Economía

“El Petróleo en Venezuela” de Simón Alberto Consalvi

Ocurrió que el general Guzmán Blanco (hoy en el Panteón Nacional) hizo el 15 de setiembre de 1883 una detestable operación al otorgarle al norteamericano Horatio R. Hamilton una concesión para explotar los recursos naturales (especialmente asfalto) en el entonces muy vasto estado Bermúdez…

– Gil Fortoul le escribió al General Gómez (1928): «De acuerdo con mis cálculos, el gobierno recibirá muchos millones más de los que recibe ahora; si logramos un aceptable y ventajoso acuerdo tanto para el gobierno como para los capitalistas comprometidos en el negocio, quedará un amplio margen que será distribuído entre quienes usted indique»…

– «Entremos ahora a la gran estafa, nombre que le di a lo que con evidente engaño hicieron los hombres del oro negro que pagaban el 10 por ciento…» (Memorias de Gumersindo Torres, ex-ministro deL general Gómez)…

– La Ley de Hidrocarburos de 1943 (General Medina) fue redactada por abogados norteamericanos de la firma Curtis y Hoover (seleccionada por la Shell, no por el Gobierno) mientras se hacía creer que la obra era de venezolanos…Antes de cerrar el periodo de otorgamiento de nuevas concesiones … el Gobierno entregó a las compañías seis millones y medio de hectáreas, una superficie mayor que la que las compañías habían logrado hasta ese momento, desde los años que siguieron a 1910, cuando Gómez inició la danza de las concesiones. Esta fue una decisión de grandes repercusiones en la política venezolana que dio lugar a polémicas que el tiempo no ha conjurado…

– El régimen militar de los coroneles (Pérez Jiménez) otorgó inmensas áreas (concesiones), y como en los tiempos de Juan Vicente Gómez, las compañías volvieron a ser un factor político de primera magnitud…

Estas y otras perlas las va desgranando Consalvi en su breve e incisivo librito recientemente publicado por la Fundación Bigott (2004, 126 pp.) dentro de la Colección “En Venezuela”, que dirige Antonio López Ortega, una excelente idea por cierto para la divulgación accesible de importantes trabajos sobre los hechos que han venido conformando la venezolanidad.

Consalvi muestra en este apretado texto abigarrado de nombres, fechas y cifras toda la documentación pertinente para entender el saqueo de la riqueza petrolera venezolana en manos de los generales y las multinacionales. Una lectura obligada para todos.

El autor representa bien la tarea del historiador en su responsabilidad de iluminar el camino de los actuales jóvenes divulgando los acontecimientos claves que han configurado las estructuras institucionales de la nación, y sobre las experiencias sufridas, para incorporarlas como elementos de juicio en el diseño de los nuevos proyectos – útiles para el logro del bienestar común en el futuro que se avecina.

Resulta muy claro en este relato crucial, por la selección acertada de los temas fundamentales de la historia petrolera, cómo la explotación de las materias primas de los países atrasados en el XIX y XX por parte de los propietarios del capital y la tecnología se fue desarrollando en beneficio de unos cuantos, principalmente los inversionistas extranjeros y las dictaduras militares que controlaron los países en esos tiempos. “Se dan la mano las apetencias internacionales con las necesidades criollas”..

Loor a Bolívar

El punto fundamental del derecho español es mantenido por Bolívar: “Las minas son de mi Real Corona” que atribuía al Estado los recursos del subsuelo, pero al final resultó –por la calaña de los gobernantes—en el propio beneficio personal de los caudillos — en desmedro de las necesidades de las mayorías nacionales. Es la etapa “colonialista” inicial.

El libro empieza muy acertadamente citando a Arcila Farías: que los siglos XVIII, XIX y XX de la historia de Venezuela son los siglos del cacao, del café y del petróleo, en cuanto la política viene determinada por los avatares de la explotación de los productos de exportación, o sea del funcionamiento de la economía nacional; lapsos estos dominados por los “grandes cacaos”, los generales y caudillos, y las empresas extranjeras respectivamente.

Avatares de Mr Hamilton

A pesar que SAC dice que “intenta un esquemático viaje, referido por un lego” resulta que aporta una serie de datos muy poco conocidos, incluso para los especialistas, como los relativos a las relaciones con Estados Unidos a finales del XIX descritos por Grenville y Berkeley para un tratado comercial con el general Crespo, y las consecuencias de la “Gran Depresión” americana de 1893.

