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El Filosofar de los Tupí Guaraní y los Kogui

Las dudas que intentaremos disipar  en estas líneas es aproximarnos al filosofar aborigen, que giran en torno a las reflexiones sobre sus  mitos, que orientan el día a día de estas heterogéneas sociedades. Para estos nos centraremos en la figura del filosofar del Kari Tupí-Guaraní cuyo don es la palabra como el profeta o Nabi, por ser unos de los pilares del judaísmo y del cristianismo, ha sido estudiado laboriosamente, y probablemente  tiene sus raíces en el chamanismo, él será el puente para franquear las barreras que surgen cuando se trate este tema en las culturas prehispánicas.  A este complejo lo llamaremos profético-chamanico

“La religiosidad de las sociedades selváticas es extrovertida y colectiva: es cantada, danzada, actuada, y lo sagrado atraviesa lo social de un extremo a otro… La inquietud religiosa, sugiere que en estas sociedades, no sólo la existencia de creadores y  narradores sino de filósofos destinados a la  creación  de la reflexión personal… A pesar los primeros cronistas de no estar en condiciones diferenciaron a los chamanes o Paje, que se encargaban de las prácticas terapéuticas de los Karai, cuya función meditar sobre el mito…”(Pierre Clastres, 1989:98-100)

La sabiduría y la   evidencia   de la capacidad de generar discursos  de profundidad filosófica entre las culturas prehispánicas,   surge de estos filósofos selvático o profetas  que se distinguen del chamanismo, y el curanderismo  tal como lo evidencia Pierre Clastres en su libro: La Sociedad contra el Estado y Ensayos Políticos. En ellos se establece una clara distinción en la cultura Tupí-Guaraní, que se originaron en la selva amazónica y se extendieron hasta el Atlántico entre el Pa`i, Paje o Page y el dador de la palabra crítica, profeta o Karaí, cuya función no es la que rodea al chamanismo sino la palabra y la reflexión sobre la visión del mundo expresada en las historias sagradas o mitos:

“A pesar de no estar en condiciones de comprender los primeros cronistas supieron diferenciar de los chamanes  de ciertos personajes enigmáticos que habían surgido en la sociedad, los karaí. En efecto estos personajes no  tenían nada que ver  con la práctica terapéutica de los Pajè o chamanes”(Clastres, p., 1981: p.p.98-100)

El Karai  está dentro   del marco de la tradición y enfrenta con su reflexión, su palabra y la praxis que deriva de ella a los enemigos de su sociedad; los cuales la  podrían destruir, transformandola cualitativamente al convertirla en un Estado.  Enfrenta estos peligros    con su palabra y su acción,  es una rotunda evidencia  de una  visión del mundo    responsable de mantener la estructura socio cultural tradicional de los Tupí Guaraní.  ?Cual es el misterioso enemigo que subyace en su cultura?, es el Poder coactivo de las cofradías de guerreros, debido al aumento poblacional y sus consecuencias, la sociedad se caotiza y los equilibrios colectivos generadores de relaciones de reciprocidad son destruidos. A esto responde la migración de miles de hombres que en danza extática se lanzan  a la conquistas la “Tierra sin Mal”, fragmentando la comunidad, evitando así el surgimiento de una burocracia militarista, y del Estado que transformaría esta sociedad  y sus relaciones sociales en asimétricas y surgiría  el dominio de una clase sobre otra   debido a la superpoblación la sociedad se ha convertido en un caos. Y  los equilibrios que impedían que el Poder sobre otros  es destruido,   los guerreros  aprovechan este desequilibrio  para instaurar su poder y expandir sus territorios a través de las guerras.

Pero para  imponer el Poder militarista tendrá  que enfrentarse a la palabra, a la reflexión, a la ascesis del Karaí y su praxis, él es quien le muestra a su sociedad los dilemas de su destino a través de la meditación en sus   mitos. No por casualidad en Grecia surgió la filosofía del pensamiento mito, a través de los presocráticos. Mientras esto ocurre purificaran los Karai sus cuerpo, alma de toda impureza y llevaran una existencia en la que luchará por restablecer  la libertad y los equilibrios sociales. Pero él sabe que el único camino es la migración a la Tierra sin Mal. Se dedica junto a sus seguidores  con perseverancia a los ejercicios espirituales, tienen un régimen vegetariano, no poseen bienes y se dedican con ahínco  al examen de sus conciencias. Para hacerse merecedores de adentrarse en el paraíso que llaman La Tierra sin Mal.  Liberando paulatinamente el cuerpo del lastre que significa Techo Achy, que serán las imperfecciones humanas, tanto físicas como éticas y su  cuerpo va paulatinamente perdiendo su peso hasta volverse imponderable.

Se crea  una ruptura ontológica y existencial, en donde la búsqueda de la Tierra sin Mal de personal se transforma en una dimensión  colectiva, al deslastrar de su Ser el mal del egoísmo, la violencia y la soberbia. Mientras esto ocurre  vivirán en esta dimensión extática, que los prepara  para guiar a los Tupí Guaraní a iniciar la migración a la Tierra sin Mal, que en en los karai es un presente, pues   viven en ella. Cuando se da el enfrentamiento entre el Poder coactivo y la libertad, o de una sociedad que crea sus propios  equilibrios para evitar las asimetrías sociales, muy alejadas de lo que veían el marxismo y el comunismo  en su visión tergiversada y utópica de las sociedades selváticas o tradicionales. Solo proyectaron en ellas, sus hipótesis, su anhelo de Poder, el darwinismo social para justificar su comunismo distópico.

Los Karai se dedican con perseverancia a ejercicios espirituales, se limitan a un regimen estrictamente vegetariano, pues el matar no es visto como en los Kogi con agrado. Para hacerse merecedores de la Gracia a ingresar al paraíso sin sufrir la prueba de la muerte, deben estar en paz con los dueños o espíritus de la selva. Mediante las técnicas extáticas se libran paulatinamente del Teko Achy,  imperfecciones humanas como la pereza, la gula, la lascivia… Esto hace vivir a los Tupí Guaraní en su  Edénica Tierra sin Mal, sin migrar hacía ella, transformándose en un ser que es una evidencia palpable de los valores que sustentan esta sociedad… Y cuando se de este enfrentamiento entre las dos visiones del mundo, estarán preparados para migrar guiando a miles de familias: madres, padres, niños, enseres  a la Tierra sin Mal, y evitar así el Estado y el Poder. Fundaron así una nueva sociedad Tupí-Guaraní,  tras su larga peregrinación que llamaran la Tierra sin Mal.

 En las vasta obra de A. Metraux  también se evidencia la existencia de ciertos chamanes, que dejan de cumplir su función exorcizadora y terapéutica a los califica de profetas o karaibas. Apoyado en las descripciones realizadas por Luis Cadogan  sobres esta mitología y el estudios del lenguaje de los guaraníes hecho por Natalicio  Gonzalez. Se relatan en los mitos  estos movimientos migratorios masivos  surgir dentro de estas sociedades movidos por discursos o reflexiones de  Karaibas que buscan mantener la esencia de su cultura contra la creación del Estado, debido al crecimiento poblacional de estas sociedades. Mario Vargas Llosa se inspiro en estos movimientos para crear la paradigmática novela “La Guerra del Fin del Mundo” y su personaje central el consejero.

 El Mama o Mamo es otro filósofo con un discurso profético  prehispánico, poseedor de la palabra y el discurso mítico reflexivo de  los cuales se tuvo conocimiento en 1950 cuando fue publicada el tomo I del libro Los Kogi se Sierra Nevada de Santa Marta, escrito por Gerardo Reichel-Dolmatoff, y editado  por el Instituto Etnológico de Colombia. Curiosamente su segundo tomo fue censurado por considerarlo indecoroso a la sociedad colombiana y su marcado patriarcalismo.

