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Ejemplos nocivos para la salud, por Mari Montes

Lo peor del uso de sustancias prohibidas en el deporte, no es la trampa, censurable por supuesto, sino el mal ejemplo, porque el consumo de drogas para mejorar el rendimiento conlleva problemas de salud que incluso pueden costar la vida.

Aun cuando no quieran serlo, aunque no les guste, incluso aunque no debería ser así, los deportistas y especialmente quienes destacan por sus «hazañas», son modelos a seguir.

Es demasiado preocupante la facilidad con la que algunos desestiman que haya atletas que prefieran tomar el atajo de usar ayuda extra e ilegal y hasta los justifican y celebran.

Sencillamente es trampa, no puede ser valorado igual un deportista que se hizo de un cuerpo excepcional gracias a disciplina y horas de esfuerzo, a otro que aumentó el rendimiento gracias al consumo de esteroides, hormonas de crecimiento o estimulantes.

No es igual un atleta que va a entrenar al gimnasio a fortalecer su musculatura y que se esfuerza para potenciar habilidades, digamos que en estado natural, a otro que también se ejercita, pero bajo los efectos, por ejemplo, de anfetaminas. El primero se va a cansar y limitará sus horas de preparación, el segundo, podrá estar más tiempo gracias a los estimulantes. Así que sí, sí ayuda.

Los defensores de los deportistas señalados por consumo, siempre alegan que sin talento no es posible conseguir números, marcas o registros, pero eso es obvio, nadie llega a la alta competencia por casualidad o por tomar una pastilla, pero por tomar una pastilla adquieren una ventaja sobre sus similares que no es casualidad. Entrenar o competir dopado es desigual, es trampa.

¿Qué conduce a un deportista a buscar o solicitar sustancias para mejorar su rendimiento o sus marcas? Explica el doctor Luis Parada, médico fisiatra, en el ensayo de mi autoría para Colombia Digital «Beisbol, ciencia y esencia» que «son mecanismos para mejorar el desempeño atlético, en los que la eficiencia se ve incrementada por efectos sobre el sistema nervioso central como: euforia, disminución de la fatiga y disminución en el tiempo de recuperación entre sesiones de trabajo». Quienes insisten en decir que consumir esas sustancias no mejora, parecen desconocer esta información y desestiman el hecho de que haya quienes arriesguen sus carreras por «ayudarse» e inventen las más diversas excusas para justificarse cuando los exámenes dan positivos por dopaje.

Manchan sus carreras, ponen en duda sus números y en el caso de algunos deportes se marginan de los más altos pedestales como el Salón de la Fama o la gloria olímpica.

Sin embargo, volvemos a verlos como figuras indiscutiblemente influyentes en la sociedad y entonces sus conductas se convierten en amenazas para la vulnerable audiencia de los más jóvenes. Un muchacho que sueña con ser como un determinado atleta y que desconoce todo lo que implica usar sustancias prohibidas, puede hasta morir.

Por eso siempre es necesario conocer los efectos negativos que tienen los esteroides, hormonas o anfetaminas. Según explica el doctor Luis Parada, hay que dividirlos en 4 categorías: Los que impactan en el hígado, en el sistema reproductivo, en el sistema cardiovascular y alteraciones psiquiátricas.

Los efectos adversos dependen de la dosis y de eso no hay data cierta, aunque son famosos los estudios en los 90 donde relacionan los niveles de testosterona en sangre con conductas competitivas agresivas y dominantes. También pueden presentar elevación en la presión arterial por la retención de líquidos. Los efectos en el corazón son más importantes e incluyen isquemia y falla cardiaca súbita con el uso de anabólicos. Existen otras sustancias utilizadas para reducir la fatiga durante los eventos competitivos como las anfetaminas. Algunos atletas las usan como supresores del apetito para el control de peso. Los efectos adversos de las anfetaminas incluyen manifestaciones del sistema nervioso central como intranquilidad, mareos, temblores, irritabilidad, confusión, sobresaltos, paranoia, alucinaciones; efectos cardiovasculares como taquicardia, palpitaciones, arritmias, angina, alteraciones de la presión sanguínea y colapso cardiovascular. También se han reportado síntomas depresivos como consecuencia del consumo de estas drogas.

Es preocupante que no se le de dimensión a este tema y haya quienes sean tan flexibles ante un asunto que afecta la salud pública.

La moral de cada quien es cosa de cada quien, pero cuando se trata de personas que son modelos para la sociedad, sus conductas tienen impacto, positivo o negativo y corresponde a padres, maestros, entrenadores, comunicadores y adultos con roles de guías, advertir los daños que conlleva buscar parecerse a un atleta que ha logrado sus músculos con aditivos químicos.

Recientemente se conocieron los casos de dopaje en la LVBP y se hicieron públicas las sanciones: Alex Cabrera, Brayan Villareal, Yorvit Torrealba y José Mijares.

El caso de Cabrera tuvo más volumen, no solo porque se trata del único triplecoronado de la LVBP, dueño del récord de HR para una temporada de todos los tiempos, y Jugador Mas Valioso, sino por las excusas y el enredo que llegó hasta la Corte 2da de lo Contencioso, que decidió a favor del jugador, detalle que no puede dejarse de lado, en un país donde el sistema judicial ha negado amparos que tienen que ver con la vida de niños enfermos de cáncer y la sanción a Cabrera se haría efectiva en octubre. Sobran comentarios.

Mucho se ha escrito ya sobre eso, pero en todo caso vale aclarar que el positivo de Cabrera fue por Adderall, una anfetamina indicada para el déficit de atención, cuyo uso está permitido, pero es preciso cumplir con pasos ante la autoridad, en este caso la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, que el jugador de los Tiburones no siguió.

Desde la gerencia de su equipo quisieron escurrir el bulto señalando a Manuel Rodríguez, gerente deportivo de la 2014-2015, cuando le fue recetada la droga por primera vez, quien desmintió haber tenido el informe médico que debió llegar a la LVBP. Corona esta historia el hecho cierto de que el positivo ocurrió en la temporada 2015-2016 y esa desconocida autorización debió renovarse.

Recordemos que por consumo de una sustancia indicada por déficit de atención, ya conocido por MLB, fue suspendido Chris Davis, con la diferencia de que el grandeliga aceptó su omisión y aceptó su sanción.

Cabrera apela y seguramente volverá a hacerlo si es necesario, acostumbrado como está a «ganar» estos desaguisados en tribunales, como ocurrió en México. También hay quienes le creen y otros que no. Total, si no es obligado creer en Dios y es Dios, menos aún es obligado creerle en un simple mortal. Eso es cosa de cada quien también. La duda existe y no hay decisión ni instancia que pueda despejarla.

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