Economía

Menos Inflación y más depresión: ¿No es eso lo que querían?

No se puede tener todo a la vez.

Uno no puede aspirar a tener todo a la vez. Y mucho menos dos cosas que no
pueden coexistir. Por ejemplo, no podemos pretender frenar un carro pisando
el acelerador, ni apagar un fuego con gasolina.

Y la economía también es una ciencia y tiene sus leyes que hay que respetar.

Por mucho tiempo algunas voces que tuvieron poco eco (como la mía) dijeron
que no se puede aspirar a frenar la inflación y activar el aparato
productivo (hacer crecer la economía) simultáneamente, y tampoco hacerla
crecer con políticas fiscales y monetarias restrictivas (o sea, para quienes
no son expertos en la materia, política fiscal restrictiva es hacer gastar
menos al gobierno, y política monetaria restrictiva es que el banco central
restrinja la masa monetaria en manos del público).

Una política fiscal restrictiva implica menos empleo (o lo que es lo mismo,
más desempleo e informalidad) y menor actividad en las empresas. Una
política monetaria restrictiva implica un aumento en las tasas de interés
(mayores costos financieros para las empresas) y una apreciación del signo
monetario (o sea, una sobrevaluación del bolívar, que abarata las
importaciones y encarece la producción nacional).

Pero tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe el cántaro, y también
tantos años de insistencia (cuando comenzaron con su prédica la realidad era
distinta) de que en Venezuela debía aplicarse una política fiscal
restrictiva y una política monetaria restrictiva hasta que por fin éstas
comenzaron a aplicarse con todo vigor, y sus resultados están a la vista:
de recesión pasamos a depresión, y la inflación sigue alta, aunque menos que
antes (ni en este artículo ni en los próximos explicaremos las causas de la
estanflación venezolana porque es un lenguaje más para expertos que para el
público en general, pero podemos asegurarles que con los remedios que se
están administrando podríamos comenzar a ver un crecimiento consistente y
perdurable dentro de diez o quince años, aunque cambien los gobiernos, y no
estoy exagerando; si lo desean, pueden aguantar).

Así, estamos satisfaciendo un sueño que le está costando caro al país:
desempleo, más pobreza, más hambre y más problemas políticos y sociales.

Los factores ideológicos

La enemistad y la aversión a la inflación proviene de la escuela económica
neoclásica, y tiene fundamentos sólidos y muy adaptados a la realidad … de
los países donde se originaron esas ideas, como en los Estados Unidos, donde
la expansión monetaria (y por ende, la inflación) era causada por los
programas espaciales, la carrera armamentista y la guerra de Vietnam. En el
caso de Venezuela existirá inflación siempre que haya petróleo, y mientras
más se produzca y se exporte, más inflación habrá. ¿Habrá alguien dispuesto
a reducir progresivamente la producción hasta dejar solamente la de consumo
interno? Creo que nadie lo aceptará, por lo que debemos aprender a convivir
con la inflación, mientras que en los Estados Unidos abandonaron la guerra
de Vietnam, desaceleraron y abarataron el programa espacial, se olvidaron
por poner más hombres en la Luna, y con la desaparición de la Unión
Soviética (hay algunos que todavía no se han enterado), disminuyeron el
ritmo de la carrera armamentista y redujeron las fuerzas armadas.

En cambio, para el sector más extremista de la escuela keynesiana lo
importante es el crecimiento, aunque venga acompañado por la inflación o la
deuda, y eso mismo sucedió con Brasil.

Por supuesto que entre esos extremos hay muchas combinaciones, pero en
Venezuela se ha impuesto en los últimos años a nivel general la hipótesis
neoclásica extrema, sin racionalizarla ni adaptarla a las realidades
nacionales.

Aquí en Venezuela todos los grupos de opinión están de acuerdo con las
hipótesis neoclásicas, y hasta para darse caché y parecer más «chic» más de
uno repite: «primero hay que lograr el equilibrio económico y luego
arrancar con el crecimiento».

A los estudiantes de economía lo primero que se les enseña es que «la
inflación es la más grave de todas las enfermedades económica, o sea, es el
sida de la economía, y hay que evitarla a toda costa». Y sus causantes son
el déficit fiscal y la emisión inorgánica de dinero.

