Economía

El poder crudo asusta a quienes se dejan asustar

Continúo escribiendo sobre el drama de nuestro petróleo por las informaciones de prensa que obligan a comentar. En esta ocasión, son las opiniones de Alberto Quiros y Alan Viergutz en El Nacional del domingo 13 de febrero, mostrando sus caracteres y experticias al comentar declaraciones del Ministro Rodríguez sobre la apertura y la internacionalización petroleras. Alan Viergutz muestra sus conocimientos y calidad tecnica al convalidar correctamente las declaraciones del Ministro; en cambio Alberto Quiros lo que demuestra es miopía y obcecación al refutar equivocadamente esas mismas declaraciones. Solo uno tiene razón y es Viergutz quien se lleva el galardón.

El Nacional se une a la critica con un editorial que titula “Proclama Petrolera” el viernes 18 de febrero y el domingo 20 de febrero a traves de Jose Toro Hardy en representación de intereses brasileros y del ex-presidente de PDVSA (Luis Giusti) que cuestiona con argumentos irrelevantes los planteamientos del Ministro, mientras que Eduardo Recio le da un espaldarazo exponiendo ‘au natruel’ a nuestra empresa Citgo en El Universal del mismo domingo 20.

Comencemos con dos aclaratorias sobre lo expresado por Viergutz. La Primera—los “precios adecuados” que presenta como condicion necesaria de la apertura petrolera en realidad son “precios adecuadamente bajos”, porque de lo contrario no funcionaría la estrategia volumétrica, y lo sucedido en 1998 cuando “el modelo colapsa” es que los precios precisamente bajaron por debajo del mínimo adecuado. Esto fue convalidado recientemente (aunque también equivocadamente) por el ex-economista Jefe de PDVSA ( Ramon Espinasa) cuando dijo públicamente que los precios petroleros son un dato (es decir, irrelevantes) que no afectan las acciones de Venezuela, ni se ven afectados por esas acciones. En realidad, Espinasa se quedó corto porque la apertura además considera un dato la demanda petrolera (nuevamente, que no afecta las acciones de PDVSA ni se ve afectada por las misma), tal como lo demuestran el documento aprobado por el Congreso Nacional y la estrategia volumetrica de producir a cualquier costo para vender a cualquier precio. La Segunda—nosotros no debemos limitar la justificacion de la internacionalización exclusivamente en funcion de la colocación y el fomento del crudo venezolano, sino en funcion del rendimiento económico y financiero como cualquier inversión; de lo contrario nos exponemos a mendigar la venta de nuestro petróleo a precios de baratijas como en efecto estuvimos haciendo hasta hace poco.

En cuanto a la “Tormenta Petrolera” de Alberto Quiros, el único alarmado es el mismo por buscar ahogarse en un vaso de agua, siendo en realidad una “sacudida” liliputiense, por no decir inexistente. Los venezolanos estamos tranquilos sabiendo que nuestro petroleo ahora si se esta acercando a su valor real y lo estamos cuidando para tenerlo por muchos años más. Tiene razón Quirós que la apertura no debe desmontarse—cuesta menos dejarla enmontarse y enmohecerse por si misma. Que se la trague la selva. La apertura nunca fue buen negocio y debe dejarse sepultada al lado de la anterior politica petrolera. Y en cuanto a la internacionalización, repito, si vamos a medirla exclusivamente en función de la venta de nuestro crudo a cualquier precio, nos expondremos a buscar la venta forzada a precios de chucherias, descapitalizando a los duenos. La internacionalización debe funcionar como cualquier inversión extraterritorial, o mejor la sepultamos y dejamos enmontarse (también costaria menos que desmontarla), para lo cual llamó la atención sobre el acertado artículo de E. Recio mencionado arriba.

La verdadera y única sacudida tormentosa, el verdadero susto, lo esta dando el Ministro Rodríguez anunciando el posible aumento de producción a partir de Marzo, con lo que estaría comprobando que a pesar de todo, si somos el talon de aquiles de la OPEP y también continuamos siendo débiles y cobardes, porque nos asustarnos cada vez que habla alguien en representacion de nuestro principal mercado, a pesar de los envalentonamientos presidencialistas que parecen ser para estricto consumo nacional.

Aunque el verdadero culpable de los altos precios de la energía que consumen los estadounidenses es su propio gobierno, por los altos impuestos que aplica (permitidos por el excedente de consumidor producido por tantos anos de precios bajos), al igual que los gobiernos de los demas paises consumidores (cuyos impuestos son aun mayores), el gobierno venezolano parece insistir en la misma miopía obcecada de Quiros, la prensa nacional y los políticos de los gobiernos anteriores denunciados como “corruptos”, cuando se trata de fijar posición correcta y firme ante los problemas del petróleo a nivel internacional, del desarrollo del país, de la reactivación de la economía y de nuestro principal cliente petrolero.

La posicion de México (vista a través de información de prensa, incluyendo un artículo del periódico El Excelsior publicado por nuestra prensa el domingo 20 de febrero) es explicable aunque no justificable, pero no la de Venezuela si se le une en proponer aumento de la producción, sin otra consideración, por considerar que los precios no deben llegar siquiera a los US$30 el barril (nominales—que en términos reales son mucho menos, según el año base utilizado).

El verdadero y UNICO “issue” es que el aumento de los precios ha sido demasiado rápido y violento en tan corto plazo, tal como lo admiten los propios consumidores, que necesitan tiempo para ajustarse y acomodarse a la nueva realidad. Por tanto, lo que se debe considerar es la disminución de la velocidad del aumento.

Lo FUNDAMENTAL, entonces, es determinar hasta que nivel llegar y en cuanto tiempo. Para esto se requiere dialogar con los consumidores, para acordar con ellos un crecimiento adecuado de la oferta y los precios.

Incluyo como nota final, el comentario de un noticiero de televisión informando hace unos días sobre comparaciones de precios con el galón de gasolina realizadas por una institucion privada de Estados Unidos. Según la misma, el galón de Gatorade cuesta veinte veces más que el galon de gasolina, mientras que el galón de agua Evian cuesta quince veces más. En el mismo comentario anunciaron también que la gasolina todavía cuesta hoy menos que en 1991 y 1984, en términos reales, teniendo poca presion inflacionaria.

Para concluir, recuerdo al lector que nuestro principal cliente se encuentra en un año electoral, por lo que el verdadero problema del gobierno estadounidense es politico—apoyar a su candidato democrata. No es un problema económico ni social en cuanto al nivel de los precios del petroleo. No olvidemos que los precios que pagan los estadounidenses por la energía que consumen son muy inferiores a los que pagan los europeos, debido a que pagan menos impuestos. No obstante, tienen mayor poder adquisitivo que los europeos. Su problema es de tiempo. Tiempo que no se tiene en un año electoral.

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