Economía

Continúa el drama del poder crudo

¡NOTICIAS QUE ALARMAN!

El drama del petróleo en el mercado internacional, con Venezuela como invitado especial, continuó el lunes 17 en el Wall Street Journal con el anuncio que los contratos de futuro cerraron el viernes 14 por encima de los US$28 el barril, superando el tope de noviembre 1990, apoyado con otro anuncio sobre la disposición de Venezuela de no desbaratar el acuerdo a cambio de recibir ayuda económica de la OPEP.

En realidad, fue apenas el inicio de un segundo acto, porque durante toda la semana el gran tema de la noticia en EUA (aparte de las bolsas de valores y el nino balsero cubano) fue el precio del petróleo, culminando el viernes 21 con la entrada de un nuevo actor para avivar el fuego y la tensión—la Agencia Internacional de Energía alarmando (falsamente, a mi juicio) que se podría producir una debacle si la OPEP no aumenta la oferta, simple y sencillamente porque el barril se aproxima cada vez más cerca de los US$ 30.

La semana comenzó con el WSJ relatando los acontecimientos de los últimos meses de 1999, mostrando tendencia hacia la baja de precios por aparentes aumentos en las violaciones del acuerdo y aparentes señales de Venezuela de querer aumentar sus ventas, que fueron exacerbadas el pasado miércoles 12 por interpretaciones de las declaraciones del ministro Rodriguez en Amsterdam, el viernes 14 se convirtieron en distantes recuerdos del pasado cuando los contratos de futuros (fruto de expectativas) volvieron a la carga situando el barril por encima de US$28, como resultado de la reunión del sub-comite de OPEP con los ministros de Venezuela, Arabia Saudita, Iran, Kuwait y Nigeria, concluyendo que el acuerdo de reducción de producción se mantendría indefinidamente después de Marzo.

Según las fuentes de información del periódico, la OPEP mostró su determinación de mantener los recortes ofreciéndole a Venezuela ayuda económica en vez de dispensa para aumentar su producción. Me pregunto, ¿será verdad que somos el talón de aquiles y quisimos terminar el acuerdo? Las informaciones no fueron desmentidas por el Ministro Rodriguez en sus últimas declaraciones.

Esto lleva a Bill O’Grady (conocido analista de A.G. Edwards) a concluir “ofrecerle ayuda a Venezuela debe silenciar a los pirronicos”, para luego añadir que si Venezuela no hubiese recibido la ayuda de OPEP es muy probable que hubiese aumentado su producción, obligando hacer lo mismo a los demás miembros, incluyendo Arabia Saudita “que no hubiese permitido a Caracas comerse su participación”. Tampoco hay desmentido, hasta la fecha.

Por su parte, Adam Sieminski (tambien conocido analista de B.T. Alex Brown) considera que “si la OPEP fuese confiable y verdadera, el petróleo debería más bien estar por los $38 el barril, ya que los fundamentos sugieren que el petróleo se nos acabará”, para luego decir que él es uno de los pirronicos de OPEP y no cambiará hasta ser desmentido por “la letra chica”, cuestionando el verdadero tamaño del recorte a ser mantenido.

Esta afirmación ha sido parcialmente convalidada a fines de semana, con el mismo WSJ del viernes 21, informando que varios analistas (no nombrados) consideran que se justifica el alza porque “los fundamentos del mercado ciertamente colocan el precio del barril en US$ 30 y asoman la posibilidad del barril a US$ 40”, debido a que las reservas de inventarios se estan vaciando.

Para algunos, los paises industrializados pueden absorber el alza y “vivir” con el barril en US$30 y más. Otros no estan tan seguros si esos niveles se mantienen por mucho tiempo, al grado que el conocido economista del Grupo Brattle, Phil Verleger, se une a los alarmistas gritando “es una prescripcion para el desastre de las economias consumidoras del mundo”, por la tambien sencilla razon que los inventarios han llegado a sus niveles mas bajos en 20 anos (ajustados por el aumento del consumo y el crecimiento economico de los paises consumidores, lo que me parece correcto hacer, pero igualmente considero que un ajuste similar debería hacerse en cuanto a los precios — ajuste por inflación y poder de compra de esos mismos países).

En su edición del lunes 17, el periódico cita a un analista (no nombrado) en el sentido que Estados Unidos podría intentar convencer a la OPEP que los altos precios podrian acabar con la expansión económica mundial, que alimenta la demanda de crudo. Si fracasa en esa gestión, para presionar, “Washington podría amenazar con vender parte de su Reserva Estrategica (575 mb), junto con su relación militar con Arabia Saudita”.

