Economía

Addendum a la Réplica 1 al Econ. Manuel C. Martínez

En vista que todavía no hemos recibido respuesta a nuestra Réplica 1, parece haber tiempo para algunas reflexiones adicionales que faciliten la comprensión de los temas económicos marxistas, dudosos en nuestra mente, para mejor entender las propuestas del Socialismo XXI, nuestra tarea actual.

“NO EXISTE GANANCIA LICITA ALGUNA”

Sigue vigente nuestra confusión inicial de no entender la frase : (Cf. “No existe ganancia lítica alguna”):

Lo justifica el Econ. Martínez de la siguiente manera:

“Y, no puede llamarse transacción de compraventa, sino explotación del segundo por el primero, ya que sencillamente aquel obrero crea la riqueza por un valor superior al de su paga recibida por su patrono…”

De perogrullo, si somos coherentes, no hay ganancia lícita, sino toma de valor ventajosamente apropiado por un patrono que se limita a funciones de explotador…”

Y de la “Respuesta” quisiéramos complementar con las siguientes observaciones que refuerzan la duda existente:
TEMA 1 “LOS PATRONOS NO TRABAJAN”

“El patrono aporta capital suyo o de un tercero, y no trabaja para nada en la producción de esa mercancía. En cambio, los asalariados dan laboriosa cuenta de esta en todas sus fases…”

Esto parece tremenda injusticia. Que nosotros sepamos, en todas la areperas, panaderías, pequeñas y medianas empresas, y aún en grandes empresas constructoras y consultoras los accionistas son los principales ejecutivos de las empresas y se rajan el lomo tratando de llevar adelante sus empresas. Solamente en las grandes corporaciones por acciones se podría decir que los accionistas no son los administradores, y no en todos los casos. Aclarar este punto.

TEMA 2 – REPARTO DE LAS GANANCIAS
2.1 ¿Las amortizaciones a quién corresponden?

Dice el Econ. Martínez (“Respuesta…”) :

“Como el componente 1 [las amortizaciones] es cargado al precio de venta, este componente, este aporte transitoriamente «prestado», siempre tiende a permanecer en poder del patrono, y como este patrono no le reintegra completo al asalariado el valor de sus trabajo, el VALOR CREADO o AGREGADO a las materias primas involucradas, sino sólo una parte, el llamado salario, y como vende «su» mercancía al valor íntegro de los costes implicados, es lógico, de perogrullo, que termina quedándose, apropiándose, adueñándose ILÍCITAMENTE de una parte del valor ajeno, propiedad exclusiva del conjunto de obreros(ejecutivos y altos especialistas incluidos)…”

Este es un punto crucial en esta discusión. Para beneficio de los principiantes, hay varios aspectos a aclarar. Primero se reconocen las amortizaciones, que es una plata que en teoría no sale de caja (como depreciación), sino que corresponde al inversionista, de derecho. A menos que todo provenga de capital acreedor y corresponda a las cuotas de cancelación de un préstamo en cuyos caso no va a patronos ni trabajadores, sino al prestamista.

Pero suponiendo que todo es capital propietario, nos entra la duda que las amortizaciones podrían corresponder sólo a los trabajadores, que de otra manera sería una “ILEGALIDAD”.

Preguntamos: ¿en cuanto a qué Ley? – ¿la del Dios Marx? – ¿la del Código de Comercio? – ¿Cómo es eso que las amortizaciones “se prestan” a los trabajadores? – ¿gratis?
2.2 Las ganancias aparte de las amortizaciones

Esta parte tiene que ver también con el párrafo citado arriba. En el supuesto negado que las amortizaciones son de los trabajadores, lo que parece absurdo, siempre quedará, si los negocios van bien, un excedente o sobrante que tradicionalmente en el sistema capitalista se denomina las ganancias de la empresa, que habría que discutir de quien son, cómo se distribuyen.

Aquí el debate está abierto. La versión marxista, en el párrafo mencionado, lo asigna a los trabajadores. Del otro lado, capitalista, se sobrentiende que pertenece al inversionista.

Incidentalmente, el nivel de las “ganancias” depende mucho del nivel de los ingresos, que como cuestionamos en la Replica 1 está sujeto también a discusión. Van desde el precio capitalista del venta (valor del producto en el mercado, o valor de cambio), y otro valor marxista medio extraño, todavía por dilucidar, que va desde las horas de trabajo implicadas, a un determinado precio, hasta solo las horas del “trabajo necesario” (ver diccionarios de Economía Política) según las exigencias para vivir decentemente del trabajador. Habría que aclarar igualmente cómo se calcularía el “valor del trabajo” en cada caso creado por obreros y ejecutivos para conocer su exacta remuneración sin explotación.

Pero suponiendo que se pueden subsanar todas estas incógnitas, que esperamos ver reflejadas en la proxima respuesta del Econ Martínez, queda todavía por discutir el reparto de las “ganancias”.

Como se dijo hay dos posiciones extremas, interesadas quizás, frente a este dilema. Nuestro punto de vista es la justa remuneración de los factores. En el siglo XIX, y desde antes, había explotación de los patronos por los trabajadores. Luego surgieron las reivindicaciones laborales y la contratación colectiva, y hoy en día la situación ha mejorado notablemente, incluso al extremo de encontrarse explotación del inversionista por parte de los trabajadores (especialmente en las empresas públicas, con cogestión)..

Esperamos con estas argumentos adicionales dejar mejor explicadas nuestras dudas para recibir una razonable iluminación de la parte marxista de esta cordial discusión.

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