Las “guerras por el asfalto” son muy bien descritas (Cf. Nikita Harwich Vallenilla), casi al nivel de “pequeña historia”, incluyendo las galletitas del Sr Hamilton cortejando a la señorita Mercedes Smith.

Al final obtuvo títulos relacionados con minas y tierras públicas (p. 30) concedidas a la Compañía “por un período de noventinueve años con la propiedad exclusiva del depósito de asfalto (Guanoco) y la propiedad gratuita y absoluta de un lote de terreno de mas de 3.000 hectáreas que incluye y rodea dicho deposito…”

Las obligaciones de Hamilton eran de unos 2 Bs/ton de asfalto exportado y 0,05 Bs/ton de otros productos. Per contra disfrutaba de la exención de los derechos de importación y el libre uso de madera para las calderas de sus vapores(1) .

Pero estas fueron peleas, destaca Consalvi, entre los perros del asfalto, donde “los venezolanos jugaban el papel de terceros en discordia»”(p. 33). Mientras tanto “el contrato inicial muy bajos e insignificantes impuestos” (p. 40), que es la cuestión del nivel de la participación del Estado Venezolano en el negocio, materia que consideramos el criterio fundamental para el análisis del proceso histórico bajo descripción, como veremos luego: “la tesis de la justa participación fue mantenida por Egaña” (p. 76).

Después viene el general Castro y la disputa por la hegemonía en el Caribe entre Estados Unidos y Gran Bretaña, y la diplomacia de las cañoneras. El autor habiendo tratado en detalle la disputa por el asfalto y la New York & Bermúdez Co., añade: “así se conecta el tiempo de Guzmán Blanco con el de Cipriano Castro” (p.39).

Con el auxilio de materiales nuevos (para nosotros, un microfilm de Ann Arbor de Charles Carreras de 1971).se habla del pánico y la depresión norteamericana de 1893 y su efecto sobre la actitud de su gobierno hacia América Latina, citado arriba.

La relación sobre el episodio de la revolución de Matos está muy bien documentada, otra vez con trabajos poco conocidos por nosotros (Thurber, Bowen, &&.), terminando con la lista de las concesiones petroleras de Castro: “Veamos el récord de don Cipriano…” – todas no tenían otro propósito que el de ser negociadas con inversionistas extranjeros…

Juan Vicente Gómez

“Castro se va para Europa y el asunto de la New & Bermúdez Co. queda sin resolverse” (p. 35).

Naturalmente la época de Gómez fue el lapso fundamental de la historia, porque con las revoluciones de Rusia y México (1917) las multinacionales petroleras se volcaron hacia Venezuela, y la explosión del pozo Los Barrosos 2 en 1922 anunció al mundo el enorme potencial de los campos venezolanos.

Gómez explotó bien la rivalidad entre norteamericanos e ingleses y por su parte intervino directamente en los negocios por intermedio de su propia empresa, la Compañía Venezolana de Petróleo. “Tanto poder y dinero lo mantuvieron en perfecta sociedad…. eso le bastaba para comprar todos los rebaños, apoderarse de todas las tierras, gratificar a los amigos , y complacer a los aliados (p. 53).

Hay un párrafo muy importante en este aparte (v. P. 54):

Petróleo, latifundismo y capital extranjero confieren entonces a Venezuela características económicas particulares que deforman su desarrollo y contribuyen a su atraso, pues la industria extractiva de la gran riqueza petrolera funciona como un enclave ajeno a todo el resto del país .. (lo que economistas llaman el dualismo, a.m.a.)…

El capital extranjero actúa con objetivos políticos muy claros. Garantizar la estabilidad del régimen…

Se destacan particularmente los esfuerzos nacionalistas de Gumersindo Torres y luego de Nestor Luis Pérez. Resaltamos las investigaciones, poco conocidas pensamos, de Brian S. McBeth sobre la época de Torres y el enriquecimiento de los amigos de Gómez y la “vorágine de concesiones” (p. 71 ss.).

Dos personajes de la dinastía reinante se aficionan desde los primeros tiempos (1916) al petróleo: José Vicente Gómez, el hijo, y don Juan Crisóstomo, el hermano… Cuando el vicepresidente de la Republica, don Juancho Gómez, fue brutalmente asesinado en el Palacio de Miraflores (mientras dormía, el 30 de junio de 1923), no pocos rumores vincularon el crimen con las rivalidades petroleras.

Hay que destacar en este lapso una “feliz coincidencia” (¿). Y es que justamente en el momento en que arranca el alza de la producción (1917-27) entra el primer período de racionalización de la gestión gubernamental de control sobre la producción petrolera con el ministro Torres, que asienta en sus Memorias (p.59) : “yo me dediqué con devoción de universitario a estudiar la cuestión petróleo y las leyes americanas, rusas, mejicanas…”

1936, los tiempos cambian para todos

En 1941, el general Medina tomó posesión de la presidencia de la República bajo el signo de la guerra mundial. Una noche de febrero de 1942 siete tanqueros, entre ellos el venezolano Monagas, mientras hacían la travesía hasta las refinerías de Aruba y Curazao, fueron torpedeados por submarinos alemanes, y bombardeadas las refinerías.

Después viene la revolución de octubre de 1945 y la reforma de las relaciones del Estado con las compañías petroleras y la política de “no más concesiones”. “Rómulo Betancourt estuvo entre los primeros políticos venezolanos que comprendieron la significación del petróleo en la economía y en la historia” – de hecho, “Venezuela, Política y Petróleo” (más Petroleum in Venezuela de Lieuwen) son los grandes clásicos venezolanos sobre petróleo.

Sobre el voto salvado de Pérez Alfonso a la ley del 43 cita directamente (Cf., El desastre): “… estaba fundado exclusivamente en el análisis de la ley tal cual había sido presentada, por entonces no sabia yo como se había desarrollado la estrategia…esto lo conocí después del 45, cuando encontramos en Miraflores los correspondientes elementos e informativos, y supimos de la participación decisiva en la preparación de la ley de una firma muy conocida internacionalmente…que vino contratada por un abogado petrolero, como consta en el original … encontrado en el escritorio de Medina en Miraflores…” (p. 82).

1945 y OPEP

El relato sobre la OPEP está muy bien configurado. Se describen en detalle los pormenores de la ley del 43, el alza de impuestos con Gallegos, Sanabria, el 50-50. Notemos que Consalvi identifica bien el concepto fundamental de “participación de la riqueza petrolera”. Esta cuestión la consideramos, como expresamos antes, fundamental, porque se trata del acceso al valor agregado del negocio petrolero en su integridad, desde aguas arriba hasta aguas abajo (incluyendo los impuestos de los gobiernos en los países industrializados consumidores). Y <esta es la variable clave al hablar de dominación o explotación sobre los dueños de los recursos de materias primas energéticas u otras.

Aunque las multinacionales manejaban a su antojo los precios de transferencia entre filiales, que afectaban obviamente los ingresos de los países productores, con las alzas estructurales de los impuestos la situación empezó a racionalizarse la estructura de la participación, que es el gran éxito de la organización de los países exportadores.

Aquí SAC introduce una curiosa acotación: (pp. 107-108)

Para ilustrar los laberintos del petróleo, y para uso y beneficio de los émulos del mago Copperfield que quieren escribir la historia de la OPEP según sus intereses políticos, borrando nombres y falsificando u ocultando datos, copio al pie de la letra estas notas de Juan Pablo Pérez Alfonzo, escritas en su libro Hundiéndonos en el Excremento del Diablo (1976)…”
(al que le caiga la chupa!!))

El pentágono petrolero

Con la restauración de la democracia en 1959 se retoman las políticas nacionalistas de 1945-48. Pérez Alfonso volvió a plantear el tema de la participación (Charla en la UCV, junio de 1965):

Antes nunca se había pensado que la participación pudiera medirse y evaluarse para considerar si era o no razonable, si era o no justa, confrontándola con la situación de la otra parte, los concesionarios o empresas…”

“Se perdió tiempo, tiempo precioso, confesó para establecer los sistemas de información y determinar las cuentas de las compañías… Desde el comienzo, la principal dificultad consistió en la imposibilidad inmediata de obtener la información adecuada…” (never show your books, recomendaba el viejo Rothchild!!)

Se inicia la modernización de los aspectos regulatorios por parte del gobierno con Gumersindo Torres y Néstor Luis Pérez, hasta llegar a Betancourt y Pérez Alfonso en 1945. La repartición del valor agregado del negocio que al comienzo sería del orden de

Hay un retroceso con Pérez Jiménez y la nacionalización en la repartición del valor agregado (en los aspectos de precios) llega con la OPEP, no solo en Venezuela sino en los demás países productores en desarrollo. Luego se llega a partir de 1973 a la estructuración del sistema de precios en función de la disposición a pagar de los consumidores.