Continúa entonces el periodico citando nuevamente a Bill O’Grady en cuanto a que un examen más cuidadoso de los precios del petróleo en términos reales sugiere que todavía pueden subir más, sin temor de causar recesión en EUA y el resto del mundo, porque “en dólares de 1990 el precio por barril es $21” y “ha habido poca traslacion del aumento de precios petroleros en aumento de los precios de consumo y la OPEP lo sabe”.

O’Grady considera además que la OPEP ya ha reaccionado al argumento que los altos precios del petroleo pondran fin a la expansión economica mundial, por intermedio de Arabia Saudita, haciendole un llamado a los países consumidores a reducir los impuestos que gravan el petróleo impactando los precios significativamente.

A continuación presento gráfico del WSJ en la p. A2 de la edicion del lunes 17 ilustrando un artículo sobre la inflacion en ese país, titulado “New Data Show Inflation Stays Subdued”. El título del gráfico lo dice todo.

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¡ACUSACIONES QUE AGUDIZAN!

El fin de semana pasado (15 y 16 de enero) la prensa informó ampliamente sobre el petroleo publicando declaraciones del Ministro Rodriguez y del ex-economista Jefe de PDVSA, Ramon Espinasa (dos veces), rumbo a Washington, como tambien opiniones de Alan Viergutz, empresario y comentarista petrolero, y de Alberto Quiros Corradi, ex-presidente de una ex-filial de PDVSA. En esta ocasión me limitaré a comentar los dos primeros unicamente para no extenderme demasiado. Más adelante comentare los otros dos.

Las declaraciones de prensa del Ministro Rodriguez durante toda esta semana han contribuido a la ansiedad y el drama del poder crudo porque no aclaran las informaciones recogidas por la prensa internacional, limitandose a desmentir una de las acusaciones sobre la caida de la capacidad de produccion (Ramon Espinasa y Alberto Quirós). Descarta como especulativo y corto placista el aumento del precio evidenciado el viernes 14 de enero y como simple recomendacion la decision del sub-comite de OPEP de mantener vigente el acuerdo de recorte de producción indefinidamente, poniendo en duda que sea para todo el año.

Pero son las declaraciones del Dr. Ramón Espinasa las que verdaderamente me intrigan por su contenido y la oportunidad en que se dan. Son declaraciones de un profesional contratado como consultor por el Banco Interamericano de Desarrollo, “para dirigir un proyecto sobre el desempeño del sector petrolero en nueve países (entre los cuales descuella Venezuela como el pais productor más importante) sobre el marco institucional, impacto macroeconómico y estructura del mercado interno”.

Llama la atención que el Dr. Espinasa, antes de viajar a Washington para iniciar el referido proyecto, nos ofrece lo que parecen ser conclusiones respecto a uno de los paises objeto del proyecto, producto de sus largos anos como economista Jefe de PDVSA. Me pregunto si un proyecto sesgado y anticipado de esa manera realmente es viable o se justifica, o si solo se trata de una imprudente precipitacion involuntaria. Podría interpretarse positivamente, anotando que el proyecto costara menos por tener completado lo conscerniente a Venezuela. Esto me recuerda a otro economista Jefe, en ejercicio de sus funciones en otro organismo internacional radicado en Washington, que por declaraciones menos tajantes e incisivas sobre asuntos de su incumbencia, acaba de perder su cargo.

La declaración de prensa en El Universal (lunes 17) se titula “Política petrolera llevara al país a lo peor de dos mundos” y la de El Nacional (sábado 15) “Descapitalizacion de PDVSA”. Ambas se producen poco despues de participar en un foro petrolero patrocinado por la revista electrónica Venezuela Analítica, junto con Alberto Quiros Corradi, quien tambien publica un artículo de opinión en El Nacional el sábado 15 bajo el titulo “El tiro por la culata”, en la misma línea de pensamiento. Llama la atención que las declaraciones parecen responder a preguntas que el mismo entrevistado se formula, quizás buscando empimientar el drama, para presentar argumentos como verdades únicas y no como lo que son, simples opiniones cuestionables de un ex-funcionario comprometido con la vieja politica petrolera, en desacuerdo con la nueva política petrolera y, en especial, descontento por su explicable salida de PDVSA.

