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Titán: una tragedia que evoca el naufragio del Titanic

Titán, el famoso submarino de la empresa OceanGate que brindaba expediciones hacia el lugar del naufragio del Titanic, continúa acaparando los titulares tras confirmarse que el  sumergible sufrió una catastrófica implosión con sus cinco tripulantes a bordo.

La expedición en la que viajaba Stockton Rush, director ejecutivo de OceanGate; Hamish Harding, un explorador británico multimillonario; Shahzada Dawood y su hijo Suleman, miembros de una de las familias más adineradas de de Pakistán; y Paul-Henry Nargeolet, un prestigioso explorador francés reconocido en el campo de la investigación submarina, inició su rumbo el pasado 16 de junio en Terranova, Canadá. 

El sumergible de 6,7 metros de longitud y 9,52 toneladas de peso fue trasladado por el buque de apoyo Polar Prince hasta el lugar en donde ocurrió el hundimiento del trasatlántico, y el domingo 18 de junio fue lanzado a las 9:00 a.m. al océano. 

Sin embargo, a la hora y cuarenta y cinco minutos de su descenso, el submarino perdió contacto con la superficie, y se alertó a las autoridades estadounidenses quienes iniciaron las operaciones de búsqueda y rescate. 

Según información que una fuente de la Marina de Estados Unidos brindó a CNN, se había detectado una señal compatible con la de una implosión, pero el sonido «no era definitivo» y continuó la misión. 

Desde el inicio de la búsqueda, la mayor preocupación era el oxígeno disponible en la cabina. La empresa señalaba que solo le quedaban 96 horas. 

La búsqueda de Titán

Posteriormente, el 19 de junio, las autoridades estadounidenses y canadienses desplegaron todo un equipo constituido por expertos, un avión canadiense y dos C-130 que realizaban búsquedas aéreas y por radar, así como el lanzamiento de boyas con el objetivo de escuchar sonidos en el océano, pues la prioridad era localizar la embarcación. 

Fue el martes 20 cuando un avión canadiense P-3 detectó unos ruidos bajo el agua, con intervalos de tiempo de 30 minutos. Los mismos dieron esperanza al equipo de búsqueda, pero estas «dieron resultados negativos». La angustia persistía y se procedió a ampliar la operación internacional con una capacidad submarina. 

El 21 de junio se amplió la zona de búsqueda debido a que se estimaba que los niveles de oxígeno ya estaban agotándose. Se unió entonces una flota de barcos con equipo especializado, “incluido un sistema de salvamento de la Marina estadounidense capaz de recuperar embarcaciones del fondo del océano”, reseñó CNN.

No obstante, las dudas sobre la seguridad del sumergible comenzaron a surgir, dando paso a posibles teorías y a testimonios de otras figuras que formaron parte de la expedición que confirmaron que previo a iniciar el viaje se firmaba una larga documentación en la cual se exponían los riesgos a los que los aventureros se estaban sometiendo, y confirmaron que durante sus viajes perdieron comunicación por un lapso de tiempo. 

La tragedia

El 22 de junio, en horas del mediodía la Guardia Costera de EE.UU. informó que un vehículo teledirigido llegó a las profundidades del mar y halló una montaña de escombros en la zona de búsqueda. Minutos más tarde, las autoridades confirmaron que se trataba de partes del OceanGate. A las 3:00 p.m., el contralmirante John Mauger notificó que la nave sufrió una «implosión catastrófica».

Tras volverse un hecho la catástrofe, han salido a la luz declaraciones que aseguran que la nave no era segura.

En 2018, David Lochridge, exdirector de operaciones de OceanGate, advirtió que Titán tenía problemas de seguridad. El informe de inspección «identificó numerosas complicaciones que planteaban graves problemas de seguridad», como el modo en que se había probado el casco, y aseveró que era un «potencial peligro para los pasajeros del Titán cuando el sumergible alcanzaba profundidades extremas».

Igualmente, la Marine Technology Society (MTS, Sociedad de Tecnología Marina) envió una carta en marzo de 2018 a OceanGate alegando que el submarino “podría tener resultados negativos (desde menores hasta catastróficos)”.

Titán estaba elaborado con un casco “fibra de carbono, con placas de titanio en los extremos y una pequeña ventana en uno de ellos”, explica BBC Mundo. Sin embargo, Nicolai Roterdam, profesor de biología marina en la Universidad de Portsmouth, señaló al medio británico que “en los sumergibles de aguas profundas, la parte donde están los humanos es una esfera de titanio de unos 2 metros de diámetro», debido a que la nave debe poder soportar las presiones de las profundidades, así como resistir el peso del agua que presiona. 

