Gazapos y el Bolívar Fuerte

El lector recordará aquel ministro de finanzas que hace unos años
recibió un crédito adicional para depositar los billones debidos al
antiguo FIEM y en el camino se recordó que tenía que pagar sueldos y
beneficios de fin de año, así que resolvió dejar al FIEM entendiendo y
desviar los recursos al nuevo fin. Gazapo de los feos en el manejo serio
de los recursos presupuestarios, frente al cual las protestas e
investigaciones solicitadas por los entonces diputados «de oposición» no
llegaron a ninguna parte.

Hace poco la oficina de la OPEP en Viena publicó en su sitio oficial en
la web un documento con la historia de la repartición de cuotas y topes
de producción entre sus miembros, en la que Venezuela quedaba con una
asignación en torno a 2,4 MMBD como tope a partir de noviembre, en línea
con informaciones internacionales sobre la verdadera producción actual
del país, aunque en contradicción con las proclamaciones oficiales sobre
una producción por encima de los 3 MMBD. Curiosamente, el documento de
la OPEP fue retirado del sitio web a los pocos días de transcendida la
información. Otro gazapo grave que atañe al corazón de recursos de la
nación venezolana.

Otro ejemplo de ligereza aparece nada menos que en el proyecto de cambio
constitucional, que en su artículo 318 establece que la unidad monetaria
nacional es el bolívar, a secas. Este mandato de la constitución-por-ser
(o no ser…) desmontaría toda la parafernalia armada respecto a la
nueva moneda, o bolívar fuerte, cuya denominación pasaría a ser
inconstitucional en caso de que el texto propuesto, a pesar de las miles
de observaciones de forma y fondo que lo remorizan, llegase a ser
proclamado desde el poder como nuevo referente constitucional. Aunque
todavía estarían a tiempo de corregir tan horrible y evidente gazapo, el
asunto recoge una nueva evidencia de la poca seriedad con que se maneja
el tema económico.

Más fresco todavía es el referido al nuevo impuesto a las transacciones
financieras. Viniendo nada más y nada menos que del poder supremo e
impreso en Gaceta, el jefe del Seniat afirma con absoluto desparpajo que
la vigencia del mismo es un error, porque su aplicación terminaría no al
cierre de 2008 sino de 2007, lo cual implica una cambio gacetario por
error de copia en un tema que por supuesto tiene que estar libre de
ligerezas. El asunto aquí es quién comete la ligereza, si es quien dicta
la medida, o quien la transcribe o quien la corrige. Uno piensa que tal
vez el asunto tenga que ver con el Estado socialista que se inauguraría
el 1/1/2008, y sus formas de financiamiento o con una diferencia entre
funcionarios, como lo evidencia la ratificación de min. finanzas sobre
la vigencia del mismo por 14 meses. ¿Quién está mas cerca del presidente
en este asunto?

Ya se perfila, finalmente, el inmenso gazapo fiscal, la madre de todos
los gazapos, para el año que viene. Las solicitudes presupuestarias
rondan los 200 billones de bolívares (el presupuesto, contrario a lo que
cabría esperar, todavía no se maneja en BsF), sin contar lo que aspiran
los nuevos consejos comunales, el poder popular, las nuevas
vicepresidencias y las regiones militares que serían creadas de
cambiarse la constitución, pero además están los últimos aumentos de
sueldo, la caída de valor agregado por reducción de la jornada, el
latigazo inflacionario que se volverá a sentir muy pronto, y la merma
considerable en los ingresos petroleros netos por caída de la
producción, costos y gastos sociales en aumento y el servicio de su
creciente deuda, entre tantos otros.

Todo ello se trata como minucias insignificantes frente a la
sobredimensionada importancia del proyecto político. No es la primera
vez que el gobernante de turno desprecia los asuntos económicos y les da
tratamiento político, pero nunca antes en la historia contemporánea,
tantos gazapos seguidos y acumulados llegaron como ahora a lucir como
lineamientos para la ruina. El bolívar fuerte puede terminar siendo un
gazapo agazapado en el torrente presupuestario del 2008.