Economía

La Evolución de la Revolución

Revolución. La frecuente e incesante referencia al carácter revolucionario del proceso de cambios y transformaciones ocurridas y ocurrentes(¡?), en las voces de cualquier funcionario o burócrata del gobierno, y la posterior constatación que la lupa mediática realiza de los entretelones que se suceden en el backstage del poder, ocasionan en quienes no sufren de los generalizados ataques de fanatismo extremista del bando que sea, una reacción similar a la de Mafalda cuando le mostraban un plato de sopa. Es lo que Edgar Morin llama, al hablar de las consecuencias de cualquier acción, la inanidad de la innovación: entre más cambia más es la misma cosa.

Evolución. En mi caso, suelo asociar este término a la popular imagen barbuda y taciturna de Charles Darwin que adornaba los textos de biología de bachillerato, y nos adentraban en los supuestos de su célebre teoría de la Evolución. La noción de evolución entraña la idea del desarrollo natural, del perfeccionamiento y la adaptación que una especie, proceso o situación efectúa según la dinámica genética, histórica, social o política de las variables intervinientes. La supervivencia del más apto, es la frase que sintetiza el talante de la obra darwiniana.

Hollywood, cantera inagotable de estereotipos globales, nos acaba de regalar dos visiones renovadas sobre las humanas inquietudes evolucionistas. En «El planeta de los Simios», Tim Burton refresca un clásico de la ciencia-ficción y aprovecha para filosofar sobre dominación, derechos humanos, violencia y tolerancia. «Jurasic Park III», continuación de la saga iniciada por Spielberg, refleja igualmente la fascinación del homo sapiens por el juego sobre el pasado, y presenta nuevas criaturas, hijas macabras de la ingeniería genética, como excusa técnica para deslumbrarnos con los efectos especiales.

La Evolución de la Revolución, (sabemos ya a cual nos referimos) debería dar evidencias de una intención, decisión, actitud y aptitud cónsonas con las promesas, y sobre todo, con las esperanzas que permitieron el ascenso al poder a quienes hoy se autodenominan revolucionarios. El desarrollo natural, orgánico, lógico, fluido del «proceso», debería acompañar a los cambios que el país reclama así como a las rectificaciones a los errores del pasado.

Pero en este caso, el análisis de la evolución y el desarrollo que hasta ahora exhibe la actual gestión, indican más bien un estancamiento disfrazado de cambio, y la reincidencia de prácticas, decisiones y concepciones que implican un retroceso involutivo en términos políticos. Con el agregado de que el meteororito chavista que impactó en la atmósfera política venezolana, extinguió ciertamente algunas especies, pero permitió profusas mutaciones genéticas que facilitaron la supervivencia de ciertas criaturas no consideradas como las más aptas, sino como las más audaces y con una indudable habilidad de adaptación camaleónica. Mientras tanto, el hampa desbordada, utilizando una figura de la crónica roja, parece establecer un real gobierno de facto en el país, enrejado y paralizado por la inacción revolucionaria.

La Evolución de la Revolución marcha a paso de vencedores. Sin dirección definida, pero marcha. Charles Darwin, descansa en paz.

Lic. en Administración.

Profesor de Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado E-mail: (%=Link(«mailto:[email protected]»,»[email protected]»)%)

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