Se les olvida que durante el gobierno de Ronald Reagan se inició la actual
expansión estadounidense (con una breve interrupción durante el mandato de
Bush) justamente a expensas del déficit fiscal, y sin inflación. Por
supuesto, la estructura económica cambió.

Confusión ideológica

Esto es lo que tenemos ahora. Un gobierno de claros tintes socialistas (o
al menos en lo que a la propiedad privada y a las posiciones en política
internacional se refiere) aplicando política monetarias y fiscales
neoliberales. Bueno, ni tan confuso, después de todo la economía marxista
se derivó de la antigua escuela clásica y no de la keynesiana.

Pero no hay ninguna duda de que lo que se está aplicando en materia fiscal y
monetaria es lo que solicitaban a gritos todos los candidatos presidenciales
en las elecciones de 1998, sus equipos asesores, los dirigentes
empresariales y sindicales, los intelectuales, los periodistas, etc., etc.,
excepto algunos «locos» (como yo, modestia aparte) que nadaban en contra de
las corrientes predominantes. Los dirigentes tienen tendencias
autosuicidas, puesto que proponen y luchan por causas que les hacen daño a
ellos mismos.

Todos solicitaban la austeridad fiscal, la restricción monetaria y la
estabilidad cambiaria. Pero por fin llegó un grupo que hace exactamente lo
que todos exigían, pero ahora que se están viendo las consecuencias, todos
chillan.

Eso se debe a la ligereza con la que todos hablamos y opinamos. Pareciera
que no existen universidades en el país y en el mundo, porque inclusive
muchos colegas estudiaron una cosa y opinan otra, por supuesto, en ese
ambiente y en esa corriente de opinión nadie sensato puede hacer lo
contrario. Y hasta terminan creyéndose esas teorías.

Pues yo les aseguro que si mañana me da un dolor de cabeza y yo lo vinculo a
que se debe a una bomba que estalló en Afganistán, Ruanda o Chechenia a la
misma hora, pues más de uno me montará todo un esquema que justifique esa
presunción, por supuesto, todo forjado. Y lo digo porque alguien dijo una
vez que en un estudio hecho en las universidades se demostró que el 75% del
componente inflacionario se debe a la especulación.

Las limitaciones constitucionales

Uno de los primeros puntos que deberán ser cambiados en la nueva
constitución que «está hecha para durar mil años» (como el Tercer Reich del
Führer, quien decía «5 años de guerra para mil años de paz») son las
disposiciones que rigen la política económica del país, y en especial la
monetaria y la fiscal, las cuales de ahora en adelante tendrán un solo
sentido.

En el artículo 318 del texto que se sometió a consideración del pueblo
soberano el 15-12-1999 (porque parece que uno fue el que se votó en el
referéndum y otro es el vigente) dice textualmente: «… . El objeto
fundamental del Banco Central de Venezuela es lograr la estabilidad de
precios y preservar el valor interno y externo de la unidad monetaria.»
Más adelante dice: «El Banco Central de Venezuela ejercerá sus funciones en
coordinación con la política económica general, para alcanzar los objetivos
superiores del Estado y la Nación».

Luego, el artículo 320 (más extenso que los precedentes) dice: «El Estado
debe promover y defender la estabilidad económica, evitar la vulnerabilidad
de la economía y velar por la estabilidad monetaria y de precios para
asegurar el bienestar social». (esto del bienestar social no hace nada aquí
sino estorbar, porque no tiene ninguna aplicabilidad; es simplemente una
declaración de buenas intenciones sin intención de cumplirse).

Bueno señores, según la nueva constitución seguiremos por mil años con la
sobrevaluación de la moneda, y será imposible alcanzar tasas de crecimiento
económico del 6% ó 10% interanual, sino que estamos condenados a un bajo
crecimiento y/o a la recesión permanente. Todo para evitar la famosa y
temida inflación, pero si derrotarla significa hambre, desempleo, cierre de
empresas, recesión, etc., entonces ¡QUE VIVA LA INFLACION!.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba