Familiares de Liazán Molina esperan traslado del cuerpo a Cuba
«Nunca pesamos que se llegaría a este extremo», dijo llorando Ileana Filguera, la madre de Liazán Molina, de 24 años, asesinada el domingo por su esposo Gerardo Regalado en el restaurante donde trabajaba la joven,
Otras tres personas fueron heridas durante el ataque y Regalado, de 38 años de edad, se quitó la vida. Era cubano y medio hermano del astro del béisbol Orlando «El Duque» Hernández.
Según Filguera, un oficial de la Policía de Hialeah, en Florida, Estados Unidos, llamó por teléfono el miércoles para informar que ya se estaban haciendo los trámites de repatriación del cuerpo y solicitó su autorización, mientras otro de sus yernos también intentaba que los restos sean traídos a la isla.
La mujer no sabía cuáles eran los pasos a seguir o cómo se financiaría el viaje.
«Solo se que estaban haciendo los papeles…yo no quiero dinero ni nada, lo único que quiero es el cuerpo aquí», expresó Filguera en su casa del poblado del Wajay, en las afueras de La Habana, de donde eran oriundos Molina y Regalado que se casaron en Florida en 2007.
Retratos de la joven se encontraban al lado a una imagen de San Lázaro vestido de violeta y rodeados de velas.
Molina habló con su madre el sábado y le dijo que estaba contenta de tener un trabajo en el restaurante «Yoyito» de Hialeah, Florida, con el cual poder independizarse de Regalado, quien la había maltratado. «Ella no aguantaba más», dijo Filguera.
La madre también expresó su dolor porque la familia de Regalado, y sobre todo Hernández, hizo comentarios poco sensibles y no llamaron para expresar su pésame o ayudar en los trámites del traslado del cuerpo de la muchacha.
«El Duque dio el dinero para que ella viajara» ahora «él tendría que haber ayudado en algo», comentó Filguera.
«Era su cuñada y dio la espalda», agregó el padrastro de Molina y con quien creció desde que era una niña, Jorge Menuel Pérez.
Tanto la madre como sus hermanas esperan que el caso al menos sirva para que otras jóvenes emigrantes tomen conciencia y no se dejen maltratar o humillar.
«Desde aquí les decimos que busquen ayuda. Qué vayan con la policía. Que no se sientan solas», expresó Lianet Molina, de 20 años de edad y hermana de la fallecida.
