El gobierno esclaviza a madres trabajadoras de las misiones

Robarle al gobierno las banderas de las luchas sindicales, encauzar las protestas populares y convertir a la oposición en la voz de los excluidos dentro de la Asamblea Nacional, constituye el espíritu que anima el accionar político de Alfredo Ramos. Diputado por Lara, dirigente sindical en la vieja CANTV, parlamentario de combate en la época dorada de La Causa R que era potencia legislativa y real alternativa de poder, está claro que Ramos avizora el vacío que el chavismo y su siempre prometida, pero nunca cumplida redención de los pobres, está dejando entre las grades mayorías y se propone llenarlo con propuestas audaces y difíciles de negar por parte del chavismo.

-¿No han convertido las interpelaciones ministeriales en un show del cual el gobierno saca provecho, como ocurrió con tu intervención, saboteada y abortada por la función boxística?

-Nos estamos enfrentando a todo un aparataje propagandístico del Estado, propio de gobiernos autoritarios. En el salón de sesiones se instalaron ocho cámaras de las televisoras oficiales. Además, dentro del hemiciclo se pasean los periodistas más agresivos del canal 8, buscando datos e imágenes para descalificar y mal poner a los diputados de los factores democráticos. Incluso, el día de la última sesión Aristóbulo (Istúriz) ordenaba a los camarógrafos las tomas que debían hacer y a quien enfocar.

-¿Una puesta en escena deliberada?

-Se trata de un escenario montado para favorecer al Gobierno y vender unos falsos logros , cuando la realidad les explota en la cara a quienes los pregonan.

-¿No está imponiendo el Gobierno las formas sobre los contenidos’

-Cuando hay debates de contenido, se desnudan las cifras y se les desenmascara, acuden a ese expediente.Han intentado vender la firma del contrato colectivo con la Coca Cola, pero se trata de una empresa privada y la mayor parte de los contratos que se están suscribiendo provienen de ese sector. Así, de los casi 600 contratos colectivos del sector público pendientes, cuando mucho pueden haberse firmado unos diez.

-El Gobierno es el gran patrono en Venezuela.

-Y tiene sus vasallos en la Asamblea Nacional. Ahí está el dirigente sindical del Metro, Francisco Torrealba, personaje rechazado por la masa laboral porque se prestó a la maniobra de echar para atrás el contrato del Metro de Caracas luego de haberse firmado y homologado ante el Ministerio del Trabajo. Eso ocurrió después de que Chávez amenazara al presidente del Sindicato con enviarle un pelotón del Ejército si se atrevía a defender la convención colectiva. Algo nunca visto en la historia sindical del pa. Pero las irregularidades se extienden al Ministerio de Educación y a Corpoelec, donde no se está cumpliendo el contrato colectivo ya suscrito.

-¿Cuál es la situación ende los trabajadores al servicio de las misiones?

-Allí los trabajadores no tienen ningún tipo de seguridad social. Es más, hay una relación de esclavitud, unas relaciones laborales de esclavitud en el caso de las madres procesadoras de alimentos, dentro del PAE, (Programa de Alimentación Escolar), quienes se levantan a las tres de la mañana, trabajan hasta las tres de la tarde haciéndole la comida a los muchachos, cobran 20 bolívares diarios, si se enferman no cobran y cuando cobran reciben el salario con retraso. Es una relación de sobreexplotación.

-¿No se trata de un caso aislado?

-No. Este es un gobierno antiobrero. Las «madres integrales», quienes pertenecen a la Misión Simoncito, reclaman que no se les reconoce una serie de beneficios, no obstante que se les ha prometido que las van a transferir al Ministerio de Educación. Ahí están las protestas obreras, criminalizadas. Más del 80% de las manifestaciones que se realizan en el país son de carácter laboral por temas como el pago de prestaciones. Mientras, el gobierno, que ha recibido 990 mil millones de dólares, se niega a reconocer los derechos de trabajadores que se mueren esperando el pago de sus prestaciones. A estas alturas los pasivos laborales en la administración pública alcanza a los 15 mil millones de dólares.

