Economía

Petróleo, gas y desarrollo : El reto de las inversiones futuras

La inversión, palanca del desarrollo

El crecimiento económico es un elemento fundamental del desarrollo, mas no el único. Una economía puede crecer mediante el empuje del consumo privado o del gasto público corriente, pero no en forma sostenible. El desarrollo sostenible es producto de la inversión, pública y privada. Sin inversión no hay desarrollo. El desarrollo sostenible genera empleos sostenibles, y por consiguiente, calidad de vida y bienestar social.

Desde la década de los años 50 hasta la de los años 70, Venezuela destinó entre 25-30 por ciento del producto interno bruto (PIB) a la formación de capital fijo, con lo cual pudo mantener una tasa de crecimiento superior al 5 por ciento interanual durante más de tres decenios. Cuando entró en crisis el modelo de sustitución de importaciones en América Latina, la formación de capital fijo comenzó a desplomarse (Gráfico 1). El colapso de los precios del petróleo en 1986 agravó en nuestro país los efectos de la crisis latinoamericana de la deuda. La inversión pública y privada descendió a 21 por ciento del producto nacional.

GRÁFICO 1

CRECIMIENTO DEL PIB E INVERSIÓN TOTAL
VENEZUELA

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FUENTE: BCV, CONSEJO NACIONAL DE ECONOMÍA

Durante la década de los años 90 y hasta la fecha, la formación de capital fijo en el país ha caído a sólo un 14-15 por ciento del PIB, insuficiente para sostener tasas de crecimiento económico superiores al crecimiento de la población.

Venezuela requiere de un cuerpo de políticas públicas que reanime la inversión pública y privada, nacional y extranjera, si desea retomar la senda del crecimiento y el desarrollo que tuvo durante buena parte del siglo XX. Es un reto de los venezolanos de todos los sectores que nuestro país alcance niveles de inversión similares a las naciones puntales del XXI (Gráfico 2), como Corea del Sur (26 por ciento del PIB), Chile (20,7 por ciento), Malasia (24,4 por ciento y México (20,5 por ciento).

GRÁFICO 2

FORMACIÓN DE CAPITAL FIJO

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DATOS DE MALASIA, SUR COREA Y VENEZUELA: 2002

EL RESTO DE LOS PAISES: 2001

FUENTE: BANCO MUNDIAL

La reducción de los índices de pobreza e indigencia a la mitad en 2015 requiere de un crecimiento de 4 por ciento interanual en América Latina (y 7 por ciento en el caso del número de indigentes –pobreza extrema- según cifras de la CEPAL)(2).

LA INVERSIÓN PRIVADA: CLAVE DEL DESARROLLO

Si bien el sector público en Venezuela ha tenido un papel preponderante en la formación de capital fijo, ha sido el sector privado el que marcó la pauta durante el período de mayor bienestar social y desarrollo del que gozamos los venezolanos entre los años 50 y los años 70, al registrar niveles de inversión que en promedio alcanzaron la cifra sin precedentes de 20 por ciento del producto nacional.

Una combinación de políticas públicas globalmente adecuadas con una conducción macroeconómica acertada en el orden fiscal y monetario, permitió que nuestro país –inclusive con precios del petróleo relativamente bajos- alcanzara no sólo altas tasas de crecimiento y empleo durante aquellas décadas, sino inmejorables índices de desarrollo del capital social (educación, salud, infraestructura, seguridad, etc.). Los inversionistas, nacionales y extranjeros, tenían además una percepción favorable de la seguridad jurídica en el país.

Desde 1992 hasta el 2002, la nación venezolana vivió una notable reactivación de la inversión privada nacional y extranjera en la industria de los hidrocarburos. Las empresas afiliadas a la Asociación Venezolana de los Hidrocarburos (AVHI) (3) invirtieron US$ 23 millardos en los convenios operativos y en las asociaciones estratégicas de la Faja del Orinoco. Esta inmensa masa de recursos generó 13 mil empleos directos y 32 mil empleos indirectos, sin incluir el efecto multiplicador integral. La producción de petróleo crudo operada por el sector privado pasó de cero a un millón de barriles diarios en 2003.

EL FIN DEL CICLO DE INVERSIONES PETROLERAS

El ciclo de inversiones petroleras privadas de la última década está llegando a su fin natural (Gráfico 3). Estos ciclos tienen una duración de aproximadamente diez años, a partir de la aplicación de las políticas públicas destinadas a estimular la inversión. Por ejemplo, las asociaciones estratégicas de la Faja del Orinoco fueron aprobadas por el Congreso de la República en 1993 y fue a partir de 1999 cuando los primeros proyectos entraron en la fase comercial de producción. Uno de ellos, inclusive, entrará en operación en 2004.