Sorprende que un distinguido economista ignore en sus declaraciones hechos bien conocidos como los siguientes.

Que la estrategia de conquistar y mantener cuotas de mercado sacrificando precios no se aplica a los productos no renovables con demandas crecientes y el tiempo a su favor, cuyo valor aumenta bajo tierra si no se explotan porque no tienen peligro de ser desplazados en el corto o mediano plazo por algun producto competitivo o alguna tecnología sustitutiva. La estrategia corresponde a productos renovables con demandas decrecientes o estacionales y a productos perecederos por razones físicas, de moda o de tecnología cambiante.

Que al país no le conviene producir más divisas de las que la economía no-petrolera puede absorber y transformar en recursos productivos, lo que ha venido sucediendo a pesar de los bajisimos precios del petroleo desde 1985, ya que ese exceso de divisas se despilfarra mediante importaciones no productivas, consumo superfluo y contribuye a la corrupcion, causando la verdadera descapitalizacion y empobrecimiento de los venezolanos.

Que si no se recorta la producción, ya que descarto la alternativa de vender a precios bajos, la única forma de evitar el dano de los excedentes es mediante la creación de un fondo de estabilización y/o ahorro para captar el exceso de divisas, que todavia no tenemos establecido y que en la única ocasión que lo intentamos (en 1975 con el Fondo de Inversiones), lo desbaratamos rápidamente porque los economistas se unieron a los politicos en la fiesta de gastos que le organizaron a los empresarios, supuestamente para acelerar la formación de capital y el ritmo de crecimiento, con los resultados conocidos por todos. ¿Se opuso el en aquella ocasión y en ocasiones posteriores? ¿Quiénes lo hicieron?

Que la sobreoferta que ha caracterizado el mercado internacional desde 1985, ha mantenido los precios tan bajos que para 1997 nos costaba producir tres barriles para poder comprar lo que un barril compraba en 1974, otra descapitalización, para beneficio de los consumidores (los países industrializados que aprovecharon el excedente de consumidor producido para elevar sus impuestos significativamente). Han sido los países ricos los beneficiados, no los paises productores ni los países pobres. Hace apenas unos días la prensa estadounidense informo (y yo comente) que el precio de la gasolina aun permanecia al nivel del de 1974, en términos reales, a pesar de los aumentos recientes (aunque Espinasa parece no percatarse de eso).

Que la demanda petrolera siempre ha sido y continua siendo bastante inelastica (elaticidad-precio menor de uno, por lo que un cambio porcentual en el precio produce otro menor en la demanda en sentido contrario) por diversas razones, aunque en menor grado desde 1974. Durante unos pocos anos, despues del alza de precios en 1974 y otra vez al comienzo de los 80, la elasticidad-precio subió (cuando los precios subieron repentinamente y exageradamente) debido a los cambios tecnológicos, económicos y políticos dirigidos a racionalizar y hacer más eficiente el consumo de energía, lo que ha beneficiado a la humanidad.

Que una vez reajustados los patrones de consumo, eliminando gran parte del consumo despilfarrador e ineficiente que caracterizo el crecimiento de los países industrializados durante tantos anos de precios bajos (razón por la cual un venezolano consideró necesario la creación de la OPEP), la elasticidad-precio ha vuelto a bajar por razones similares a las de años anteriores – el mantenimiento de precios bajos durante los catorce anos siguientes y la inexistencia de productos competitivos. En estas condiciones, hay holgura para que los precios suban y esto lo reconocen los consumidores, tal como lo he senalado en otros escritos, a pesar de que en Venezuela economistas y comentaristas sobre el petróleo parecen no estar convencidos o simplemente no se interesan.

Finalmente, la declaración en El Universal exhibe como información importante por novedosa, una investigación realizada junto con otro venezolano “que tomó 150 años de estadistica de los precios del WTI en la cual se concluyo que la cotización de este crudo marcador sigue una tendencia a la media de 19 dólares por barril, con un período de reversion a la media de 3 anos”. La entrevistadora, después de concluir como lírico estribillo “la lógica petrolera se impone y Espinasa lanza la alerta que lo carcome”, cita al entrevistado que nos dice “inexorablemente los precios del WTI van a regresar a su tendencia de 19 dolares el barril”.

