Economía

Leyes bolivarianas de hidrocarburos y seguridad social

Transformar los enunciados revolucionarios y las aspiraciones ciudadanas en realidades a través de las leyes es tarea que compromete tanto al gobierno como a la sociedad en su conjunto. Sin embargo, vemos que ésta se distrae con espectáculos de ilusionismo político mientras se juega nada menos que la permanencia o la caducidad del petroestado.

Nuestro rancio autoritarismo está retroalimentado por la centralización del ingreso petrolero, y defensa de la democracia significa aquí lucha por la descentralización económica. El ingreso petrolero se encoge al paso de innumerables alcabalas hacia los estados y municipios, llegando escuálido al ciudadano (que es su dueño) y menguando en su trayecto la institucionalidad democrática. Invertir el mecanismo para que funcione de abajo hacia arriba es la clave de la democracia participativa y protagónica que propone la revolución bolivariana y el fundamento del nuevo desarrollo institucional. El instrumento del cambio son las leyes de hidrocarburos y seguridad social actualmente en discusión, ambas conectadas precisamente por ser los ciudadanos a la vez propietarios del recurso y beneficiarios del sistema.

La revolución de Bolívar, hoy

Entrecerrando los ojos, de la enmarañada textura del proyecto revolucionario surge la figura de un Bolívar liberador, portador de las claves para salir de la trampa del petroestado.

Discretamente, el gobierno ha abierto la puerta al reencuentro entre Estado y sociedad al aprobar la Ley de Gas, misteriosamente silenciada en el aturdido torrente de la opinión pública. Promulgada en el marco de la Ley Habilitante, rescata el derecho de los ciudadanos a participar como propietarios en el negocio de los hidrocarburos, rompiendo con el dogma puntofijista del estatismo compulsivo, que parecía sagrado e inamovible.

La Ley se inspira en el decreto del Libertador sobre minas del 24 de octubre de 1828, el cual señala: «que conviene difundir el espíritu de asociación y empresa» por lo que «las minas de cualquiera clase pertenecen a la República, cuyo gobierno las concede en propiedad y posesión a los ciudadanos que las pidan», y que los derechos o regalías se pagarán en cada provincia minera, la cual los utilizará para constituir un fondo destinado a la educación técnica y que «ningún ministro tesorero gastará ese fondo, so pena de reponerlo a su costa».

El afán del Libertador por estimular el espíritu de empresa, la descentralización del ingreso estatal y el buen uso de las regalías encarnaba una propuesta tan revolucionaria en la amodorrada sociedad colonial de legado absolutista, como lo implica en el petroestado centralista, indolente y clientelar de hoy. Actualizar las ideas bolivarianas significa compartir la propiedad estatal y las regalías con los ciudadanos a través de fondos de pensiones, y descentralizar el ingreso por regalías a estados y municipios.

Referencias de Colombia y Estados Unidos

Aplicando el concepto bolivariano de descentralización establecido en su nueva constitución, la ley colombiana de regalías las divide entre un fondo nacional, departamentos y municipios en proporción a su vocación petrolera, limitando su uso a inversiones específicas excluyendo gastos corrientes. A su vez, el sistema de regalías de Estados Unidos reparte los ingresos entre el gobierno federal y los estados, generalmente al 50 %. Caso singular es el de Alaska, estado que recibe el 90% de las regalías, las cuales ingresan a un fondo de inversión denominado (%=Link(«http://www.apfc.org»,»Fondo Permanente de Alaska»)%) que ya excede los 26 millardos de dólares, propiedad de los ciudadanos, a quienes transfiere periódicamente los dividendos en un extraordinario ejemplo de integración de petróleo con seguridad social.

Quienes deseen ahondar el tema pueden acceder al texto del Decreto del Libertador, de la Ley de Regalías colombiana, y del régimen estadounidense de regalías en Punto de Encuentro de nuestra página web.

¿Habrá movilización de ciudadanos, ONGs, círculos bolivarianos, municipios y gobernaciones en favor de la descentralización de la propiedad estatal y las regalías, para reforzar la democracia y desnutrir el autoritarismo, o aún no estamos maduros para tal merecimiento?

E-mail: (%=Link(«mailto:[email protected]»,»[email protected]»)%)

(%=Link(«www.fmonaldi.com»,»www.fmonaldi.com»)%)

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