Economía

De empresarios a héroes nacionales

Es tal el clima de hostilidad del gobierno contra el sector empresarial, sea éste pequeño, mediano o grande, que emprender un negocio en Venezuela es una tarea titánica que traspasa el interés meramente comercial. Con una política más amigable hacia los hombres y mujeres de empresa, Venezuela estuviera presenciando actualmente un auge sin precedentes en la creación de riqueza y la generación de empleos.

Los pioneros

Cuando concluyó la Segunda Guerra Mundial en 1945 y Venezuela se enrumbó con paso firme a la conquista de la modernización, se pudo resolver el problema del abastecimiento de maquinarias y equipos provenientes de los Estados Unidos, cortado transitoriamente por el temor que infundían en el océano Atlántico los submarinos nazis. Los países europeos estaban convalecientes de la guerra y comenzaba la reconstrucción, gracias al Plan Marshall, lanzado por el gobierno de los Estados Unidos. Entre los bienes importados que comenzaron a arribar a Venezuela vino uno fundamental para la consolidación de una industria: las cavas de refrigeración que permitieron enfriar cerveza en forma masiva y con ello popularizar su consumo. Pronto este producto dejaría atrás al ron y el aguardiente. Ello, a su vez, fue posible por el proceso de urbanización financiado por el ingreso petrolero el cual hizo posible, por una parte, incorporar a vastos sectores campesinos a la clase obrera en ascenso y consiguientemente al mercado, y por la otra, la conformación de una cada vez más amplia clase media, con poder de compra. La conjunción de esos dos elementos permitió que la antigua factoría de jabones de lavar ropa, La Torre y Las Llaves, diera el salto definitivo y se transformaran en Empresas Polar, lideradas por la ingesta del producto de la cebada.

En la medida en que las calderas seguían destilando cerveza, a finales de los años cincuenta, las mujeres de Venezuela se libraron de yugo del molino artesanal, una vez sancochado el maíz. Se acabaron las labores madrugadoras para tener listas las arepas temprano en la mañana. Había nacido de la mano de Polar, la harina de maíz precocida, para alivio y confort de consumidores ansiosos de ganar tiempo y degustar de un producto de calidad.

De ahí en adelante, guiados por el genio de Lorenzo Mendoza Fleury, una generación tras otra, ha llevado a ese conglomerado industrial a ser una de los símbolos de la Venezuela moderna, que trabaja y lucha por un país mejor. De una actividad del sector alimentos pasaron a otra distinta, ofreciendo en cada ocasión un bien nuevo y mejor al anterior. En su éxito reside el espíritu empresarial que motorizaba el progreso, según lo estableció Joseph Alois Schumpeter.

Es en la generalización de experiencias como la descrita donde estriba uno de los requisitos para que un país surja y progrese. En el riesgo que se asume reside la posibilidad de transformar un negocio pequeño en otro de mayores dimensiones y de allí avanzar en una senda de expansión sostenida, orientado por la inversión y la innovación. Con la inversión se acrecienta el empleo, con el empleo aumenta la demanda y con ésta el producto generado, todo lo cual expande la fuerza de trabajo ocupada hasta articular un círculo virtuoso de progreso y bienestar. Los verdaderos hombres de empresa se forman en esa lógica, del riesgo y la incertidumbre, templados en la esperanza del rédito que producirá el esfuerzo realizado. Este circuito de acumulación puede ser potenciado u obstaculizado por el Estado. Durante un lapso el Estado venezolano facilitó la actividad empresarial y con ello el crecimiento y la generación de empleos, de un tiempo para acá la ha hostilizado hasta pretender hacerla desaparecer, para lo cual se está sirviendo de empresarios de papel, cobijados bajo el paraguas del Estado, que sin escrúpulos transan y contratan a la sombra de un presupuesto nacional generoso para ellos.

¿Sucumbirá el sector privado en Venezuela?