GRÁFICO 3

INVERSIÓN Y PRODUCCIÓN OPERADA POR EL SECTOR PRIVADO

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FUENTE: WOOD MCKENZIE/AVHI

En el caso de los convenios de exploración a riesgo y ganancias compartidas, firmados en 1996, la primera producción comercial de uno de los proyectos en ejecución entrará en operaciones en 2005. La inversión en los tres proyectos en ejecución (La Ceiba, Paria Este y Paria Oeste) ha alcanzado a cerca de $ 1 millardo hasta la fecha.

Para los convenios operativos y asociaciones estratégicas de la Faja del Orinoco, se prevén inversiones del orden de $ 1 millardo anual para el período 2003-2005, al término del cual la producción combinada de ambos tipos de negocio alcanzará a 1 millón 200 mil barriles diarios. A partir del 2005, se realizarán inversiones de mantenimiento fundamentalmente y el ciclo de inversiones habrá llegado a su fin.

Vale la pena subrayar que durante la década de los noventa Venezuela aparecía como el país con mejores oportunidades para los inversionistas nacionales y extranjeros. Para la presente década la competencia entre países productores es mayor y las empresas están compelidas a optimizar su competitividad para alcanzar altos índices de productividad al menor costo unitario posible y bajo considerables exigencias tecnológicas y ambientales. Países y regiones con medianas y grandes reservas de gas natural y petróleo, como Rusia y los países de Asia Central, las nuevas cuencas en el Oriente Medio y África, y Bolivia, China, Vietnam, Trinidad y Tobago, etc., han ingresado a los mercados internacionales con singular fuerza.

Se celebran conversaciones entre el Ministerio de Energía y Minas y las empresas afiliadas a la AVHI con miras a ampliar las áreas asignadas a los convenios operativos y expandir las asociaciones estratégicas de la Faja del Orinoco.

El mejoramiento del clima de inversiones contribuirá a reactivar el ciclo de negocios. Debemos estar conscientes, sin embargo, que el ciclo de inversiones petroleras privadas de la última década está en su fase final y es necesario reproducir un nuevo ciclo, lo cual constituye un reto mayor de política pública.

VENEZUELA: FUTURA POTENCIA GASÍFERA

El Ejecutivo Nacional promulgó en 1999 la Ley de Hidrocarburos Gaseosos. Venezuela cuenta con las octavas reservas probadas de gas natural del mundo y las segundas de América (148 billones de pies cúbicos). Hay expectativas de reservas que ubican nuestros recursos de gas en el orden de 100 billones de pies cúbicos (100 TCF en inglés).

El gas constituye una nueva frontera para el desarrollo sostenible de Venezuela. Es un elemento esencial de la reactivación del ciclo de inversiones en proyectos de explotación primaria. Hay expectativas de reservas de más de 30 billones de pies cúbicos en la Plataforma Deltana. Se han otorgado licencias de exploración a las empresas ChevronTexaco y Statoil y se espera para diciembre de 2003 la adjudicación de los Bloques 3 y 5, para lo cual se registraron 13 compañías que presentarán sus ofertas en licitación pública conforme a la Ley.

De cumplirse todos los trámites legales y después de comprobarse la existencia de recursos en cantidades comerciales, se estima que la inversión global estaría en el orden de $ 4 millardos y la generación de empleos alcanzaría a unos 10.000 trabajadores.

El Proyecto Mariscal Sucre, para lo cual Shell, Mitsubishi y PDVSA firmaron en noviembre de 2002 un Acuerdo de Desarrollo del Proyecto (PDA), permitiría, de materializarse finalmente, la explotación de reservas ya probadas de más de 12 billones de pies cúbicos, con una inversión estimada en $ 2,7 millardos; inversión que tendría un positivo efecto multiplicador a través de la compra de bienes nacionales y la contratación de firmas de ingeniería y de personal calificado nacional bajo estrictos criterios de higiene, seguridad y conservación ambiental.

