso de constitución de una nueva forma del pensamiento humano que parte, justamente, de reconocer los aportes de las culturas en sus líneas dominantes desde sus orígenes, allí enumeradas, reitero, como pedagogía política para aumentar la cultura de la clase obrera, la cual requiere de una consciencia externa (una teoría muy bien sustentada en la ciencia, la ética) que ella debe asumir para pasar de clase en sí a clase para sí. Retomaremos el tema mas adelante. Tras la filosofía alemana, está toda la filosofía y de manera especial la dialéctica. La economía clásica inglesa es, a su vez, la expresión de un pensamiento muy reflexivo que no sólo tiene en el trabajo, el capital, la riqueza, etc., sus temas centrales sino que entran en juego planteamientos éticos, históricos e incluso psicológicos de significación. Y qué decir del socialismo utópico. Owen, Saint Simon, Fourier no son simples sueños, son si se quiere, una teoría moral sobre las relaciones humanas. En una palabra, Lenin, uno de los pensadores más densos de la humanidad, de un sentido crítico extraordinario, reitero, su trabajo es de síntesis, de simplificación cualitativa para iniciar la reflexión con excelentes bases.

Por su parte, el presidente Chávez, si bien no ha logrado dar una definición a su socialismo del siglo XXI, lo ha determinado, al establecer que sus elementos constitutivos esenciales, básicos, son ”originario, indo-americano, bolivariano, robinsoniano, zamorano y cristiano. No me encuentro entre quienes de forma displicente u otro estilo se alejan del asunto por estimarlo un indefinible, un imponderable, un confuso arrebato sin el menor sustento, coherencia, etc., y, los otros, sus secuaces (en el mejor sentido latino) que, como esos misioneros del dogma, del fundamentalismo, repiten esa caracterización y la repiten sin más, salvo que con más arrogancia o temeridad. Desde luego no estoy en esa jauría que afirma, sin más, que Marx, vale decir, su trabajo teórico, sus aportes a la teoría social, etc., están muertos y ello así porque el socialismo real ha fracasado o porque el mundo es y será por siempre el espacio de la economía de mercado, etc. Tampoco entre quienes con argucias desconocen la complejidad del cristianismo y sus valores esenciales. Me acerco, pues, a este complejo tema, con otros ojos. Ojos que parten de una sencilla verdad: nada de cuanto ha hecho el hombre es verdad per se, nada de lo descubierto permanece inmutable. Pero nada que sea hecho, consumado, en términos históricos, puede ser cambiado, aun cuando puede ser superado, revisados sus fundamentos, sus consecuencias, etc. El camino a la verdad es más complejo que llegar a la luna –que es una parte de la historia de la verdad- o salir de la galaxia, que es un todavía no de la dinámica científica. Creo, pues, mucho más en la dinámica indetenible, que no se cansa de ser compleja y hacerse cada vez más compleja. Pero en fin, el análisis puede ir demostrando mejor mi modo de abordar estos problemas.

Lo que Chávez debe explicar. Claro fue para Lenin las caracterizaciones antes anotadas. Y el fin mucho más claro: tener consciencia de un proceso intelectual, crítico, etc., que debía enriquecerse, que es camino abierto y, como en efecto, superable en la misma medida en que es un paso en la construcción de una nueva historia que intenta superar radicalmente el modelo objeto de su crítica, el capitalismo, y que aspira superarse así mismo hasta llegar a un estadio superior, el comunismo, una de cuyas mayores “utopías” es la desaparición del Estado. La máxima utopía, pero la única en la cual las relaciones del poder, hasta ahora conocidas, darían lugar a relaciones abiertas en donde es el individuo, cada quien según su capacidad y necesidades, el nuevo “dinamos” de la historia.

Pues bien, esos elementos del conjunto socialismo del siglo XXI, es francamente original en el modo de asociar sus “elementos”, sus componentes, otrora alguno de entre ellos incompatibles con la teoría “socialista” de Marx, pero, casi imposible de juntarlos según son sus fundamentos teóricos, doctrinarios, dogmática, etc. y su praxis histórico concreta. Empero por no ser ni “categorías primitivas” ni histórico-culturales que en su propia denominación comportan su significado y significación, reclaman del líder, las determinaciones de cada uno de eses “elementos”, si no fuere posible sus definiciones. Pero, como dice García Bacca, un poco a la luz de tantos otros sobre ese tema, entre ellos el propio Heidegger, antes de empezar a decir, mucho antes, existen las palabras y con ellas las nociones, las ideas confusas, remotas o transparentes de lo que ellas “cargan” consigo. De allí que sean útiles, al menos para mejor exigir, aproximarnos a lo que tenemos ya establecido, codificado y, desde luego, del valor semántico que la totalidad social, etc., reconoce en la palabra. Sin ser lo mejor, los diccionarios son útiles.

