El cáncer de cuello uterino puede evitarse acudiendo al ginecólogo
El cáncer de cuello uterino es la segunda causa de mortalidad en mujeres, luego del cáncer de mama. No obstante, puede evitarse si se detecta a tiempo el virus de papiloma humano, VPH, que se transmite mediante relaciones sexuales con personas infectadas.
Así lo manifestaron los doctores Luisa Suárez y Giuseppe Figurelli, oncólogos radioterapeutas del Centro Diagnóstico Docente, CDD Las Mercedes, dirigido por Wilson Mourad, médico especialista en vías digestivas y cuyo centro está orientado a tener la mejor tecnología de punta en América Latina con resultados exitosos en el tratamiento del cáncer.
El VPH se manifiesta con lesiones en el cuello uterino en forma de coliflor. No presenta síntomas, por lo cual la paciente solo puede saberlo en el examen ginecológico. Si la mujer sexualmente activa acude a su consulta anual ginecológica puede ser previsible, dado que este virus es fácilmente observable por el ginecólogo. De igual manera, se recomienda a las parejas utilizar preservativos a fin de evitar el contagio.
Ambos especialistas apuntaron que quienes están más expuestas a la enfermedad son las mujeres de menores recursos, que no tienen acceso a la información y no pueden hacerse el chequeo anual.
Asimismo, señalaron que existen dos tipos de cáncer de cuello uterino, siendo el más común en Venezuela -en un 90 por ciento de los casos- el que se forma en el epitelio externo, por medio de su agente más importante, el VPH. El otro se presenta al interior del epitelio, en el que aparecen adenocarcinomas, que pueden estar relacionados con el cigarrillo u otros agentes químicos.
Nuevo tratamiento
Por otra parte, informaron que existen tratamientos convencionales para esta patología. Sin embargo, hay un nuevo tratamiento que se hace a través de la fusión de imágenes de alta calidad, obtenidas a través de la resonancia magnética con contraste, en la que se realiza una tomografía o Pet/Ct de simulación, que permite delimitar con precisión el cuello uterino y sus áreas de riesgo.
Después de la radioterapia externa, se recomiendan los implantes en cuello uterino o braquiterapia, que es la colocación de una semilla radioactiva en contacto con el tejido tumoral que permite el control de la enfermedad al aumentar la dosis de radiación en el tumor.
Aclararon que en estos casos, se tiene la posibilidad de disminuir la exposición de los tejidos sanos y retirarlos del área de radiación, a fin de tener menores complicaciones y se aplica una mayor dosis al tejido tumoral, por lo que se pueden realizar tratamientos largos.
