Economía

Cooperación o beneficiencia internacional

Es frecuente escuchar a algunos analistas, magnificar Petrocaribe como negocio y como expresión de la solidaridad bolivariana. Como negocio no es así; los volúmenes comprometidos por esta vía, podrían ser colocados si mayores esfuerzos en cualquier otro mercado en condiciones comerciales mas atractivas.

Petrocaribe además de articular las ventajas otorgadas en otros convenios ya existentes como el Acuerdo Energético de Caracas (AEC); propone una escala de financiamiento entre 5% y 50% de la factura petrolera; con un período de pago de 25 años, con intereses al 1%, si el precio del petróleo supera los 40 $/b. – Esta semana cerró en 126 $/b-; con un período de gracia de dos años. A corto plazo el pago del 60% de la factura se extiende a 90 días. Como se observa desde ningún punto de vista este esquema puede catalogarse como negocio un rentable para el país ni a corto ni a largo plazo.

Es oportuno recordar que fue el ex presidente Carlos Andrés Pérez quien dio inicio a los programas de cooperación energética y financiera con el Caribe y Centroamérica con las llamadas Facilidades Petroleras de Puerto Ordaz; las cuales con la incorporación de México, se transforman durante la presidencia de Luís Herrera Campins en el Acuerdo petrolero de San José. Este Acuerdo permitió a PDVSA vía el FIV financiar la participación del empresariado venezolano en el desarrollo de la infraestructura de los países beneficiarios en términos de ganar – ganar.

Indudablemente Petrocaribe junto con Petrosur, Petroandina y el (AEC) representan un alivio a los problemas que confrontan los países beneficiarios en su balanza de pagos, a causa del incremento de la factura petrolera. Sin embargo, ninguno de los anteriores esquemas representa una solución al problema de fondo; y menos cuando son utilizados no como instrumentos de cooperación, si no como un arma para condicionar la voluntad política de los signatarios.

Como expresión de la “solidaridad bolivariana” no hay que confundir cooperación con asistencia internacional. Es tan criminal intercambiar petróleo, un recurso no renovable y perecedero por habitaciones cinco estrellas en hoteles de lujo en Republica Dominicana; así como desventajoso cambiar petróleo por cooperación técnica en el caso de España.

La nueva petrodiplomacia nos ha convertido en una especie de fondo único beneficencia internacional, donde una serie de países sin pundonor, aprovechándose de la actual situación están expoliando al país.

Uno de los componentes fundamentales del ejercicio de la democracia (Carta Democrática art 4) es la probidad. Aquellos que hoy se están beneficiando grotescamente de esta rebatiña, deben tener presente que en algún momento esto terminara y deberán resarcir al país por tan indecoroso aprovechamiento.

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