La política económica del presidente Chávez ha tomado un claro sesgo contra el sector privado, sea éste pequeño, mediano o grande. ¿Porqué también contra los pequeños y medianos empresarios? La respuesta, que sigue el presidente Chávez, la dio el jefe de la revolución bolchevique, Vladimir Illich Ulianov, Lenin, cuando dijo: “Pues, por desgracia, ha quedado todavía en el mundo mucha pequeña producción y la pequeña producción engendra capitalismo y burguesía constantemente (…)”.(V.I. Lenin: La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo. Obras escogidas tomo III, 1920). Con todo y la animosidad de la política económica del Estado, lo que ocurre en Venezuela con el sector privado de la economía llama poderosamente la atención. El gobierno ha hecho todo lo posible por liquidar la economía privada y no ha podido lograrlo. Primero fue el régimen de anclaje cambiario que facilitaba las importaciones y castigaba las exportaciones y que comenzó a convertir nuevamente a Venezuela en una economía de puertos. Siguieron las leyes habilitantes con sus efectos restrictivos sobre la actividad económica. Posteriormente llegó la instauración de un sistema de capitalismo de estado a través de la ampliación sin precedentes del rol del gobierno en la economía y la competencia desleal y alevosa contra establecimientos comerciales que han tenido que lidiar en condiciones harto difíciles. A lo anterior se adicionó la instauración de sendos controles gemelos, de cambio y de precios, con todo lo que ello implica para la producción. Ahora está, abiertamente, la declaratoria cubanofílica del gobierno a favor del socialismo del siglo XIX (léase bien, del siglo XIX no del siglo XXI) y las argumentaciones contra la creación de riqueza, la alegoría a la pobreza, la cogestión forzada de empresas productivas y la toma y ocupación violenta de fincas, haciendas y fábricas. En este contexto ha disminuido la inversión, el gasto reproductivo tenía que retraerse, pero proporcionalmente el sector privado ahora produce más que hace siete años, según se desprende del cuadro anexo. Ciertamente, algunas ramas, como la industrial registran contracciones, pero en forma agregada, con menos inversión el sector privado genera más bienes y servicios.

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La interrogante que brota de estas cifras es la siguiente: ¿Qué hubiese ocurrido en Venezuela entre 1999 y 2005 con los niveles de precios petroleros y los elevados ingresos por exportaciones, si el gobierno en lugar de una actitud hostil hacia el sector privado mantuviera una posición proclive al diálogo y al entendimiento? Con toda seguridad las cifras de desempleo y de trabajadores de la economía informal fuesen sustancialmente inferiores a los actuales. Fuesen igualmente menores los indicadores de pobreza extrema y del hambre que padecen los venezolanos.

Lo anteriormente expuesto sugiere que el sector privado de Venezuela es más fuerte de lo que se creía y que ha resistido los embates de un gobierno que ha buscado su liquidación de diversas maneras, pero no lo ha conseguido. Para que no lo logre, pequeños, medianos y grandes no pueden abandonar el barco en medio de la tempestad que los azota.

¿Se acabará pronto el petróleo?

Ante la insistencia de algunos analistas según la cual se está acercando el final de los combustibles fósiles, entre ellos el petróleo, tanto el ministro de Petróleo de Arabia Saudita como el presidente de la Exxon Mobil, plantearon en el Congreso Petrolero Mundial, realizado recientemente en Johannesburgo, Sur África, que no hay motivos para alarmarse ya que todavía hay abundantes reservas de hidrocarburos. Efectivamente, en los últimos años se ha popularizado la tesis que abona a favor de una declinación inexorable de la cantidad de petróleo existente en la tierra, la cual se ha estimado en 2,7 trillones de barriles, de los cuales se calcula que se ha extraído hasta ahora más de la mitad. Ante una incorporación de reservas petroleras cada vez más limitada, hay razones para preocuparse en virtud de una demanda que no para de crecer. Según Ali al-Naimi, Arabia Saudita incorporará más de 220 billones de barriles a sus actuales reservas de 264 billones de barriles. Por su parte, Rex Tillerson, de Exxon Mobil, anunció que el mundo alberga más de 3 trillones de barriles de petróleo convencional, arenas petrolíferas y otras fuentes. Sea lo que sea, es inevitable que la humanidad se encamine a la búsqueda de fuentes alternas de energía debido a los efectos nocivos que ocasiona el consumo del petróleo.

Perspectivas de la economía mundial

El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de dar a conocer sus proyecciones sobre el comportamiento de la economía para el resto de 2005 y 2006. Según el FMI, el efecto de Katrina sobre el PIB de los Estados Unidos se estima en 0,5 puntos porcentuales. En lugar de crecer 4,0% en 2005, el PIB de los Estados Unidos aumentará 3,5%. Para 2006 se estima un incremento de 3,3%. Europa continúa postrada, de acuerdo con el estudio del FMI. De una estimación de crecimiento de 2,0% Europa culminará 2005 con apenas 1,2% y se calcula que en 2006 se recupere ligeramente hasta 1,8%. Japón presenta cifras más halagadoras. Pareciera que la recesión japonesa quedó en el pasado como resultado del aumento tanto del consumo como de la inversión privada. Para 2006, el PIB de Japón aumentará en 2,0%. China prosigue su expansión con tasas de crecimiento de 9,0% para 2005 y 8,2% durante 2006. En lo relativo a América Latina, el FMI anticipa que en 2006 el crecimiento de las economías se desacelerará con relación a 2005. La estrella de América Latina continúa siendo Chile, que avanza hacia una posición económica similar a la de algunos países de Europa. Chile ha mantenido un crecimiento económico continúo durante más veinte años. Uno de los principales riegos para el crecimiento económico mundial lo constituye el aumento de los precios del petróleo, con su consiguiente incidencia sobre la inflación y la tendencia alcista de las tasas de interés.

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