Economía

Algunos aspectos financieros de la globalización

Mundialización de la economía

Muchos son los factores que están contribuyendo a la mundialización de la economía, como por ejemplo los acuerdos de liberación fiscal y arancelaria en el intercambio mercantil de bienes y servicios, y los acuerdos regionales de comercio (Comunidad Europea, Mercosur, etc.). Pero hay que destacar la ocurrencia de un mecanismo transaccional que hasta ahora no se había masificado intensamente, como es el caso de las transacciones financieras y bursátiles. En este sentido, a la par del flujo comercial y financiero, surge la necesidad de una mayor coordinación monetaria y de capitales a nivel internacional. Y esto es lo que precisamente Javier Santos Cumplido (“El orden monetario y financiero”, en Estructura Económica Mundial. McGraw-Hill, 1998, págs. 113-135. Joaquín Guzmán y Antonio Rallo comp.) ha denominado el “nuevo orden o sistema monetario y financiero internacional.” La especificación de este nuevo orden es lo que precisamente va a permitir entender la influencia de su funcionamiento en este nuevo proceso de mundialización de la economía que se ha denominado globalización.

Pues, bien, en la medida que este proceso de globalización de los mercados monetario y financiero se ha ido consolidando, en esa misma medida se ha ido consolidando el mecanismo internacional de pagos. A tal punto que el mecanismo de conversión de monedas se está dando de una manera, sino del todo automática (aún privan restricciones que imposibilitan la integración monetaria de algunos países que forman parte de una región común), sí se está dando con una fluidez nunca antes imaginada. En efecto, la globalización de los mercados monetario y financiero se inicia a principios de los años 60 (Cf. Jordi Canals, La internacionalización de la empresa. McGraw-Hill/IESE, 1994). A partir de entonces, la oferta de productos financieros por cuenta de la banca comercial, sobre todo la norteamericana, se amplía significativamente a través de los préstamos concedidos al sector público de los países prestatarios, de la gestión privada de divisas, operaciones financieras realizadas en el mercado de los euro-bonos, etc. Un factor adicionalmente importante, explicable históricamente del proceso globalizador de los mercados, se corresponde con la afluencia masiva de dólares de origen petrolero para la década de los setenta. Otro factor igualmente importante, quizás de la mayor relevancia financiera, tiene que ver con la implementación de un horario de 24 horas en los mercados de divisas. A los movimientos de divisas hay que añadirles los movimientos de deudas, sobre manera la de origen público. Otro factor que ha contribuido a la expansión de la globalización de los mercados financieros es la opción de futuros. La desregulación de los mercados (levantamiento de restricciones en la movilidad de capitales) es otro de los factores que profundiza el proceso globalizador.

La desregulación de los mercados financieros ha posibilitado la profundización de los siguientes aspectos: 1) la libre accesibilidad de las empresas extranjeras al mercado financiero doméstico, como por ejemplo la apertura del mercado doméstico a la internacionalización de la banca, bien sea a través de las asociaciones estratégicas de la banca, bien sea a través de la adquisición de bancos nacionales por la banca extranjera, 2) la universalización de las instituciones financieras y los mercados, como por ejemplo la banca universal, la cual permite que los bancos comerciales operen a su vez como banca hipotecaria y de inversión, 3) la libre fijación del precio de los productos financieros, como por ejemplo las comisiones por transacciones en los mercados primario y secundario, y 4) la desregulación de los mercados monetario y financiero en la determinación de la tasa de interés.

Movilidad y regulación de los flujos financieros

Ahora bien, la libre movilidad internacional de los flujos financieros se canaliza o circula de muy diversos modos, dentro de los cuales cabe destacar los siguientes: 1) el nivel de endeudamiento en los mercados internacionales de empresas públicas y privadas, a través de la emisión a nivel internacional de acciones y/o bonos, 2) el nivel de las inversiones en cartera en el corto y largo plazo, financiados con los recursos provenientes de los fondos de pensiones, de inversión y compañías aseguradoras, y 3) el desarrollo de novedosos instrumentos financieros de financiación y de cobertura de riesgo, como por ejemplo: opciones, futuros o swaps.

Todas estas consideraciones ponen de manifiesto que la dinámica financiera de los mercados, al cobrar vida propia, reclama de unos mecanismos regulatorios que posibiliten la estabilidad en la conversión monetaria de los países. De allí que la determinación del tipo de cambio juega un papel fundamental en la determinación del flujo de capitales (y de bienes y servicios) en equilibrio. Como el flujo comercial y de capitales es múltiple, a este conjunto de tipos de cambio de unas monedas respecto a otras se le denomina sistema de paridades internacionales (Santos Cumplido, op. cit.).

