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Vecinos de Quinta Crespo tienen dos semanas sin electricidad

A las 10:30 pm del pasado martes 15 de agosto, el servicio eléctrico fue suspendido en parte del sector Quinta Crespo, ubicado en la parroquia San Juan del municipio Libertador.

Luego de 48 horas sin energía, el servicio comenzó a restablecerse paulatinamente. Sin embargo, los habitantes de la calle Pasaje Miranda, esquina Río a Puente Soublette y la avenida Sur 2 no han corrido con esa suerte, pues al día de hoy siguen sin electricidad.

Diariamente, los vecinos de la comunidad reportan la falla y los días que han pasado en este estado, pero los representantes de Corpoelec les aseguraron que el problema radica en una “falla del transformador”, sin brindarles mayores detalles.

Una habitante de la zona, que prefirió no ser identificada, denunció que “durante los primeros tres días, las cuadrillas estuvieron inspeccionando la zona para dar con la falla”.

“El servicio se restableció en la mayoría de las calles. El viernes 18 de agosto fue la última vez que hubo presencia de trabajadores de Corpoelec en la zona e indicaron que un transformador se había dañado, sin darnos una fecha aproximada de cuándo se llevaría a cabo la reparación. Todos los vecinos continuamos realizando reportes. Las respuestas que obtuvimos eran que el reporte ya había sido presentado y que las cuadrillas iban en camino, pero nunca aparecieron”, manifestó.

La necesidad los llevó a salir a manifestar el pasado 22 de agosto. Los habitantes trancaron el paso de la autopista durante toda la mañana para llamar la atención de las autoridades.

La respuesta que obtuvieron fue la instalación de una planta con un horario fragmentado de 9:00 am a 12:00 m, y de 10:00 pm a 3:00 am; tiempo que consideran “complicado con el que se debe lidiar, ya que muchas personas cumplen horario de oficina y no están en casa en horas de la mañana”.

“El segundo horario es un periodo casi muerto, porque nadie realiza actividades a esas horas. También es importante mencionar que esos horarios no se están cumpliendo, así que es prácticamente imposible organizarse o planificarse”, alegó.

Condiciones precarias

La fuente dijo a Analítica que lo más grave ha sido la pérdida total de los alimentos de ella y de sus vecinos. “Al segundo día ya las proteínas se habían descompuesto”.

“El segundo problema fue la falta de un medio para cocinar. El edificio donde habito, y casi todos alrededor, no cuentan con gas directo, sino con bombonas que surten a las residencias. Al no tener electricidad, evidentemente no es posible usar hornillas eléctricas. Es importante destacar que el servicio de gas es casi nulo en la zona; hemos pasado hasta más de 3 meses con las bombonas vacías; en numerosas ocasiones hemos recurrido a pagar tributos a los trabajadores para que se movilicen a recargar”, agregó.

Igualmente, señaló que al no tener electricidad, el servicio de agua tampoco existe, por lo que han tenido que bajar hasta el estacionamiento de la residencia para surtirse del ‘vital líquido’ por tuberías directas de la calle y luego subirlos por las escaleras.

La problemática ha hecho que “la mayoría de las personas de la tercera edad tuvieron que movilizarse a hogares de familiares a esperar una solución”.

Alteración de la rutina

Para los afectados, la rutina cambió por completo.

“Hay personas que realizan trabajo remoto, o trabajaban muy cerca de su hogar. Esas personas han tenido que comenzar a movilizarse a otros espacios o tener que cambiar sus rutas diarias. Alimentarse bien ha sido lo más difícil, porque no había manera de cocinar o mantener los alimentos refrigerados. La dinámica desde entonces ha sido comprar solo lo que se utilizará en el día, diariamente. Los alimentos perdidos fueron incontables”.

La mujer recalcó que en el edificio los vecinos organizaron una “jornada especial para sacar desperdicios como carne, vegetales y charcutería vencida que había sido vertida por el bajante y que, finalmente, habían ido a parar al cuarto de basura”.

Asimismo, la inversión económica durante estos días ha crecido, pues “mientras no podamos refrigerar los alimentos, es una pérdida diaria de comprar fragmentadas”.

Los habitantes de la calle Pasaje Miranda, esquina Río a Puente Soublette y la avenida Sur 2 hacen un llamado a las autoridades a dar solución inmediata a la problemática.

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