Bush presiona al Congreso para que dé el visto bueno a un ataque sin esperar a la ONU
El Gobierno de EE UU ha intensificado en las últimas horas las presiones sobre el Congreso para que apruebe una resolución que autorice la adopción de medidas militares contra Irak. Ayer, el presidente, George W. Bush, logró el apoyo de los líderes de la Cámara y hoy mismo la Casa Blanca entregará a los congresistas un proyecto de resolución para que se vote lo antes posible.
Las gestiones de Bush coinciden con los llamamientos a la ONU para que adopte un enérgico mandato que garantice el retorno de los inspectores de armas a Irak, aunque Washington parece ahora ir más allá y sitúa su objetivo en el derrocamiento del presidente del país, Sadam Husein.
Así, el secretario de Estado de Defensa, Donald Rumsfeld, sugirió anoche que el exilio voluntario de Sadam o su derrocamiento por un levantamiento interno evitarían una intervención militar. En esta línea, Bush pedirá previsiblemente al Congreso en el proyecto de resolución máxima flexibilidad para afrontar la amenaza que plantea el dictador iraquí y utilizará el mismo lenguaje de una ley promulgada en 1998 en la que se instó a un cambio de régimen en el país.