“El primer volumen de los Kogi fue publicado por el Instituto Etnológico Nacional en 1950, y pronto encontró un amplio público de lectores. En cambio, en el segundo volumen tuve la sorpresa de verlo rechazado por mis superiores… Algunas actitudes habían ofendido la sensibilidad de las autoridades, y se me comunicó corto y claro que mi manuscrito no podía publicarse…”(Reichel-Dolmatoff, G.Vol.I, pp.1988)     Aun no se había visto en el arte osadas artistas  que se atrevieran a representar a Cristo en la crucifixión, o pintar un cuadro  como una mujer representando a Cristo en la  Ultima Cena, o crear un arte  feminista que creara una visión de la ultima cena,   como lo habían creado las feminista norteamericano en los setenta como se evidencio en el proyecto Woman House donde participaron Miriam Schapiro, Judy Chicago. 

Los Kogi  hoy están amenazados y diezmados por el la narcoguerrilla y ganaderos que desean sus tierras, esta cultura molesta la sensibilidad cultural de la época al ser la única sociedad matriarcal  existente.  En el presente están dedicados las diversas comunidades kogui a recuperar los territorios sagrados de los cuales han despojados.

Y tuvo que esperar Reichel Dolmatoff casi 30 años para que publicaran el segundo tomo de los Kogui,   con  sus mitos de origen que relatan cómo fueran creada la humanidad por la Diosa Gaulchováng de un pelo de su pubis y su sangre menstrual. Y en su cosmovisión el universo  tiene la forma de un huevo en cuyo interior hay nueve niveles, el central lo ocupa la humanidad, y los kogi son responsables de él, si no  actúan con el corazón y la mente en armonía,  se  desequilibran   y podría ser el fin del universo y su función como hijos de la Diosa Madre es evitar este  destino  cumpliendo  las leyes de la Madre Tierra, que son tan detallada que hasta determinan las posiciones sexuales de la mujer y hombre para mantener este orden, que de no cumplirse ponen en peligro el cosmos. Aunado esto a que  consideran a los occidentales  sus hermanos menores, deben guiarlos, aprender las tradiciones, y  meditar gran parte de su vida para que el orden domine en el cosmos.  

La visión del mundo de los kogi es cíclica y matriarcal, el hombre existe para cumplir la ley de la madre, dicen: hay que cuidar al suegro, hay que bailar para que venga el verano, hay que ayunar, no hay que pelear con el hermano, la violencia va contra la Diosa Madre. Todo el código moral de la cultura se basa esencialmente en el rol de la madre. Para conocer estas reglas hay que observarlas, y aprenderlas de los mitos tradicionales que enseñan los mamas o mamos. El objetivo  de la vida para un kogi es el  aprender  los mitos, cuyo saber es  la fuente de prestigio social dentro de la comunidad.  Y se llegar a ser  Máma a través de años de desvelos y retos de conocimiento  en la casa ceremonial,  reinterpretando continuamente  la realidad a través los mitos para   generar una reflexión crítica sacra que debe confrontarse a las de los otros mamas y llegar al equilibrio que es la verdad compartida y cambiante. A través de estos ejemplos se crea una  aproximación para ahondar en la visión del mundo  de las sociedades tradicionales y lo que podría considerarse el amor al conocimiento y su reflexión sobre él. Regularmente se reúnen los kogi en confesiones colectivas a develar sus sueños, y actos, para poder vislumbrar su destino y si están cumpliendo con la ley de la Madre Tierra y  corregir cualquier omisión, cómo sería la acumulación de bienes que es vista como una vergüenza la Diosa Madre. A menudo se dan   encuentros de mamas de diversas comunidades, más en el presente cuando están siendo amenazados. Hemos hecho referencia a dos culturas ancestrales sudamericanas donde se genera un pensamiento crítico alrededor del mito, para acercarnos más a su visión del mundo y su filosofar.

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