La nacionalización en un mundo en crisis

El libro termina con la nacionalización. “El 1 de enero de 1976 terminó una larga y compleja historia que arrancó en 1883 con la concesión de Guzmán Blanco a Horatio R Hamilton y de las otorgadas por Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, Isaías Mediana Angarita y Marcos Pérez Jimenez. Fue, sin duda, una decisión histórica de implicaciones económicas, sociales y políticas de muy vasto alcance…”

Es una lástima que Consalvi termine aquí. Después vino la apropiación del valor agregado no tanto por el gobierno nacional sino por los gobiernos en los países consumidores y la “meritocracia de la Industria nacionalizada” -. Pero este es otro cuento, junto con una serie de proyectos no bien concluidos: la licuefacción del gas, las inversiones en Citgo, el programa de la orimulsión, la expansión de la capacidad de producción y refinación, todos asociados a la repartición del valor agregado del negocio entre los distintos actores.

Esperamos que el maestro Consalvi continúe iluminándonos con acuciosidad en su descripción de la historia petrolera, Venezuela siglo XXI… Así como SAC hizo loas del Libertador, nosotros felicitamos a Consalvi por su excelente e inteligente investigación, y recomendamos su lectura y análisis por parte de estudiantes y estudiosos…

Coda: Nuestro Comentario de Ingeniera Económica

Este comentario ha sido una rápida revisión del texto, leído en una corta sentada. El material esta lleno de pequeños y numerosos detalles que el lector tendrá que examinar con calma en vista de la abundancia de la información presentada.

La ocasión es oportuna para un comentario sobre la historia petrolera venezolana. Esta, como todas las historias, se puede básicamente explicar como la lucha entre distintos grupos de intereses por apropiarse de la riqueza disponible en la región, empresa, agrupación social o grupo familiar, es lo que hemos llamado la “teoría de la dominación”, o de la explotación .

Notemos que se pueden apreciar algunas etapas en la evolución de las estructuras institucionales del país, en cuanto a petróleo, desde un comienzo donde no existía nada, digamos a partir de la época de Guzmán . Es la época del colonialismo en el otorgamiento de las primeras concesiones. Luego vendría la lucha por las apropiaciones entre los “perros del petróleo”, lo que condujo a las primeras corrupciones de Castro y Gómez, hasta la “consolidación” de las posiciones entre las multinacionales extranjeras.

Los hitos petroleros de Consalvi serian: Hamilton / El trust hace la guerra / Juan Vicente Gómez / 1936 los tiempos cambian para todos / 1945 / la dictadura de Pérez Jiménez / el pentágono petrolero / la OPEP/ la nacionalización en un mundo en crisis (1976).

Por nuestra parte en nuestra investigación doctoral de 1973 habíamos propuesto (Bases…, p. 196) : Periodo colonialista: implantación 1914-1922; Explotación comercial (1922-1943) / el despertar (1943-48) / el colonialismo redivivo (1948-58) / el camino hacia la independencia (1958-1973) — que coinciden a grandes rasgos. Tendríamos por nuestra parte que añadir el lapso del “debate asfaltero”, mientras que el “debate anglo-americano” queda cubierto por el período que llamamos de la “implantación”.

Sin embargo lo importante, es diferenciar los distintos lapsos en términos del análisis económico, esto es, en términos de la participación de los distintos actores en el negocio petrolero, que es la medida del grado de explotación de unos sobre otros.

Digamos que en la época de Guzmán los principales grupos de intereses serían,

• Los inversionistas extranjeros

• El general o caudillo (presidente de la República);

• El Estado

• Intereses particulares nacionales locales menores.

• Los gobiernos de los inversionistas internacionales (incluyendo impuestos al consumo de la materia prima explotada).

Pero básicamente el reparto era entre los tres primeros (fig. 1). El asalto mayor de Guzmán fue en materia de ferrocarriles, mientras que Gómez fue el campeón entre los militares asaltantes de todos los tiempos.

Es difícil calcular cuantitativamente el nivel de participación fiscal aunque en nuestra investigación citada (Cuadro 29, p. 202) listamos los ingresos fiscales (en % del precio del petróleo) del orden del 3% (tres) en el lapso 1924-1937. Mientras tanto según McBeth (p. 73) Gómez obtuvo enormes beneficios a través de la CVP, como de la transferencia de concesiones, entre parientes y amigos. Mientras tanto, “No hay caso mas claro de fraude abierto y desvergonzado como la disposición que Gómez hizo de las reservas petroleras nacionales…” (Lieuwen; 1954, 34). Mientras tanto, (Tugendhat; 1969, 102) “Aun para el nivel latinoamericano de la época, Gómez llegó a extremos increíbles de corrupción”.