Stockton Rush había declarado en 2022 a Oceanographic que «la fibra de carbono se utiliza con éxito en yates y en aviación, pero no se ha usado en sumergibles tripulados». Sin embargo, Lochridge había aseverado en su denuncia que Titán no había sido sometido a presiones extremas ni a análisis que permitieran detectar problemas en el casco, y señaló que “un modelo a menor escala del submarino habían revelado fallas en los test de presión de la fibra de carbono”.

El cineasta James Cameron se pronunció ante lo ocurrido, y aseveró que si hubiese tenido la oportunidad de irse de expedición con OceanGate no lo habría hecho.

Cameron, que ha hecho 33 expediciones hasta el Titanic e incluso ha viajado hasta la fosa de las Marianas, considerada uno de los lugares más profundos del océano pues supera el nivel en el que se encuentran los restos del trasatlántico, señaló que la implosión de Titán responde a las mismas causas del naufragio de 1912. 

“Ahora tenemos otro naufragio que se basa desgraciadamente en los mismos principios de no hacer caso a las advertencias. (…) OceanGate fue advertida», declaró.

Agregó que miembros de la comunidad de sumergibles a grandes profundidades sintieron gran preocupación por la logística con la que se desarrollaban los viajes de OceanGate, sin tomar en cuenta las advertencias. 

“Muchos expertos se reunieron y escribieron una carta a OceanGate y dijeron: ‘tienes que certificar, no puedes hacerle eso a la gente, es irresponsable y podría conducir a una catástrofe’. Es trágico, horrible e innecesario. Histórica y socialmente se trata de advertencias que fueron ignoradas. Ese barco yace en el fondo del océano no por la naturaleza de su acero o la naturaleza de sus comportamientos, sino simplemente por mala marinería. (…) Aquí estamos de nuevo, en el mismo lugar. Ahora hay un naufragio junto a otro”. 

En entrevista con la BBC, manifestó que todo el que se sumerge en la aventura de conocer los restos del Titanic sabe que «es un sitio muy peligroso», pero resaltó que nunca se hubiera ido de expedición con OceanGate, pues la empresa no informaba sobre los riesgos reales del sumergible. 

Otras experiencias

El guionista de Los Simpsons, Mike Reiss, recordó que en el pasado fue uno de los tripulantes de Titán y que en sus expediciones la comunicación se perdía, pero trataba de mantener la calma. 

«He realizado tres inmersiones diferentes con esta compañía y cada vez hubo problemas de comunicación. (…) Esta es una nueva tecnología, y están aprendiendo mucho sobre la marcha, pero (la comunicación) es probablemente el eslabón más débil de la cadena, y creo que en dos de los tres casos en los que estuve allí pudieron volver a establecer comunicación, pero esa parece ser la parte más difícil de esto», comentó. 

Igualmente, aseveró que la energía que se siente en el sumergible es de paz, aún sabiendo los peligros a los que te enfrentas. “He estado en ese lugar y tengo la sensación de que a bordo de esa embarcación en este momento hay una sensación de calma, tal vez una energía enfocada y resignación silenciosa. Así es como me sentí. Estás más o menos a gusto con todo y en paz con los peligros en juego«, manifestó Reiss antes de que se confirmara que Titán implosionó con la tripulación.

Por su parte, el influencer mexicano Alex Estrada aseveró en Twitter que quienes aceptaban sumergirse en las profundidades del océano con Titán conocían los riesgos, y agregó que en su viaje también se perdió la comunicación. “Sabíamos que esto es una expedición increíblemente riesgosa, sabíamos que no estábamos yendo a un parque de diversiones. El Titan podía bajar, pero ya no podía subir porque el sistema de arrojo del lastre se atascó. Había un sistema de emergencia en el que el sumergible arroja todo el mecanismo, no solo los lastres, para que el Titan subiera, y eso fue lo que sucedió”

Al confirmarse la muerte de los cinco tripulantes, Estrada lamentó el suceso. “Mis pensamientos están con toda la familia de OceanGate Expeditions. Honro la memoria de Stockton y P.H. quienes me inspiraron con su labor y pasión por la exploración. Mi más sentido pésame a las familias de los involucrados«.

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