Originario, dicen todos los diccionarios conocidos en todas estas lenguas, es normalmente adjetivo cuya significación de procedencia, originario de…o de causa, el hambre es originaria de graves enfermedades; en el campo religioso judeo-cristiano, existe el pecado original, el desacato a la voluntad de Dios, que signaría por siempre el devenir humano como estigma hasta el fin de los tiempos. La liberación por el bautismo es un hecho individual, pero a fin de cuentas, será en el juicio final donde se resuelva tan complicado proceso, el de las relaciones del hombre con Dios. Aquel con el libre albedrío, concesión divina, además, éste, Dios, como el supremo juez para penar o premiar a los usuarios del libre albedrío según sus actos. Los juristas y en especial los que asesoraron y marcaron el lenguaje del Señor Presidente, siendo su mayor fuente en aquellos tiempos, Hermann Escarrá, recurrieron al adjetivo originario como fuente de poder. El poder, dijeron, supremo, originario, está en el pueblo. Y si ello es así su voluntad y decisión para la formación de una constituyente son suficientes. ¿Tendrá el adjetivo el mismo significado que original? Y de ser así, ¿cual sería la originalidad? ¿Ser indoamericano?,
Y ser indoamericano, ¿qué será? ¿Será por identidad con expresiones tales como indogermánico, indoeuropeo? Como es sabido los lingüistas se han adueñado de este adjetivo, lo circunscriben como una determinación que engloba las lenguas que generarían o se derivan de ellas y que hoy son “las abuelas” de la mayoría de las lenguas que se hablan en Europa y las que Europa extendió por el mundo y parte de Asia. Y, ah que desdicha, por esas cosas de las hegemonías, a los habitantes de esta tierra que después de maniobras se llamaría América, los llaman Indios. Sería de marcado interés semántico este juego, pero basta, es apenas una mirada muy superficial pero que no quiere sino reclamar claridad a la confusión. Confusión que en el plano teórico es grave, porque qué, quiénes, como, etc. eran esos “Indios” de estas tierras de lo que hoy es América, pero que así no se llamaba y por tanto no era como nombre?.

En eso me entrego. Tal vez fui víctima de una gran estafa de los que estudiaron y escribieron y dijeron que en estas tierras existían imperios, con formas de gobiernos complejas, injustas, con graves desigualdades… con organizaciones de gobiernos, de propiedad, etc… que para desgracia de todos, por no tener dominio de esas lenguas que por comodidad llamaríamos indoamericanas, que a diferencia del indoeuropeo hasta eran en sus orígenes muy diversas, diferentes…que nunca les corrió por la cabeza ni recorrieron los pies socialismo alguno…. Ni ninguna de esas cosas. Confusión maldita, se diría incluso original, congénita de las traducciones. Llamar emperador, rey, o cosas de esa a los gobernantes de estas tierras, con poderes vitalicios por tanto hereditarios, no es otra cosas que asumir como verdad, por analogía, digo mejor imponer como verdad del poder, las categorías políticas de la Europa hegemónica. Imperial e imperialista. Vuelto sereta estoy, dicen mis amigos de Falcón.