Habría que calcular la “participación” del general Gómez año por año, en el ingreso petrolero, cifras algunas secretas, que no estamos en capacidad de evaluar. ¿Cuánto sería la tajada del dictador en el valor agregado del negocio, 20, 40%? – qui sais?

Los militares y el saqueo cíclico

La lección de esta historia es que el saqueo cíclico por parte de los caudillos militares (generales Guzmán, Crespo, Castro, Gómez, Medina, Pérez Jiménez) en el lapso de la historia petrolera descrita (1898-1973) parece ser la única constante en la explicación de los acontecimientos.

Sin embargo se constata un ascenso en el nivel de participación del ingreso fiscal en los últimos tiempos, especialmente por causa de algunos esclarecidos civiles (ver Fig. 1) .

Esto obliga ahora a los gobiernos a maximizar sus ingresos, pero, en vista que la fijación de los precios del petróleo está fuera de su alcance, no queda sino maximizar los niveles de producción, lo cual resulta limitado por el sistema de cuotas de la organización.

Lo mejor de este recuento histórico es la identificación crucial, en todas las etapas, del factor de la “participación nacional” empezando por Torres, Egaña, Pérez Alfonzo, Pèrez Guerrero, Betancourt y los otros próceres petroleros como el elemento indiscutible para guiar los procesos de transformación institucional requeridos para la mejor y mayor utilización de los recursos nacionales a favor del desarrollo económico y social del país.

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Notas

(1) La palabra “regalía” no se aplicaba en la época, aparentemente. La advertimos solo en las concesiones a Rafael Max Valladares, años más tarde, cuando se habla de “5% de la producción bruta” (véase nuestra tesis doctoral en la Sorbona, 1973, “Bases para una política energética venezolana” – publicada por el BCV en 1974, Colección Estudios Económicos No. 2, p. 197; 1973—con fuentes de Thery Fombona y Luongo Cabello). Realmente “el sistema de càlculo de las regalìas … aparentemente se originó en las minas de carbòn inglesas” hacia 1700 (Mommer 2004, p. 39).

(2) Curiosamente la pandilla de personajes que aparecen como testaferros del general Gómez en la CVP (“la compañía del general”), los señores Roberto Ramírez, P. González Rincones y Lucio Baldó, llevan apellidos parecidos a algunos de los que acompañaron a Manuel Antonio Pulido en su experiencia de Petrolia (Compañía Nacional Minera Petrolia del Táchira, en 1878.

(3) Este documento también es poco conocido. Debe ser una de esas publicaciones del gobierno que adornan los anaqueles de las vacas sagradas del país, mientras el perraje ni siquiera los puede adquirir en las librerías…

(4) Vease nuestra “Die Trilogie. Una critica a tres conceptos de la “revoluciión bolivariana”. En comala.com, 2004. Nuestra propuesta es que existe en cada grupo de intereses una tendencia natural, fundamentalista, a la subyuhación de los otros, a la dominación, a la esclavización, a la apropiación del valor agregado de los negocios, en suma. Este comportamiento se ejerce a nivel internacional por medio de la guerra, las invasiones; por la dominación de las multinacionales; y en segundo orden al nivel nacional por medio de las armas, el control del ejército; y luego al nivel de las empresas, sindicatos, grupos indígenas, hasta el nivel más doméstuico, la familia, con la subyugación de las mujeres y los niños. Todo asociado a ese síndrome vital “el arquetipo de la hormiga roja”.

(5) La incapacidad tècnica del gobierno de Guzman Blanco se pudo apreciar igualmente en las concesiones de ferrocarriles, que se otorgaban sin mayores estudios, y lo que es peor, garntizando al inversionista una rentabilidad determinada, lo que conllevò a enormes pèrdidas y a la acumulación de una enorme deuda que tuvo luego que negociaciase a punta de cañones. Vèase nuestra “Bases para una polìtica energètica venezolana, Caracas BCV 1973).

(6) Las fuentes utilizadas para elaborar el citado cuadro fueron: Acosta Saignes (Petróleo en México y Venezuela, Ediciones Morelos, México 1941), MMH y Cassady, Price making and price behaviour… Yale Univ. Press 1954)
(7) Advertir al leer la figura que el monto del valor agregado del negocio energético entre comienzos y finales del siglo XX es muy distinto, de modo que los países y multinacionales han visto crecer sus ingresos aparte de sus posiciones relativas en el conjunto, en vista del margen en la “disposicion a pagar” disponible en el mercado en dicho lapso.

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