El Proyecto Mariscal Sucre incluye la construcción de facilidades de licuefacción para la exportación de gas natural licuado (LNG), pudiendo Venezuela incorporarse, junto con Argelia, Trinidad, Rusia y otros países, al elenco de naciones capaces de exportar LNG a los mercados de consumo de Estados Unidos y Europa

De cumplirse los trámites legales, comprobarse la existencia de reservas de gas en la Plataforma Deltana y completarse la estructuración de los negocios desde el punto de vista económico-financiero –magna tarea que apenas comienza-, se estima que la primera producción de gas natural y exportación de LNG proveniente de los recursos costa afuera se inicie en el 2009, con una inversión aproximada de $ 6,7 millardos para el período 2004-2009.

Es oportuno puntualizar, sin embargo, que los desarrollos de la Plataforma Deltana requieren primero de la comprobación de la existencia de recursos de gas en cantidades comercialmente significativas. Por su parte, el Mariscal Sucre continúa en fase de definición. En ambos casos, se trata de proyectos a largo plazo.

Por otra parte, se han entregado licencias de exploración desde la promulgación de la Ley de Hidrocarburos Gaseosos en 1999, para los proyectos Barbacoas, Barrancas, Tiznado, Tinaco, San Carlos y Yucal Placer, todos ellos costa adentro. Estos proyectos, de menores dimensiones en comparación con los mega-proyectos costa afuera, entrarán en operación también en los próximos años.

La futura concreción de los grandes proyectos de gas natural convertirá a Venezuela en una potencia gasífera, pero para reanimar con gran empuje el ciclo de inversiones petroleras se requerirá también de la materialización de otros proyectos de explotación primaria.

CONDICIONES PARA LA REACTIVACION DE LAS INVERSIONES

La reactivación del ciclo de inversiones privadas debe incluir la ampliación de oportunidades de formación de capital fijo en proyectos de explotación primaria en crudos livianos, medianos y pesados, incluyendo una renovada monetización de los recursos de la Faja del Orinoco. Esta estrategia facilitaría a su vez la consecución de inversiones aguas abajo (refinación y suministro, distribución y mercadeo, petroquímica, etc.).

La generación de inversiones privadas, nacionales y extranjeras, en toda la cadena de valor de los hidrocarburos depende de tres factores fundamentales: 1.- el espacio que al sector privado le es abierto por medio de los lineamientos de política del Ministerio de Energía y Minas y el Plan de Negocios de Venezuela; 2.- el marco jurídico e impositivo, y 3.- el entorno nacional y extranjero.

Las nuevas orientaciones de política provenientes del Ministerio de Energía y Minas indican que el sector privado nacional y extranjero podrá participar no sólo en actividades llamadas “marginales” (convenios operativos), o de alta capitalización, como en la Faja del Orinoco (asociaciones estratégicas), sino en proyectos de explotación primaria en áreas existentes y nuevas de crudos livianos, medianos y pesados.

El Plan de Negocios de PDVSA 2003-2008 prevé una inversión total de US$ 43 millardos, destinada a aumentar la producción de petróleo crudo a 5,1 millones de barriles diarios y la producción de gas natural a 15,8 millardos de pies cúbicos diarios. De dicha inversión total, el sector privado tendría una participación del orden del 35-40 por ciento (entre $ 15 y 17,2 millardos).

GRÁFICO 4

PLAN DE INVERSIONES DE PDVSA 2003-2008

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El logro de los objetivos del Plan de PDVSA es una tarea titánica. El sector privado nacional y extranjero desea participar con sus recursos de inversión, tecnológicos y gerenciales; pero requiere también de la precisión de cronogramas, términos y condiciones y posibles fuentes de financiamiento de los proyectos específicos. La fortaleza institucional y técnica del Ministerio de Energía y Minas y de PDVSA constituye un factor también esencial para el desarrollo integral de la industria nacional de los hidrocarburos.

El marco legal e impositivo debe ser competitivo y guardar consistencia con las tendencias internacionales del negocio energético internacional. El sector privado comprende y comparte el principio de que el Estado procure optimizar la imposición a la explotación del petróleo y el gas por la vía de la regalía y el impuesto sobre la renta. Se ha planteado la necesidad de flexibilizar, por una parte, la regalía (en la Ley Orgánica de Hidrocarburos (LOH), vigente desde el 01.01.2002, la regalía se incrementó de 16,67 por ciento a 30 por ciento con la posibilidad de bajar a 20 por ciento para yacimientos maduros o de la Fala del Orinoco), y por la otra, la participación del Estado en las empresas mixtas (actualmente 51 por ciento ).

Esta flexibilización, fundamental por ejemplo para el desarrollo futuro de la Faja del Orinoco, daría un nuevo y significativo impulso a la inversión privada nacional y extranjera, e impartiría mayor flexibilidad al propio Estado y a PDVSA para manejar eficiente y eficazmente su cartera de proyectos aguas arriba.

