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La dolarización también se instaló en las cárceles venezolanas

El uso de dólares en el penal contribuyó también a un mayor beneficio de los reclusos con liderazgo frente a los que no pueden costear los montos en divisas

La dolarización de facto, que para finales de 2021 se ubicó en 60% en todo el país, también se instaló en las cárceles venezolanas. Esta situación ha duplicado el costo de vida de los reclusos que no cuentan con divisas en efectivo para pagar los innumerables gastos que tienen dentro de los centros penitenciarios.

Carolina Girón, directora del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), explicó a Bloomberg Línea que este esquema financiero se ha ido solidificando con el paso de los años en las cárceles, al mismo tiempo que lo hizo en el resto del país.

La economía carcelaria venezolana, que se divide en dos regímenes: la dirigida por un pranato o la establecida por la directiva del penal junto a los custodios.

Los presos deben pagar dentro de las cárceles venezolanas hasta por respirar. Incluso desde antes de sus traslados, deben cancelar una cuota de 160 dólares para comprar un kit de higiene personal y uniformes.

Una vez dentro del centro de reclusión, tienen que pagar desde 10 dólares semanales para vivir y hasta 20 dólares por la causa, o la estadía. Las visitas conyugales pueden ubicarse entre 10 y 50 dólares y el pago por una sola toallita sanitaria, en el caso de los centros para mujeres, puede ser de un dólar, entregado a los custodios.

«Quien no tiene acceso a los dólares, lo paga en bolívares, pero duplicado. Si son 10 dólares, le tocará pagar 20 dólares al cambio en bolívares, sea para el procedimiento que sea, incluyendo traslados a tribunales», explicó Girón.

«Se pagaba por todo. Ahí la vida es de millonario, todo es 2, 3 o 5 dólares, todo sobre las nubes. Si van a mover algo en el penal que va a beneficiar a la visita o a uno mismo, también se paga, así como todo lo que se hace», reveló un exprivado de libertad que estuvo recluido en el Penal de Tocuyito, como se le conoce al Centro Penitenciario Nacional de Valencia.

Quienes se encargan de hacer estos cobros son uno o dos reclusos que actúan como tesoreros. Son quienes, además, registran los pagos en divisas por parte de los familiares, o los pagos en transacciones digitales nacionales en moneda local, conocidas como pago móvil.

El uso de dólares en el penal, contribuyó también a un mayor beneficio de los reclusos con liderazgo frente a los que no pueden costear los montos en divisas.

Para el OVP, este modelo que ha sido exportado hacia las barriadas populares en el país, con líderes de bandas criminales al frente de sistemas que pretenden dar protección a habitantes de estas zonas, se trata más bien de un problema de índole social.

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