Como a Marx no le daban las cuentas para su esquema del desarrollo social, de la historia humana, del proceso económico, que de manera simple parece funcionar en Europa, inventó el Modo de Producción Asiático. Del mismo modo que debió dejar en el tintero el modo de producción americano (que no sería americano, tal vez pre-colombino…); pues bien, de esta inmensa heterogeneidad étnica, cultural, política, económica de estas gentes ¿qué se podría extraer como fuente y fundamento del socialismo del siglo XXI?
Labor, pues, será del máximo Líder, explicar estas cosas, estos themas y uno tendría un poco más de posibilidades para atenerse o colgarse, según las circunstancias. En cambio me resulta relativamente visible en su apariencia, lo de bolivariano, robinsoniano, zamorano, cristiano. Pero, las apariencias engañan. Como se sabe con el ano se pueden hacer diversas cosas, según su comportamiento sea sufijo o prefino. Los lingüistas son monstruos verdaderos en estos asuntos y rastrearon una palabra griega –como ha de ser – la parasíntesis en donde se estudia esta “materia”. En química el ano como sufijo es un verdadero as; mi ignorancia apenas da para reconocerlo en expresiones tales como propano, butano…y mas cerca al mortal que como yo camina hacia delante porque ve a los otros y le ayudan sus huellas, el ano como sufijo sirve para dar sentido de de pertenencia, mi paisano, venezolano…y por ahí se va a grados de identificación con los “orígenes” como kantiano. Como prefijo… la cosa es más compleja, entre otras cosas porque ano prefijo no existe, sí ana…como anacrónico de modo que este obscuro tema con el ano. Y regresemos al transparente ano sufijo, tal como lo usa el Señor Presidente en su fuentes (de sus seis, cinco con ano).

No se por qué me habría sido más fácil su en vez del ano, sufijo, hubiese empleado ismo, así entonces tendríamos cristianismo, zamoranismo, robinsonianismo, bolivarianismo… pues sería relativamente sencillo entender que se trata de asumir universo teórico que sustenta esos sustantivos, porque, vuelvo a mi estado de absoluta incomprensión, y me refugio en la idea de que el cristiano, para sólo citar el mas común; es mas bien un modo de ser, de existencia, como quien dice mas directamente un modo de ser y sentirse, en donde la fe mas que la teoría, mas que la dogmática es el vector de sustentación existencial de cada quien, como quien dice. Pero, como hay tantos cristianismos y este ha tenido tanto que ver con el poder terrenal, bien como negación bien como afirmación, digamos para poner un límite, la primera fase hasta la conversión de Constantino, y la otra etapa, si bien desigual, comenzaría de allí en adelante hasta hacerse poder y entonces imponer sus reglas, entre las cuales la Inquisición, la evangelización forzosa, etc.…Y a ello habría que agregar que en cada una de esas etapas hay complejas propuestas no excluidas sus contradicciones. Los demás anos, bien… esperemos.

Si estas fuentes me son tan complicadas, los discursos del señor Presidente, los de estos días, me confundieron aun mucho más. ¿Pasará el socialismo por insultar a quien ose hacer algunas observaciones a las decisiones, deseos, anhelos del Señor Presidente? ¿No se parece mucho más a la Inquisición? No se como llegaron hasta mí Los versos satánicos The Satanic Verses novela del escritor Salman Rushdie, y las reacciones inimaginables en esta era contra el escritor por parte del fundamentalismo musulmán… Pero no; el señor Presidente hizo observar, pero sin arrepentimiento, que aquello fue un arrebato por amor patrio. Y qué decir del fortalecimiento, engorde del Estado, en cuya defensa el Señor Presidente tiene más vehemencia que la condena a Galileo por la Santa Madre Iglesia Católica, Romana, a quien se persiguió más por su amor a la libertad que por sus aportes científicos, estos son decisivos para acercase a la verdad, y ello es riesgoso pero domesticable, mientras aquella desnuda la verdad del poder, y ello pone en peligro mortal su existencia; sin embargo no dejo de sentirme más o menos conforme cuando el Señor Presidente asegura que se verá con el arzobispo de Coro, Monseñor Roberto Lückert allá en el Infierno. Nunca sabré si tan vetusto espacio pueda contenerlos o si la revolución tenga tal cualidad que hasta las virtudes del castigo eterno puedan transustanciarse y se convierta el infierno en espacio para el socialismo eterno. También me produjo gratitud el que mandase a los obispos esos y a los otros a leerse alas obras completas de los clásicos, Marx..Lenin… etc… la mejor manera de tenerlos ocupados y eviten de ese modo las fantasías sobre los problemas del poder y la gloria. Y me dolió que usase la reaccionaria frase, porque es eso, zapatero a su zapato. Es como si lo condenaran a uno a ser zapatero, …pero, por toda la vida hasta la muerte y entonces será eso socialismo del S-XXXI?, zapatero a su zapato, y presidente a presidente, todo ello por siempre para siempre!.

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