Hay dos tipos de sistemas para determinar el tipo de cambio de una moneda: el sistema de cambio flexible y el sistema de cambio fijo. En el sistema de cambio flexible el nivel de riesgo de los flujos de capitales está determinado por la oferta y demanda de divisas de los inversionistas. En el sistema de cambio fijo el nivel de riesgo de los flujos de capitales está determinado por la autoridades económicas. El modo como las autoridades económicas interfieren la libre determinación del precio de las divisas (tipo de cambio) es el siguiente: a) interviniendo en los mercados de divisas a través de la compra venta de las mismas, b) instrumentando políticas de demanda (monetaria o fiscal) contractiva y expansiva, y c) utilizando a la devaluación o la revaluación como medida política por parte de la autoridad económica.

El tipo de cambio flexible, a diferencia del tipo de cambio fijo, tiene una serie de ventajas, dentro de las cuales las más relevantes son las siguientes: i) es un sistema automático para el reestablecimiento del equilibrio externo de la economía, ii) es un sistema que permite una mayor independencia de gestión a las autoridades monetarias, por cuanto éstas podrían modificar la oferta monetaria o los tipos de interés sin preocuparse por el ajuste del tipo de cambio, y iii) es un sistema que permite una mayor simetría en las obligaciones de pagos internacionales, ya que los tipos de cambio en este sistema responden al comportamiento de la oferta y demanda de divisas. Sea bueno finalizar esta sección haciendo mención de una de las ventajas más relevantes del sistema de cambio fijo, cual es: ante el compromiso de las autoridades monetarias por mantener estable al tipo de cambio, ello desalienta la especulación sobre la moneda, al impedir bruscas variaciones sobre el tipo de cambio; por supuesto que el contexto de tal efectividad del sistema exige una fuerte liberación de los movimientos de capitales.

Tipos de mercados

Todo movimiento internacional de capitales exige un mercado a tono con el tipo de movilidad. En ese sentido, el mercado financiero internacional bien puede entenderse como el espacio en el que se realizan las transacciones financieras y se establece el precio de las mismas. Puesto que los instrumentos financieros son de distinta naturaleza o tipos, los mercados financieros son igualmente diversos. En el se realizan transacciones que van desde monedas, depósitos o créditos, hasta bonos o acciones. En virtud del tipo de activo que se intercambia en dichos mercados, se clasifican en mercados monetarios y mercados de divisas. Los mercados monetarios son aquellos en los cuales se intercambian activos muy luíquidos, como por ejemplo depósitos o pagares, o bonos empresariales. En los mercados de divisas, como ya lo hemos señalado, se intercambian monedas de los países que intercambian bienes y servicios y tienen un sistema abierto de transacciones de capital con otros países. A este tipo de mercado en particular se le denomina mercado internacional de capitales. Señalábamos anteriormente que hay mercados muy luíquidos, caracterizados por una serie de peculiaridades que a nivel internacional los distinguen de las existentes al interior de las economías domésticas. Estas características son las siguientes: i) son mercados externos (offshore), esto es, no tienen vinculación con los mercados nacionales, toda vez que en este tipo de mercados se realizan transacciones financieras entre intermediarios financieros a nivel internacional, la mayoría de los cuales no son residentes del país sede del mercado, ii) son mercados en los cuales se negocian activos valorados en monedas distintas a la del país sede del mercado, iii) son mercados en modo alguno regulados, toda vez que su creación obedece, en buena medida, a la preferencia que tienen las grandes corporaciones bancarias por escapar del sistema de regulación financiera de las economías locales, y iv) son mercados en los cuales se negocia al por mayor. Un ejemplo típico de mercado conteste con estas características son los euro-mercados. A la par de los euromercados, los de valores adquieren una relevancia significativa. En ellos se negocian fundamentalmente, además de títulos de renta variable y fija, operaciones de emisión (mercado primario) y operaciones para intercambiar activos ya emitidos (mercados secundarios). Es menester acotar que tal evolución de los mercados de valores debe su ocurrencia a una serie de reformas técnicas e institucionales que dichos mercados asumieron en estos últimos años.

(*) Profesor de la UNELLEZ.

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