Economía

¡No vayan a seguir el mal ejemplo que Caracas dio!

El hecho de que una ciudad sea la capital de un país
proviene de que es un punto aceptado por todas las
partes para que sirva como tal. Y eso no va solamente
sobre las ciudades, sino también para los países que
son tomados como referencia o destino de alguna
actividad en especial.

Por ejemplo, a nivel financiero, Suiza es posiblemente
el país más confiable del mundo. Ciertamente, Suiza
no es un país de abundantes recursos naturales, ni
está muy estratégicamente situado para muchas
actividades económicas; de paso, ni siquiera tiene
salida al mar, ni tiene grandes llanuras, sino que
está constituido básicamente por montañas frías y
gélidas. Sus principales productos son los quesos,
los chocolates (tampoco siembran el cacao con el que
hacen los chocolates) y los relojes. Pero por encima
de todo eso está la banca. Gente de todo el mundo, de
todas las actividades económicas, así como varios
organismos internacionales, tienen sus actividades
centradas en Suiza. De paso, es el país modelo en
conducta cívica. La frase «no somos suizos» es
famosa, especialmente en Venezuela y por boca del
difunto Gonzalo Barrios. Otra característica de la
economía suiza es que la mayor parte del dinero que
maneja no proviene de actividades desarrolladas en
Suiza misma. Lo mismo sucede con otros paraísos
financieros, como Mónaco, Liechtenstein, Islas Caimán,
Islas Bahamas, Curazao, Vanuatu, Luxemburgo, etc. Las
Islas Bahamas tienen una liquidez monetaria que en
ocasiones ha sido similar a la de los mismos Estados
Unidos; en cambio la liquidez monetaria de Estados
Unidos, Alemania, Japón y Venezuela si son
predominantemente nacionales.

Supongamos que mañana los suizos se enguerrillaran
unos con otros. ¿Seguiríamos confiando el ellos para
custodiar nuestro dinero y los organismos
internacionales comunes? Dudo que lo sigamos
haciendo. Con las primeras señales, muchos irán a
retirar su dinero de allá. Y si la guerra interna se
prolonga, Suiza se quedará sin depósitos extranjeros.

Lo mismo sucedería en los otros paraísos financieros.

En cambio, si Estados Unidos, Alemania, Venezuela o
cualquier país «normal» llegara a tener una guerra
interna prolongada, seguirá teniendo una liquidez
monetaria endógena propia.

Caracas como Suiza

La economía de Caracas no tiene mucha «base propia».

Su principal actividad es la burocracia: recaudan los
impuestos e ingresos de actividades que se producen en
el interior, administran esos recursos, los gastan, y
encima de eso, lo que van a transferir de regreso al
interior, lo condicionan. Es decir, toman el dinero
que nosotros producimos y luego nos pretenden decir
cómo debemos gastarlo.

En Caracas no hay petróleo, agricultura, minerales,
ganadería, maderas, turismo, siderúrgicas, pesca,
industria pesada, etc. Pero recaudan los impuestos
que generan todas esas actividades y gastan allá la
mayor parte.

O mejor dicho, toda la sociedad venezolana ha
convenido en que así suceda, y han elegido a Caracas
como centro y capital del país. Como parte de un
mismo país, casi todo el mundo tiene familiares en
Caracas, así que no puede ser sentida como algo ajeno
a la vida propia de la mayor parte de la población.

De hecho, Caracas, sus satélites y sus alrededores
concentran a aproximadamente la quinta parte de la
población del país, es decir, uno de cada cinco
venezolanos vive en o alrededor de Caracas.

Por eso, lo que allí sucede no puede ser pasado
desapercibido por nadie.

¿Otra capital?

Desde hace varios años, se viene hablando de mudar la
capital de Venezuela. Las que más se han propuesto
han sido Nirgua (Edo. Yaracuy) o una nueva ciudad,
estilo Brasilia, a construir en las inmediaciones de
la confluencia de los ríos Orinoco y Caura.

Hace poco escuché a un señor sencillo, por cierto,
opositor del gobierno y adeco hasta los tuétanos, una
propuesta bastante interesante: el Ministerio de
Agricultura se situaría en Portuguesa o Lara, el de
Turismo en la isla de Margarita, el de Energía y Minas
en Maturín (no sólo por el petróleo, sino también por
su cercanía a la región de Guayana), el de Defensa en
Maracay, etc. Así, el gobierno de verdad se
desconcentraría, y disminuiría la dependencia de esa
única ciudad que tenemos en toda Venezuela.

Ahora, es punto neutral y común que convenimos todos
los venezolanos para que sea nuestra capital ya no es
confiable, y está enguerrillado, y si seguimos sus
pasos, podríamos caer nosotros también en una crisis
similar a la que se vive en Caracas.

«No hagas a otro …»

Nuestro Señor Jesucristo ya lo decía, «no hagas a
otros lo que no quieras que te hagan a ti». En este
conflicto que estamos viendo en Caracas es realmente
caótico, y no es el mejor ejemplo de cristianismo, a
pesar de que mal utilizan las imágenes y símbolos
religiosos en sus actividades políticas donde
incentivan valores y posiciones contrarias a la
esencia de la fe.

El día de hoy escuché por TV a una persona afecta al
gobierno del presidente Hugo Chávez Frías que para
ellos, la oposición es como que no existiera. Y los
opositores que se congregan en la Plaza Francia de
Altamira se comportan como si los seguidores de Chávez
no existieran o no valieran nada. Por supuesto, ambas
posiciones no son deseables. Y recordemos que ambos
bandos cargan una cédula que dice «VENEZOLANO».

Para ello, propongamos un ejercicio: imaginen que la
persona que más aman en el mundo, con quien jamás se
disgustarán, está con el otro bando. ¿Seguirían
ignorando por completo la existencia y las opiniones
de sus rivales? Vayamos más allá: imaginen que por
razones del destino Usted perteneciera al otro bando.

¿Cómo le gustaría que lo trataran sus rivales
virtuales, que hoy son sus aliados? O si a Usted le
cuesta imaginarse en el otro bando, entonces imagínese
que por cualquier circunstancia Usted va caminando y
queda envuelto en un grupo de manifestantes rivales a
su posición actual, y que en eso comenzara a recibir
disparos provenientes de sus aliados (supongamos que
Ud. es escuálido, fue a hacer una diligencia en el
centro de Caracas, quedó en medio de un tumulto
chavista, y lo esperan francotiradores dispuestos a
matar a todos los chavistas; Ud. está entre ellos, no
es de ellos, pero está alli, y va a recibir disparos;
o vivecersa) ¿Le gusta? Uno de quienes le caen bien y
que está parado a su lado ahora, gritando sus mismas
consignas, puede ser su próximo asesino. O
simplemente, imagine que uno de los jefes del otro
bando rival es … Usted.

Por eso, reflexione antes de mencionar cualquier
palabra, antes de aplaudir o hasta antes de salir a la
calle. Reflexione.

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