Desafuero político-militar
Aún a sabiendas de que la incorporación de milicianos a la FANB, que ya totaliza unos 3,3 millones de personas entre milicianos y milicianas, dotados de su equipo respectivo y juramentados ante Maduro, es inconstitucional y desmoralizador, en contravención al Capítulo III Art 328-331 CRBV, pues son civiles que no han recibido un adiestramiento adecuado para el uso de un arma de reglamento y/o de guerra; solo un indoctrinamiento político que podría denominarse como de paramilitares; tipo montoneras gomecistas contemporáneas, bajo comando de unos generales apodados los “chopo e’ piedra”, grupo que, por sus prerrogativas, colidió con los militares profesionales jóvenes de entonces, quienes participaron en el derrocamiento del genaral Medina el 18/10/1945.
Ahora, Maduro solicita, informalmente, a la ANC inconstitucional, idem per idem, otorgar rango jurídico a la milicia, parece que está reconociendo tal irregularidad reiterada desde 2005, en vida del presidente extinto, cuya aprobación, de conformidad con el Art 344 CRBV, podríamos someterla a referendo.
Pertinente y oportuno recordar que estamos ante un gobierno de transición con un presidente interino, Juan Guaidó, próximo a ratificarse como presidente de la AN, el 5/1 venidero, por lo cual toda decisión requiere formalidad de los actos administrativos o rodamos por el despeñadero de un CAOS sin precedentes.
Una vez establecida su constitucionalidad y ratificada o no mediante referendo, el gobierno interino debería considerar si su existencia es posible en función de la seguridad territorial y de acuerdo con su impacto en el gasto público ya que existe una DEUDA SOCIAL imprescriptible que se retrotrae y extiende en tiempo y espacio. Dejar la milicia, en medio de la crisis, constituiría una aberración de envergadura trascendental.