Años duros y años buenos

Los Estados Unidos se están preparando para afrontar una recesión, como
consecuencia del ciclo económico, después de más de 8 años de expansión (que coincidieron con el gobierno de Bill Clinton), y si excluimos la corta recesión del gobierno de George Bush, padre, tenemos que la principal economía del mundo crece desde Noviembre de 1982, durante la gestión de (%=Link(«http://www.whitehouse.gov/WH/glimpse/presidents/html/rr40.html»,»Ronald Reagan»)%).

Nada es eterno, y tampoco los años buenos ni los malos (un margariteño
mirando desde un bote le preguntó a otro: «Compai, ¿y cuántos años tendrá er mar?», y su amigo le respondió: «Debe tener 99 años». «¿Y por qué
dices que 99?». «Porque dicen que no hay mar que dure 100 años …»). Por eso,
la expansión bursátil no podía seguir indefinidamente, y tampoco el
crecimiento de las ventas en el sector computación e internet (la llamada
«nueva economía»).

Ya las bolsas de Nueva York tienen un tiempo que no suben (y más bien, han
bajado desde sus récords máximos), estando más afectada la (%=Link(«http://www.nasdaq.com/»,»NASDAQ»)%) que la
Bolsa de Nueva York ((%=Link(«http://www.dowjones.com»,»Dow Jones «)%), (%=Link(«http://www.spcomstock.com/»,»S&P»)%), etc.).

Podemos leer un artículo de la revista (%=Link(«http://www.fortune.com/»,»Fortune»)%) (disponible en internet en
la
dirección (%=Link(«http://www.cnnenespanol.com/2001/fortune/01/30/managing/)»,»Haga Click»)%))

firmado
por Ram Charan y Geoffrey Colvin, donde dan unos consejos para los
gerentes
que eran «exitosos» durante la bonanza.

Ciertamente, en los años de las vacas gordas, todos son buenos, desde la
gerencia familiar hasta la empresarial. En cambio, en los años de vacas
flacas, hasta muchos buenos gerentes la pasan mal.

Aquí en Venezuela, son muchas las personas mayores (que vivieron los años
dorados y fáciles de las décadas de 1960 y 1970) que le dicen a los de mi
generación: «Yo cuando tenía 24 años, sin tener título universitario, ya
tenía un buen apartamento, un buen carro, estaba casado y vacacionaba en
Miami. En cambio, esta juventud no sirve … «. Como ven, no era
necesario
ser un excelente profesional para ser exitoso, ni haber nacido en cuna de
oro.

Hoy día es difícil ser bueno. Para tener éxito (y eso no garantiza que ni
a
los 24 ni a los 30 años uno tenga todo lo que tenían los de la anterior
generación) actualmente, además de ser muy bueno, debe estar bien
conectado,
tener suerte, y un poco de pedigree tampoco cae mal.

En Estados Unidos, actualmente, la gran mayoría de la población vive bien
o
muy bien, incluyendo personas de pocas capacidad y habilidad mental.

Solamente «hay que estar en el lugar apropiado en el tiempo oportuno».

Uno
debe ser «muy malo» (disculpen que califique a los seres humanos de
«buenos»
y «malos») para vivir mal en la mayor economía del mundo, en la
actualidad.

Este grupo incluye, principalmente, familias de madres solteras y de poca
instrucción (por Dios, recordemos que muchas familias venezolanas entran
en
esta definición fatal, así que ya tenemos la explicación a la mayoría de
los
casos de pobreza).

De la misma forma, hay muchas empresas que seguramente no aguantarán el
menor impacto recesivo, y quebrarán. Algunos de los ejecutivos más
admirados podrán caer.

<h3En Venezuela</h3

Sin embargo, aquí en Venezuela estamos a las puertas de una breve
expansión
económica. Pero la expansión debe ser larga y fuerte para que casi todos
los "buenos" puedan ascender, y aún más fuerte para que hasta los "malos"
puedan empezar a vivir bien.

Recuerden que la actual expansión se explica por la parálisis que tuvo el
país hace aproximadamente un año debido a las lluvias, y que acentuaron la
recesión que venía viviendo. ¿Cómo podía haber movimientos económicos si
gran parte del país estaba bajo las aguas, incomunicadas, y hasta muchos
dejaron de asistir a sus trabajos o hay empresas que dejaron de existir?
Así que la naturaleza asume gran parte de la culpa por la pasada recesión
económica.

Gracias al aumento de los precios del petróleo, viviremos una expansión
económica. Ahora, les toca a ustedes, amigos lectores, aprovecharse en lo
personal de la expansión económica (porque ustedes deben poner de su
parte,
y no esperar por el gobierno o la lotería o la suerte o la mala fe). Por
supuesto, quédense pendientes de lo que pase con el precio del petróleo, y
esperemos que la expansión tenga un suficiente empuje para que se mantenga
un poco más

Economista E mail:(%=Link(«mailto:[email protected]»,»[email protected]»)%)