-¿Es una cantidad que luce impagable?

-No se ha subsanado ese pago y eso era parte de lo que yo pretendía denunciar en la Asamblea Nacional. También me iba a referir a los 150 trabajadores con regímenes de presentación ante tribunales y la situación de un dirigente sindical de Ferrominera, Rubén González, quien apoyaba al oficialismo y está detenido desde hace un año por defender los derechos socio-económicos de la contratación colectiva, pese a un dictamen de la Organización Internacional del Trabajo ordenando su libertad.

-También intentaste referirte a la retroactividad de las prestaciones sociales.

-Sí, eso fue en el momento en que me estaba dirigiendo a Aristóbulo y me cortaron el audio. Quería decir que en el año 97, cuando éramos 49 parlamentarios de la Causa R, fue ésta la única organización que se opuso a la reforma laboral, en cuanto a la retroactividad de las prestaciones. Y Aristóbulo lo sabe muy bien. Por eso quería desenmascararlo y decirle que ellos, con doce años de gobierno y mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, no han reformado la Ley del Trabajo en materia de prestaciones, a pesar de que es mandato constitucional y resolución del TSJ, que instaba al Poder Legislativo actuar en esa dirección. Entonces mi propuesta era, ¿por qué no reformar ya la Ley del Trabajo y devolverle a los trabajadores la retroactividad de las prestaciones sociales?

-Porque la deuda alcanza, como dices, a los 15 mil millones de dólares.

-Es así y por eso no lo van a hacer, pero hay que denunciarlos por demagogos y mentirosos. En 1998 Chávez prometió a los trabajadores que les reintegraría la retroactividad y no lo ha hecho. Los engañó.

-Sin embargo el canciller Nicolás Maduro, quien le arrebató la batuta a Fernando Soto Rojas….

-Hizo el papel de presidente de la Asamblea. No se qué le pasó a Soto Rojas.

-Maduro manejó unas cifras según las cuales la pobreza disminuyó dramáticamente y citó otros indicadores sociales que hablan muy bien de la obra de Gobierno en ese aspecto.

-No voy a negar que hay avances, producto del altísimo precio del petróleo. En el tema de las pensiones se ha acortado el tiempo para el otorgamiento y en las misiones han llegado a sectores populares excluidos durante muchos años. Pero de ahí a decirnos que vivimos en un estado de bienestar social hay una gran diferencia. Cuando los ministros se refieren al país de las maravillas se ve que tienen años sin visitar los barrios populares. Aquí, en Lara, la gente vive en la mayor pobreza, carente de cloacas, agua potable, servicios básicos. Y ya sabemos que Chávez le ordenó al presidente del Instituto Nacional de Estadísticas que cambiara los patrones para la medición de la pobreza y el desempleo. Luego de que lo hicieron, empezamos a ver, en cuestión de días, unas estadísticas de asombroso progreso social.

-¿Miente el gobierno?

-Maquilla las cifras.

-Esas son las cifras de la ONU.

-Porque se las entregan ellos (el Gobierno). Los regímenes autoritarios son muy hábiles en presentar cifras que no se corresponden con la realidad.

-El problema es que parecen estar logrando convencer a buena parte de la gente de que su pintura de la realidad es la verdadera.

-Este Gobierno nada en dólares y eso le ha permitido llegar a los sectores más vulnerables. Pero con el tiempo se ha venido ruralizando. El 26 de septiembre perdió espacios electorales importantes en los municipios más poblados. Su influencia se reduce a campos, caseríos, pueblos y estados donde la gente depende de puestos de trabajo bajo control de gobernaciones y alcaldías.

-No es poca cosa.

-Pero a medida que las gente ha sufrido la ineficiencia, la incapacidad y el mal manejo de los recursos, le ha ido retirando el apoyo y perdiendo la confianza. Por eso insisto en la seguridad social y de los trabajadores. Hasta no hace mucho el liderazgo de Chávez entre los trabajadores era firme. Pero eso se ha venido a menos y los conflictos continúan desarrollándose en la calle. Lo que tememos que hacer nosotros es ponernos al lado de la lucha de los trabajadores.