Tanto o más importante que la flexibilización de la Ley de Hidrocarburos es la seguridad jurídica. La preservación de los términos y condiciones de los contratos, la aplicación no retroactiva de la ley y el mantenimiento del equilibrio económico de los negocios son principios esenciales para el fortalecimiento continuo del clima de inversiones. El apego a estos principios ha sido reiterado por las más altas autoridades del Ejecutivo Nacional y PDVSA.

El futuro de la industria petrolera venezolana está en la conversión en crudo sintético de los recursos extra-pesados de la Faja del Orinoco. Las cuatro asociaciones estratégicas formadas a mediados de los años noventa (Petrozuata, Sincor, Cerro Negro y Hamaca) permitieron, por primera vez, monetizar los ingentes recursos de la Faja. Estas asociaciones estratégicas requirieron de inversiones superiores a los US$ 10 millardos en los últimos diez años.

El uso de avanzadas tecnologías para el mejoramiento del crudo y de métodos eficientes pero costosos de producción, impone la necesidad de flexibilizar los términos impositivos en función de cada negocio. La flexibilización del monto de la regalía previsto en la LOH (20 por ciento ), sería un incentivo clave para que la Faja del Orinoco pase a puntear durante la próxima década los indicadores de producción petrolera del país.

La participación del Estado prevista en la LOH (51 por ciento ) no constituye un obstáculo per se bajo los estándares internacionales, pero sí genera una gran preocupación entre los inversionistas nacionales y extranjeros por las implicaciones de dicha participación tiene en Venezuela. El riesgo para los inversionistas aumenta, no sólo porque la calificación de empresas del Estado acarrearía mayores costos de financiamiento internacional, con la consecuente reducción en el rendimiento de los proyectos, sino porque el sometimiento de los inversionistas privados a la rigidez que se deriva de la leyes como la Ley de Administración Financiera del Estado, Ley de Contraloría General de la República, Ley Anti-corrupción, etc., representa un verdadero obstáculo para la confianza de los inversionistas.

GRÁFICO 5

VENEZUELA: RIESGO PAIS

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FUENTE: AVHI

CONCLUSIONES: INVERSIONES AQUÍ Y AHORA

Venezuela tiene inmensas reservas de hidrocarburos, recursos humanos altamente calificados, una posición geográfica privilegiada y otros grandes atributos sociales, políticos e institucionales. Pero Venezuela también compite con otros países para atraer los recursos de capital, tecnología y acceso a mercados generados por la industria petrolera mundial. La disminución del riesgo país es un imperativo nacional para que las fuentes de financiamiento internacional fluyan al menor costo posible para la nación venezolana (Gráfico 5).

La reanimación del ciclo de inversiones petroleras privadas, la generación de empleos directos e indirectos, la inversión social, la extensión al país de los altos estándares de higiene, seguridad y ambiente aplicados por las empresas privadas y la transferencia de tecnología alcanzarán su pleno desarrollo si trabajamos con tesón y profesionalismo para crear valor y riqueza para todos los venezolanos.

GRÁFICO 6

FACTORES CLAVE PARA LA INVERSIÓN Y DESARROLLO DE LA INDUSTRIA PRIVADA
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Notas

(1) L.X. Grisanti es Presidente Ejecutivo de la Asociación Venezolana de los Hidrocarburos (AVHI). Profesor de Desarrollo Económico en América Latina de las Universidad de Boston y de la Universidad Libre de Bruselas.

(2) CEPAL (ONU, 2002), Balance Social de América Latina y el Caribe 2002

(3) La Asociación Venezolana de los Hidrocarburos (AVHI) es una asociación civil dedicada al mejoramiento del clima de inversiones, a la optimización del contenido nacional en la industria, al desarrollo sostenible y la responsabilidad social, y a la higiene, la seguridad y el ambiente en Venezuela. Sus miembros incluyen BentonVinccler, British Petroleum, ConocoPhillips, ChevronTexaco, China Nacional Petroleum Company, ENI, ExxonMobil, Nimir Petroleum, Petrobras, PetroCanada, Mitsubishi, Otepi, Inelectra, Tecnoconsult, Perenco, Repsol YPF, Shell, Statoil, Teikoku, Tecpetrol, Total y Vinccler Oil and Gas. La AVHI fue fundada el 30 de abril del 2003.

* Artículo publicado en Petróleo YV, con autorización del autor

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