Me ha sorprendido mucho esa informacion porque la conozco de otra fuente desde hace años y no plantea ninguna “lógica petrolera” o “tendencia inexorable”. Es un conocido fenomeno estadistico publicado hace anos por el experto petrolero James L. Williams, presidente de la consultora West Texas Regional Group (WSTRG) Economics. Williams es un investigador petrolero dedicado a recolectar información empírica con quien he tenido contacto directo varias veces con motivo de sus divulgaciones. Los invito a visitar la dirección electrónica de este experto – http://www.wtrg.com/index.html.

Williams publico en el internet hace varios años un estudio titulado “Historia y Análisis de los Precios Petroleros”, acompanado de meticulosos gráficos sobre precios (mostrando los efectos de diferentes tipos de impactos o eventos en diferentes periodos), dos de los cuales presento a continuación en el apéndice.

El primer grafico, que cubre el periodo 1869-1997 (los 130 anos para los cuales el autor encontro datos), muestra un precio promedio de US$ 18.66, en dolares de 1996, con una mediana de US$14.91. En su declaración, pareciera que Espinasa ha sido más afortunado, ya que informa haber obtenido datos para curbrir un periodo de 150 anos (hasta 1850); pero no menciona los términos de su promedio de US$19 y tampoco ofrece la mediana.

El segundo grafico, que cubre el período post-segunda guerra mundial 1947-1998, muestra un precio promedio de US$ 19.27, en dolares de 1996, con una mediana de US$15.27.

No obstante, el experto no se atreve a concluir, como lo hace Espinasa, sobre la “inexorabilidad” del regreso de los precios a US$19 , lo cual explico en el apéndice adjunto

APENDICE

Para no abrumar al lector con explicaciones estadisticas detalladas, he dejado para este apendice los detalles, dirigidos a los interesados, para que puedan llegar a sus propias conclusiones y juzgar por si mismos sobre sobre que es lo verdaderamente inexorable.

El primer gráfico de Williams claramente muestra que de 1902 a 1917 y de 1925 a 1974 el precio real permaneció continuamente por debajo del promedio de US$18.63 (que son 16 y 50 anos, respectivamente). Permaneció continuamente por debajo de la mediana de US$ 14.91, de 1905 a 1911 y de 1928 a 1947 (que son 7 y 20 años, respectivamente). La mediana indica que la mitad de los precios están por debajo y la otra mitad por encima

El segundo gráfico de Williams reconfirma lo anterior, mostrando que de 1947 a 1973 (27 anos) el precio permaneció continuamente por debajo del promedio y de 1958 a 1973 (16 años) lo hizo continuamente por debajo de la mediana.

Lo que también muestran los gráficos es que las pocas veces que el precio sobrepasa la media, lo hace bruscamente pero también significativamente y por lo tanto crea un violento desajuste que precipita un ajuste hacia abajo en poco tiempo, igualmente brusco y significativo. Por eso permanece poco tiempo por encima de la media (quizas los 3 años que menciona el Dr. Espinasa). Pero eso es producto de las causas que produjeron los repentinos violentos movimientos, en ambas direcciones, y no la consecuencia de alguna logica petrolera que lo convierte en conducta inexorable. Son muy pocas las veces que sucede y en cada caso se conocen las causas.

La conclusión que se puede derivar de todo lo anterior es muy diferente a la expresada por Espinasa, ya que no hay demostracion de una tendencia alrededor del promedio y no hay ningun periodo de reversión determinado.

Para que el lector tambien comprenda la importancia de los términos en que se consideren los precios (nominales o reales, especificando el año base), presentó una porción del análisis del investigador.

Williams senala que si bien el precio nominal pasa de US$2.5 en 1948 a US$3.0 en 1957, en dolares de 1996 estas cifras se elevan a US$14 y US$16, respectivamente y concluye que apenas se mantuvieron a la par de la inflacion. Luego anade que, si bien entre 1958 y 1970 los precios nominales se mantuvieron estables en US$ 3.0 el barril, en dolares de 1996 bajan de mas de US$15 el barril en 1958 a menos de US$12 el barril en 1970; bajando aun más en 1972 y 1973.

Como todos sabemos, el precio nominal salto en 1974 y continuo subiendo hasta 1978 (de US$12 a US$14 el barril), pero el precio real se mantiene estable durante esos anos, como muestra el grafico. Vienen los saltos de 1979 a 1981, para luego derrumbarse por la sobreoferta resultante de elevar la produccion de 2 a 5 mbd. Desde entonces hasta el presente, salvo un ano (1991) el precio real del barril ha permanecido por debajo del precio alcanzado en 1974.

