Economía

Economía … y algo más

1.- La exageración de algunas cifras

Iba yo en un taxi y le pregunté al chofer por cierto conjunto residencial, sobre su tamaño, a lo cual me respondió que era muy grande y que en él vivían ¡¡¡900 MIL PERSONAS!!!, o sea, casi un millón de habitantes. No crean que estoy exagerando. Si algún lector me lo pide le informaré en qué ciudad sucedió el evento, y de qué línea de taxis era el chofer, pero no les daré su nombre porque no se lo pregunté.

Y les cuento el caso porque si queremos tomar buenas decisiones debemos tener una información correcta o, al menos, cercana a la realidad. Imaginemos que la madre de una niña con fiebre llame por teléfono al médico y le diga que su hija tiene una temperatura de 80 grados centígrados, o menos exagerada, que le diga que tiene como 42, cuando en realidad tenía 38,5. Pues si la examina por teléfono y confiando sólo en lo que dice su madre, seguramente le recetará los remedios incorrectos.

2.- La exageración en la economía

Cierto empresario le solicitó un crédito a un banco y en su estudio de factibilidad afirmaba que de los 600 empleados que tenía aumentaría a 1.100, cuando en realidad entre la fecha del estudio y la entrevista que le hicieron ya había reducido a 450, y la maquinaria era precisamente para sustituir mano de obra. Por supuesto que su plan cayó por su propio peso. (Por razones de discreción no les puedo decir qué empresa era, pero al menos les indicaré su ubicación aproximada y su ramo).

Otro caso exagerado es el número de empleados públicos que hay en
Venezuela.

Como ustedes saben, cuando alguien quiere decir algo, para que le crean, debe ser contundente, así que no aceptamos nada como decir que somos el
país más corrupto, más inseguro o peor administrado del mundo, o el de los
mejores short stop o el mayor y mejor libertador: nunca aceptamos posiciones intermedia ni segundos lugares. Pues bien, todos estamos cansados de leer y escuchar hablar de 1.350.000 ó 1.500.000 empleados públicos, y hubo una vez que alguien dijo dos millones y por varias semanas fueron muchos quienes repitieron esa cifra.

Lo cierto del caso es que en los meses finales del gobierno de Rafael Caldera el entonces ministro Teodoro Petkoff hizo un censo de empleados públicos y la cifra se aproximaba a 950.000, que si bien es bastante alta, no es tanto como las que más se mencionan.

Ahora, no es lo mismo calcular las prestaciones sociales para 950 mil personas que para 2 millones, y el presupuesto nacional estará totalmente mal calculado. Y tampoco es lo mismo, en la economía familiar, preparar comida para 3 personas que para 8, y para la economía de los comercios no son lo mismo atender 20 clientes diarios que 50, porque a lo mejor tendrían que poner un(-a) empleado(-a) adicional.

3.- Informática y elecciones

No conozco internamente el funcionamiento del máximo ente electoral, pero
me imagino que llevan un registro sobre el nivel de instrucción de los
electores porque es en base a esa información que se eligieron los integrantes de las juntas electorales estatales y municipales, así como a los miembros de mesa. Y también me imagino que esa información está en las computadoras del CNE.

Pues bien, en un caserío del oriente del estado Sucre fue seleccionada para
trabajar en la mesa una mujer mayor de 50 años y analfabeta. Ella cuenta
que lo que sabe es que el día 15 de diciembre de 1999 estaba muy tranquila
en su casa y la fue a buscar un muchacho para informarle que debía ir a
trabajar en la mesa de votación porque había sido seleccionada por el CNE.

Acudió presurosa a su efímero trabajo, pero no entendía nada de lo que
ocurría, aunque estuvo cristianamente sentada todo el día en su puesto.

Firmaron por élla, y hace unos días retiró su cheque por el trabajo de un día.

Le informaron que tenía que acudir a Carúpano a cobrar su cheque en la agencia bancaria correspondiente, ante lo cual se asustó porque nunca había pisado esa ciudad. La única educación que recibió desde niña fue a «jalar machete» para trabajar en labores agrícolas, así como los oficios básicos de su humilde hogar.

Ahora recuerdo que hace más de diez años en un reportaje se dijo que no había ningún venezolano mayor de 18 años que no haya pisado una oficina del Banco de Venezuela. Pues ya tenemos la excepción, porque el mencionado cheque no era de ese banco.

4.- El apellido del presidente ruso

En cualquier embajada que se respete nos imaginamos que tienen un personal
que recopila todas la noticias importantes que se publican en un país y se las envían a sus respectivas cancillería.

Y también nos imaginamos que las embajadas rusas en los países latinos
deben estar procesando más información que nunca respecto a su país, y muchas de
éllas, como ésta, son una verdadera «mamadera de gallo». Pero es que el apellido que tiene su nuevo presidente se presta para ello. También salió hace poco que después de su victoria electoral dijo que Rusia ocuparía nuevamente un sitial de honor en el mundo, y anunció que haría una serie de visitas al exterior para promocionar a su país, haciendo su primer viaje a la Gran Bretaña para entrevistarse con el primer ministro Tony Blair.

Desde aquí le recomendamos que no se le ocurra acercarse a ningún país latinoparlante. Imaginemos que llega con su honorable familia a Venezuela.

en visita oficial. Los periódicos titularían: “Llegó Putin”.

Luego, en el marco de las actividades protocolares se harían una serie de
visitas al panteón, la Plaza Bolívar, etc., mientras que su esposa e hijos
se dedicarían a otras cosas, y los periódicos titularían: «LOS HIJOS DE PUTIN visitaron el Museo de los Niños» sin que ello sea un
insulto a nadie.

No es justo que sus pobres hijos reciban ese trato, ¿no?. Y luego dicen
que la culpa es de los medios, como si ellos son quienes les pusieron los
apellidos. Pero para que no digan que discriminamos entre las
superpotencias nucleares, le mandamos una cálido saludo al presidente
norteamericano Bill Clíntoris, perdón, Bill Clinton (pero preferimos al ruso, porque es más directo y no necesita cambios). Por cierto, imaginemos una reunión cumbre entre ambos mandatarios: «Cumbre Clíntoris -Putin».

5.- Sacudones bursátiles en Nueva York

Grandes traumas siguen sufriendo las bolsas neoyorkinas. El pasado viernes 14 de Abril tanto el promedio Dow Jones de 30 acciones industriales como el compuesto NASDAQ, especializado en valores electrónicos, sufrieron la mayor caída en números absolutos en su historia.

Es la famosa inflación bursátil, que si bien la economía norteamericana le va bien, los precios de las acciones suben mucho más que la producción y
las ganancias, muy exageradamente. A toda caída de esa magnitud le sigue otra
subida, pero en el caso neoyorkino es un respiro en medio de la caída que
debe seguir, porque todavía los precios están muy sobrevalorados.

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