Actualidad Internacional

“Los portones estaban bloqueados”

Mientras los bomberos continúan con su labor y entregan balances provisionales de la magnitud de la tragedia en Asunción, que hasta ahora dan cuenta de 365 personas fallecidas, en las calles los sobreviviventes y testigos cuentan cómo acontecieron los hechos.

De acuerdo con el comandante de bomberos, Carlos Torres, esa es la cifra definitiva, al menos después de acabar las tareas de rescate dentro del supermercado Ykuá Bolaños. Mientras tanto, en las afueras del lugar se narran los hechos de diversas formas.

Uno de ellos es Hernán Tamay, que nunca estuvo tan cerca del cielo y del infierno a la vez. El domingo por la mañana decidió acompañar a su madre, Francisca, al supermercado Ycuá Bolaños de Asunción. Nunca se imaginó que sería uno de los más de 500 sobrevivientes de la peor tragedia en la historia de Paraguay.

“Volví a vivir”, dijo el joven, de 19 años, sentado en una silla de ruedas en una de las salas del Instituto de Previsión Social (IPS), donde se encuentran internados la mayoría los heridos. Una lesión en la córnea y quemaduras de primer grado en su brazo son las secuelas que le dejó el incendio en el centro comercial.

Tamay contó que se encontraba junto a su madre, quien también sobrevivió, en una de las cajas para abonar su compra cuando “de repente hubo una explosión” y se desató el infierno.

“En un segundo todo era fuego, confusión. Las luces del lugar se apagaron y todos entramos en pánico. Ahí perdí contacto con mi madre”, recuerda.

Entre gritos, pisando gente tirada en el suelo, casi asfixiado por el humo, “creí que me moría, cuando alguien me tomó el brazo y me dijo ‘pudiste salir’ ”. Era un bombero, ubicado en uno de los boquetes hechos en las paredes del supermercado para retirar a los heridos y los cuerpos.

Según el testimonio de los sobrevivientes y de los vecinos del lugar, las puertas del supermercado habrían sido cerradas por orden de la gerencia poco después de la explosión con el fin de evitar saqueos, impidiendo la salida de las personas que se encontraban en el interior. “Los portones estaban bloqueados”, dijo el joven, que por la mañana contó este mismo relato a los fiscales que se hicieron presentes en el IPS para tomar testimonios.

Su versión coincide con el de Esther Benítez, que se desempeñaba como cajera en el local. “Corrí hacia la puerta, pero estaba cerrada… me sacaron los bomberos”, dijo la mujer, también internada por quemaduras. Según dijo el doctor Carlos Wiens, director médico de IPS, “todos los pacientes con los que hablé coincidieron en que las puertas estaban bloquedas”.

Vecinos que llegaron al lugar para ayudar a los heridos relataron que tuvieron que forzar las ventanas y hacer hoyos en las paredes porque no podían abrir las puertas. “No podíamos entrar y ellos no podían salir”, dijo Liliana Hernández, quien vive justo detrás del Ycuá Bolaños. Juan Pio Paiva, quien habría dado la orden de cerrar las puertas, está detenido y ha asegurado que no es verdad dicha versión. “El personal de seguridad me confirmó que las puertas no estaban cerradas”, dijo.

Ahora, sigue la procesión más triste, cuando las víctimas reciban el último adiós en los actos fúnebres.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba