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En el boxeo: Aquí están los rusos

Hay que destacar, además de los resultados, que el regreso del boxeo al Poliedro de Caracas, donde no había un programa de pugilismo desde 2004,  tiene varios puntos destacables como positivos.

Uno de ellos  fue la buena cantidad de público que asistió a la velada que bautizaron “La Batalla” y que de manera espontánea me brindó una sonora pita al gobernador del estado Vargas, Jorge Luis García Carneiro. Otra el apoyo a los peleadores del patio y la interpretación a capela del estribillo del Himno Nacional de Venezuela, luego que la grabación quedó silenciada sin explicación o motivo conocido, y que conllevó que a Mayerlin “La Monita” Rivas le saltaron unas lágrimas de emoción.

Pero al igual que hubo esas cosas positivas, también hubo circunstancias que pueden considerarse lamentables, una de ella la falla de la campana que marca el inicio y el final de los asaltos, aunque fue por poco tiempo.

Otra, hasta sorpresiva, la presencia de una elegante dama, no identificada, trajeada  de un largo vestido rojo que interpretó el himno de Rusia, cuando la velada boxística se celebrará en Venezuela y que los títulos mundiales en juego estaban (y aún están) en poder de peleadores venezolanos.

Cierto es que el patrocinador de la jornada fue la empresa petrolera rusa, Rosneft, pero creo que eso no implica que los asistentes tuviésemos que escuchar aquella interpretación, impecable quizás, porque creo (y digo “creo” porque en este país no se puede asegurar nada a pie juntillas) que no somos colonia de otra nación, ni siquiera de Cuba, aunque lo que parezca.

 

A los golpes

Bueno, pero si apartándonos tangencialmente de la presencia rusa en “La Batalla” (que no era la de Stalingrado), nos parece lógico hablar de las peleas y, por nivel, nos referiremos en primer término a la del barinés  Jorge Linares, campeón mundial Ligero del CMB, y el mexicano Iván “Macanón” Cano, en la cual, como es costumbres se interpretaron los himnos nacionales de México y Venezuela.

Cano vino con la firme intención de llevarse el título, pese a no presentar un palmarés impresionante (23 victorias, 15 por KO, 6 y un empate), sin embargo Linares supo capear aquel temporal que lanzaba golpes con velocidad y fuerza. Ya en el tercer asalto, con un gancho al hígado propinó un nockdown a Cano y con un golpe similar, en el siguiente round, dejó resuelto el careo a su favor.

En la otra pelea, en la cual estaba en juego el título mundial Gallo femenino, entre la titular,  la zuliana Mayerlin “La Monita” Rivas y la búlgara Galina Ivanova (también hubo interpretación de los himnos nacionales de sus respectivos países), la venezolana se impuso por decisión unánime, aunque muchos pensaron que Rivas podía imponerse por la vía rápida sobre la búlgara, que resistió bastante castigo, pero sin verse en peligro que quedar fuera de combate.

“No todas las peleas pueden ganarse por nockout”, comentó el entrenador de la venezolana, Jorge Zerpa, quien señaló que su pupila había recibido un cabezazo en una oreja (pararon la refriega por algunos minutos) que se la había inflamado y que le dolía mucho.

Galina, de 37 años de edad, al parecer vino a tratar de no perder, no a buscar una corona.

 

Decepción en los pesados

El careo entre el ucraniano, al parecer pro ruso, Sergey Khomitsky, de 42 años de edad, y Alfonso Blanco, por el título interino Medio, versión AMB, resultó hasta tedioso. Blanco, visiblemente con más recursos boxísticos, le pegó a Khomitsky, físicamente muy bien formado,  todo tipo de golpe permitido, pero el ucraniano recibió estoicamente aquel castigo. Extrañamente la decisión  fue mayoritaria (no unánime) a favor de Blanco (119-109, 119-109 y 112-117).

El chasco boxístico de la noche resultó la confrontación entre los pesos pesados, (por el campeonato internacional, término extraño porque cuantas naciones incluye o excluye el título) Alexander Ustinov (Rusia) y el estadounidense Maurice Harris.

Ustinov, en el primer asalto, arremetió contra Harris y lanzó un golpe que, según lo visto por lo que estábamos en el mesón para periodistas que nos correspondió, nunca llegó a la humanidad de Harris, quien se dejó caer y fue decretado perdedor por KOT a los 3 minutos del round inicial.

Otro espectáculo deplorable, lo presentó el guaireño Gusmyr Perdomo, de la división Crucero, quien se presentó con un Michelin abdominal para su combate contra el ruso Maxim Vlasov, que lo venció por decisión unánime en careo de seis asaltos.

Por el título Fedelatin Mosca de la AMB, se enfrentaron los invictos  Carlos Cañizalez, de Venezuela, y Robert Barrera de Colombia.

Cañizalez, pese a ser más de 20 centímetros más bajo de estatura que su contrincante, fue más consecuente en el ataque y se mereció la victoria, que disgustó sobremanera a Barrera, quien se fue al camerino sin compañía de sus entrenadores.

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