Nuevamente, la conclusión que se deriva de lo anterior confirma algo muy distinto a lo expresado por Espinasa, en el sentido que no existe regla absoluta para que los actuales precios “inexorablemente” regresen al promedio. Habrá que ver como se desarrollan los acontecimientos, la conducta de los paises productores y las reacciones de los países consumidores, especialmente de Estados Unidos como importante comprador de Arabia Saudita y Venezuela.

El tercer grafico que presento es propio, elaborado con datos tomados del Anuario Eestadistico de la OPEP de 1997. Refleja el precio promedio anual del barril de petróleo, nominal y real (en dolares de 1973).

[Nota: La OPEP ajusta los precios tomando los indices de precios al consumidor y de los tipos
de cambio de las monedas de los países miembros de la Convencion de Ginebra mas Estados
Unidos. Utiliza el precio oficial del petroleo Arabe Liviano hasta 1981 y la canasta spot de
referencia OPEP desde 1982. ]

En el cuadro se puede observar la manera como se vio afectada la demanda por el alza del precio en 1974 y luego 1979-81. Pero me parece mas ilustrativo e interesante ver la manera como reacciona la demanda frente a la estabilidad de los precios reales entre 1975 y 1978 y a partir de 1986, mientras los precios nominales tienden al alza en esos años.

Quiero resaltar aqui estos hechos porque hay personas que se asustan por el alza de los precios y no acostumbran a distinguir entre el precio nominal y el precio real (reflejando omision o confusion ¿intencional?), sino que se refieren por defecto a los precios nominales cuando analizan o comentan eventos relacionados con el petroleo, transmitiendo a sus lectores impresiones de alarma y pesimismo.

Por todo lo expuesto aquí, debo expresar duda sobre la importancia de la conclusión atribuida a la OCDE por Alan Viergutz en su artículo de opinion en El Nacional (15/01), en el sentido de que la inflacion en los países industrializados aumenta ½ % por cada US$10 de aumento en el precio del crudo. Tampoco sabemos en que términos estan las cifras, lo que es muy importante.

De cualquier manera, pienso que para la gran mayoría de países en el mundo, una variación en sus respectivos indices de precios del ½ % no significa gran cosa, como tampoco debería serlo para los paises industrializados con ingresos y capacidades de compra muy superiores.

Lo importante, sin embargo, es no olvidar que gran parte de esos US$10 que recoge Viergutz los absorben los gobiernos como impuestos . Según el mismo Anuario Estadistico de la OPEP de 1997, del valor promedio de cada barril de petroleo consumido ese ano en los paises de la OCDE, el 48% fue el pago de impuestos, 26% fue el margen de la industria y 26% fue el pago CIF por el crudo. Los impuestos más altos se pagaron en Francia ( 69%) y en Italia (67%), los más bajos en Estados Unidos (31%) y en Canada y Japón (38%).

Esto explica porque he argumentado durante tantos años que son los bajos precios los que han permitido esa captación de excedente de consumidor y que los gobiernos podrían/deberían reducir sus impuestos para reducir las posibles presiones inflacionarias de los aumentos en los precios del petróleo. Según el Wall St. Journal, parece que por fin un país (Arabia Saudita) esta recomendando esta medida en los actuales momentos. ¿No podría Venezuela unírsele? ¡Pienso que sií!

El Departamento de Energía de Estados Unidos publica anualmente proyecciones energéticas nacionales e internacionales, las cuales he mencionado en varias ocasiones, ya que estoy suscrito a sus publicaciones y varias veces me he comunicado con sus técnicos. Pueden visitarse en la dirección — http://www.eia.doe.gov/index.html

En sus publicaciones, no he notado preocupación inflacionaria o de estancamiento económico por posibles aumentos en los precios del petróleo. Su metodología es de escenarios y sus proyecciones presentan tres trayectorias: el escenario básico o de referencia y dos escenarios que reaccionan a los precios – más altos y más bajos que los de la referencia . Los resultados muestran que hay holgura. Es decir, que los precios pueden bajar o subir mas de 20% respecto al caso base sin afectar significativamente el escenario basico (en terminos de demanda de petróleo, crecimiento económico e inflación, entre otras variables). Los análisis son en términos reales (a precios de un año base), como debe ser, aunque a veces presentan los precios nominales implícitos en sus proyecciones para ilustrar sus hipótesis sobre inflacioón. [Estos también los he comentado en otras ocasiones].

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